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Llamar o no llamar, ese era el dilema de Kwon Soon Young cuando daban las 3 de la mañana en su país y quién sabe qué hora en el país del amor de su vida. El muchacho de ojos de rendija llevaba alrededor de una hora debatiéndose acerca de si debía marcar o no dichoso número.

En primer lugar, temía que el chino le hubiese engañado dándole un teléfono falso o de otra persona; porque sí, esas cosas pasaban. En segundo lugar, no sabía qué miserable hora era en el país natal de MingHao (sí, le había dicho su nombre) y si era decente llamar en aquel momento. Por último, ¡Eran dos desconocidos! ¿Estaba bien llamar por teléfono a alguien con quien has hablado exactamente 16 minutos? SoonYoung no lo sabía.

Antes de siquiera poder debatirse un minuto más su gran incógnita, la pantalla de su teléfono se encendió de una manera distinta a la de su fondo de pantalla, era una llamada. Fijándose en el nombre del contacto, Hoshi cayó en la cuenta de que era MingHao quien le estaba llamando primero; cayendo así en un terrible pánico que le impidió contestar la primera llamada.

Y la segunda.

Y la tercera.

Y la cuarta.

The8 acabó por no continuar llamando y se dio por vencido, creyendo que su muchacho coreano se había dormido o bien, no deseaba contestar sus llamadas.

Kwon sólo golpeó su frente contra la pared mientras se maldecía por idiota; él sería quien llamara primero la próxima vez.

8 minutes ➳ soonhaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora