Segundo Arco: La verdad
"Si sales no hay vuelta atrás, puede que te tachen de traidor e intenten buscarte para encarcelarte o algo peor."
"Lo sé."
"¿Aun así estas dispuesto a escapar?"
"Sí."
La mujer abrió el cerrojo con la llave, al salir de los calabozos observe que los guardias estaban muertos. Salimos del edificio a hurtadillas de noche, pero todavía había que pasar por el muro donde había guardias apostados en ellos.
"¿Qué vamos a hacer con esos guardias?"
"No te preocupes, ven por aquí en silencio."
Rodeamos el edificio y subimos por uno de los cuatro torreones. Al llegar a la cima se podía observar una silueta frente a la puerta que estaba abierta. La mujer ni se inmutó, me hizo un gesto de aproximación y pasamos junto él, estaba clavado a la pared con una espada dando la impresión de que aún vivía y vigilaba en su puesto.
"¿Lo has hecho tú?"
"¿Cómo sino hubiera podido entrar?"
"¿Va a haber que derramar sangre a partir de ahora verdad?"
"Puede que incluso de personas cercanas a ti, ¿Serás capaz?"
"No lo sé" Agaché la cabeza.
"Black." Me agarró de las manos y me miró a los ojos, nunca había reparado en sus ojos, la máscara los ocultaba y brillaban como el fuego. "Pase lo que pase de ahora en adelante, nosotros no te fallaremos, nos une la sangre de nuestro clan, hemos sufrido mucho como para hacernos daño también entre nosotros, pase lo que pase, nosotros te protegeremos."
Asentí y ambos saltamos del torreón al unísono, recorrimos las calles vacías y nos dirigimos a la salida de la ciudad. Dejamos el camino de lado y nos adentramos al bosque hasta llegar a un gran árbol robusto de color blanco. Escarbó un poco en la tierra y sacó una mochila y mi guadaña.
"Aquí tienes víveres para tu viaje hasta el punto de encuentro, me quedaré por los alrededores por si te persiguen esta noche, cuando llegues encontraras a mi compañero esperándote." Asentí, me puse la mochila y cogí la guadaña, al despedirme la mujer me abrazó. "Ten cuidado y no salgas al camino, sigue por el bosque."
Me sonrió y me hizo un gesto para que me marchara. Corrí cuanto pude, estaba exhausto, después de los últimos dos días con solo pan y agua me habían dejado hecho polvo. Descansé cuando vi los primeros rayos de luz, me subí a lo alto de un árbol, aquí crecían fuertes y sanos y me tumbé en una rama sólida. Abrí la mochila y se me hizo la boca agua, había chorizo, queso, pan, leche, agua y unas nueces. Tras comerme media barra de chorizo acompañado de un poco de agua y queso me quedé dormido, decidí viajar de noche y descansar de día, tenía dos días de viaje hasta el punto de encuentro, espero que nadie me coja antes.
Me desperté con los últimos rayos del anochecer, bajé y emprendí la marcha, no corría, pero tampoco viajaba despacio, no podía permitirme viajar lento, seguramente ya me buscaban y no podía perder el tiempo.
Pasadas unas horas y tras rellenar la cantimplora de agua en un río pare un momento a descansar los pies y comer un poco de queso, al tumbarme y relajarme para ver las estrellas escuché una voz que cantaba algo. Decidí acercarme lenta y cuidadosamente a esa voz tan dulce. Cuando llegué pude observar entre la maleza el cuerpo de una mujer bañándose en un pequeño lago, mi mente decía que apartara la vista, pero aquella figura me tenía embobado, una hermosa melena de color castaño le caía hasta la cintura, se giró y se quedó mirando hacia mí.
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Blacketh
AdventureEsta historia nos relata la vida de Blacketh, un chico de 16 años que quiere convertirse en un mago, sin embargo, un oscuro secreto hace que todo se tuerza. ¿Será capaz de seguir con su sueño y su vida?