SOMA |Terror| NUEVA PORTADA

Capítulo 7: Ha empezado

Creen que con un abrazo todo ha acabado, ¡no! El juego termina hasta que digan "Game Over"

Nuevo día, nuevos proyectos y nuevos amigos. ¿No creen?

Jess, Manu, Cris y Fabiola estaban de camino al pueblo, durante el recorrida hacían chistes, ellos estaban decididos a olvidar lo que había pasado, habían venido a ayudar y eso harían.

Aún estaba aquel camino con flores, pero estas estaban marchitas con moscas deambulando alrededor de ellas. ¡Pobres flores!

Chicos han regresado-dijo un señor barrigón al parecer estaba decepcionado de ver a los chicos de vuelta al pueblo. 

Sí, venimos a seguir con nuestro voluntariado-Jess hizo una mueca al final de su frase. 

Bienvenidos, creo que ayer mi esposa dejó en la cocina los ingredientes-Fabiola lo interrumpió.

Sí, pero por ahora vamos a conocer el lugar, ¿le parece?-preguntó Fabiola

Claro-dijo titubeando-no hay problema-sonrió

Los chicos aceleraron el paso.

Debemos encontrarlo antes del mediodía, separémonos-dijo Manu-Jess con Fabiola y Cris, entonces Flavio me acompaña.

Jess, Fabiola y Cris caminaban por pasadizos en busca de la iglesia, eso estaban buscando todos. 

Luego de dar 2 vueltas por una manzana, encontraron la iglesia. Jess les dijo a los chicos que entraría sola. 

¿Estarás bien?-preguntó Fabiola

Si-asintió con una sonrisa.

Esta iglesia lucía muy antigua por su estilo de construcción ademas de sus espejos, debía tener unos 20 o 30 años desde su construcción. 

¿Necesitas algo?-preguntó un hombre alto vestido con una sotana de color negro. 

Soy Jessica, venimos como voluntarios a este pueblo-estrecharon sus manos- Quiero que sea sincero conmigo, hemos visto cosas con mis amigos-una pausa. 

Jess-gritó una voz reconocida, era Flavio-Lo siento, pero es muy importante-tomó la mano de Jessica. 

Aquella niña que nos describiste, la encontraron dentro del pozo que habéis dicho-una multitud estaba al pie del pozo, una señora sollozando con un cuerpo en sus brazos. 

.

Jessica se acercó lentamente soltando la mano de Flavio. ¡Era la niña! 

Alguien tomó su mano, era la niña del comedor. 

Ella se arrodilló y la niña le susurró. 

Ha empezado.