*Sam's POV*
Caminé hacia la puerta de la casa, que estaba llena de alcohólicos tirados por el jardín, dormidos o quizá inconscientes. Caitlyn me apretó la mano para darme ánimos.-Ya verás, lo vamos a pasar muy bien.- Dijo ella, con una sonrisa radiante en su rostro.
Suspiré fuerte en respuesta.Una vez pasamos la puerta de la casa, el olor a alcohol me invadió y me dejó fuera de combate por unos segundos. Junto con el olor a sudor, era nauseabundo.
Procuré esquivar tantos borrachos como pude y llegué a una esquina que parecía solitaria. Cogí el libro que me había traído y empecé a leer, consciente de que parecía una antisocial.
Estaba enfrascada en mi nuevo libro, cuando me dieron dos toques en el brazo. Me giré y me topé con unos grandes ojos color café.
-¿Quién eres? ¿Vienes de otro planeta?
Le miré raro. ¿De qué iba éste chico? ¿Qué estaba diciendo?
-Por el libro, digo. Por raro que parezca en una fiesta de adolescentes hormonales es dificil encontrarse una chica leyendo.- Dijo, mirándome como si me hubiera leído la mente.- Cierra la boca, mujer, que te entran moscas.
Y no me di cuenta de la cara que estaba poniendo hasta que me lo dijo. Me sonrojé y agaché la mirada.
Abrí la boca para decirle que no era una rarita cuando unos tacones interrumpieron mis intenciones.
*Caitlyn's POV*
Quería asistir a esa fiesta, pero quería estar radiante para ver a Tyler, mi mejor amigo, que me traía enamorada desde los 4 años. Nos habíamos conocido gracias a que nuestros padres eran socios de una de las empresas más importantes del país.
Habían sido 17 años siendo friendzoneada, aconsejándole sobre chicas y aguantando a todas y cada una de sus novias. Era horrible. Y, cuando pensaba que le podía declarar mis sentimientos, aparecía otra chica nueva que lo hacía desaparecer de mi vista. Sólo me buscaba cuándo le dejaban, yo era el pañuelo donde se secaba las lágrimas. Pero había decidido ponerle fin.
Me puse los pendientes y caminé hasta mi coche. Conduje hasta casa de Sam y nos fuimos juntas a la fiesta.
Vi la cara de desagrado de Sam, y la apreté la mano, inspirandola confianza.

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136 días.
Fiksyen RemajaDespués del accidente que acabó con la vida de sus padres, Sam se ve obligada a irse vivir a un apartamento, con un compañero que desearía no haber conocido.