Capítulo 11

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-Eso es lo qué estás haciendo- admitió él. Acepto la desicion de Hermione y sacó un refresco y una botella de agua de la nevera que tenía bajo el banco- casi nadie viene aquí.
Ella lo miró con curiosidad.
-¿Y eso porqué?
-Porque este garaje es mío, tranquilo y privado- respondió repitiendo las palabras de ella, mientras le acercaba un banco acolchonado para que se sentara- para mí es un santuario, un lugar sagrado donde puedo refugiarme y hacer lo que más me gusta.
-¿Arreglar coches?- pregunto ella con una sonrisa e complicidad.
-Sí- admitió él mientras retiraba el envoltorio de su sándwich, no lo sorprendió descubrir que era de ternera ahumada con mostaza y salsa agridulce, su favorito- este garaje también me recuerda quien soy y todo lo que he conseguido.
-Has recorrido un largo camino desde luego- dijo ella, dando un mordisco a su sándwich de pavo y queso.
-No dejo de maravillarme por haber pasado de trabajar en una gasolinera a los 17 años, a ser dueño de mí propio negocio.
Sin embargo, sabía que nunca lo habría conseguido por sí sólo, y era muy consiente de aquellas personas que habían influido en su vida de joven rebelde.
-Fui muy afortunado al contar con la ayuda de todos aquellos que creyeron en mí y me mantuvieron en la buena senda profesores, jefes...y también tu familia.
-Siempre he estado muy orgullosa de tí, Draco- afirmó ella con voz muy amable- y mis padres también.
Él la miró a los ojos y le sostuvo la mirada.
-Les debo muchísimo.
Ciertamente les debía más que estar tonteando con su hija.
Pero, por egoísta que fuera, no podía haberse negado para pasar aquel fin de semana con ella.
-No les debes nada- replicó ella. Volvió  a envolver la mitad de su sándwich y lo guardó en la bolsa- te quieren como a un hijo. Nunca lo dudes.
Pero a pesar del cariño incondicional de los Granger, nunca se había librado de esas dudas inculcadas por una madre que lo había rechazado.
Draco había ansiado más que nada el amor de una madre y lo único que había recibido de ella fue desprecio y rencor, sobre todo después de que su padre los abandonara. Cissy Black opinaba que Draco era igual que su padre y eso había bastado para ignorar la existencia de su hijo y ahogar sus penas en alcohol, manteniendo firmemente que Draco la decepcionaria como lo había echo su padre Lucius y por ello no merecía ni su amor, ni su atención, lo tomaba como una anticipación de los echos futuros.
Ahora estaba muerta y Draco se había quedado con una incapacidad profundamente arraigada para mantener una relación duradera con una mujer y amarla como se mereciera ya que una parte de él temía volver a experimentar el mismo rechazo.
A lo largo de los años, le había resultado más fácil y menos doloroso mantener a las mujeres a una distancia segura que atreverse a dar el peligroso salto emocional.
Sin embargo, sentado junto a él estaba la única persona que le hacía desear aquel lazo sentimental y que lo tentaba a asumir riesgos.
Pero Hermione se merecía mucho más de lo qué él podía darle, y a pesar de.el fin de semana que estaban compartiendo ella tenía a Ron, un hombre de muy buena posición, acaudalada cuenta bancaria qué podría mostrarle el mundo, alguien que la tendría como a la reyna que era, Ronald encajaba mejor con ella y sus aspiraciones, por algo acudió a él para aprender a satisfacer a un hombre, quería ser perfecta para Ron y no decepcionarlo en nada.
Draco estaba totalmente convencido de esto.
-Si no hubiera sido por la amistad que forje con tú hermano y el apoyo incondicional de tu família, sabe Dios donde estaría ahora- dijo sacudiendo la cabeza- seguramente sería un delincuente huyendo de la ley.
-Pero no lo eres- dijo ella poniéndole la palma en la mandíbula. Aquél gesto tan tierno le demostraba a Draco cuanto había creído Herms en él desde siempre...posiblemente más que él, en sí mismo- Eres un mecánico con mucho talento y un próspero hombre de negocios, Draco.
-Lo que soy, es un hombre que está cubierto de grasa hasta los codos- repitió el. Aquella era una realidad cotidiana, la que espantaba a las mujeres cuando descubrían a que se dedicaba
Ella le sonrió.
-Y cuando te limpias hueles como una naranja gigante y jugosa a la que estoy deseando incarle el diente.
Draco acabó su sándwich, arrojó el envoltorio a la basura y miró interrogativamente a Hermione.
-¿ Y que qué harías si me dejará una mancha de grasa y te ensuciara?.
-Me limpiaría- respondió ella muy tranquila.
Él tomo un largo trago de su refresco.
-La grasa no se puede quitar de la seda o la gasa, se queda permanentemente.
Hermione arqueo las cejas y se cruzó de brazos, lo que resaltó aún más la parte superior de sus pechos.
-¿Y eso como lo sabes?.
A Draco le escocieron las puntas de los dedos por el deseo de acariciar las curvas que sobresalian por el escote de el corset, pero en vez de eso aplastó la lata de aluminio vacía en la mano y la arrojó a la papelera de reciclaje.
-Lo sé por experiencia, desgraciadamente.
-Mmm- murmuró ella, pensativa- cuéntame.
Disco no pretendía contarle los detalles de aquella experiencia tan humillante, pero incluso ahora le servía para recordarle que siempre sería un mecánico y nada más.
-Una mujer con la que estuve saliendo un tiempo, se quedó impresionada al saber que era dueño de mí propio negocio, hasta que un día se presentó aquí inesperadamente y descubrió que me dedicaba a arreglar coches que no sólo era un dueño de escritorio sino que trabajaba a la par de los demás, cuándo le rose accidentalmente el brazo, pareció que la estaba asesinando por el modo en que se puso a gritarme y a quejarse de que le estuviera manchando de grasa su cara blusa de seda- su tono era más áspero de lo que esperaba y tubo que aclararse la garganta-¿ qué bonito verdad?.
-Que superficial- replicó la castaña con un bufido.
Él sonrió apreciando que lo defendiera tan vehementemente.
-Al principio las mujeres se quedan impresionadas de que posea un negocio, pero en cuanto descubren que me gano la vida arreglando coches y llevo un estilo de vida bastante modesto, se decepcionan por completo.
El echo de que trabaje en un garaje las anima a que se busquen a alguien más...excitante.
-Obviamente ninguna estaba contigo por tí- soltó ella y cubrió la distancia que había entre ellos- No como yo, que no me importaría tener una o dos marcas tuyas como prueba de posesión...aquí- le agarró la muñeca y se llevó la palma al trasero- y aquí- le tomó la.otra mano y le hizo cerrar los dedos al rededor de su pecho.
Él le acarició el pezón endurecido con el pulgar, mientras con la otra mano le masajeaba el trasero, excitado por el descaro de Hermione. Por suerte no le quedaba grasa en las manos, pero una parte de él deseó estar manchado y así poder marcarla del modo más elemental y posesivo. Pero como las manchas permanentes no eran posibles, tendría que reclamarla del único modo posible.
Apretandole el trasero, inclinó la cabeza y se dispuso a besarla con la avidez y pasión que había estado conteniendo desde que ella entró en su garaje privado. Pero antes de que sus labios entrarán en contacto, empezó a sonar el intercomunicador de la pared, haciendo que Hermione fuera un saltito y se aportará con expresión asustada.
-Draco más de la una- anunció Theo- ¿necesitas algo antes de que nos marchemos?.
Draco presionó el botón del aparato mientras Hermione se desplazaba hacia el camaro.
-No, sólo asegúrate de cerrar todas la puertas.
-Descuida- dijo Theo- que pases un "Muy buen fin de semana"- recalcó con sierta picardía estas palabras- Te veré el lunes por la mañana...si aún respiras, amigo mío.
Draco reconoció de inmediato las intenciones de esas palabras, pero no le contestó sólo soltó el botón y desconecto el intercomunicador, he imagino la sonrisa burlona en el rostro de su jefe de mecánicos, pero ahora otra cosa capto por completo su atención, observó como ella pasaba la mano sobre el reluciente capó del camaro, pintado de un amarillo brillante con dos rayas negras de carrera en el centro.
-Desde cuando trabajas con deportivos clásicos?
-No lo hacemos. Este es mío- respondió él acercándose a ella. Deseaba que aquellas manos le acariciaran su cuerpo en vez del coche- Quería tener un Chevy Camaro desde que era un adolescente y está era una oportunidad demasiado buena para dejarla pasar. ¿Qué te parece?.
-Sobre, no dejar pasar las oportunidades demasiado buenas?...- se mordió el labio- estoy de acuerdo, en cuanto al auto me encanta. Creo que es un imán para las chicas- dijo en tono jocoso- ¿te importa si lo pruebo?.
-En absoluto- respondió y le abrió la puerta del conductor. Pero en vez de sentarse detrás del volante, ella empujó el asiento delantero hacia adelante y se deslizó en el de atrás- No hay mucho que ver ni hacer ahí detrás- dijo agachandose para verla.
Hermione se reclino contra el asiento tapizado y negó con la cabeza, para mostrarle su desacuerdo.

Y se va poniendo caliente la cosa😏🙄 gracias por leer.


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