Capítulo 1: Golpe y risas

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Ese día hacía frío y del cielo todavía caían algunos copos de nieve,paseaba por los caminos del parque mientras disfrutaba pisando la nieve intacta de los caminos. Cuando llegué a mi destino, una pequeña biblioteca en el centro del parque; miré hacia atrás para ver el camino de pisadas que había creado. Al abrir la puerta sonaron unas pequeñas campanillas en la silenciosa habitación, me acerqué a la recepción pero estaba vacía, al igual que la biblioteca. Eso es compresible, ¿a quién se le ocurría salir de casa con la que acababa de caer?; digamos que es mi forma de vivir al límite.

Se escuchó el sonido de unos libros cayendo unas estanterías más lejos y tal como supuse ahí estaba la joven y torpe recepcionista haciendo de las suyas.

-¿Unnie,necesitas ayuda?- le pregunté

-Oh____, ¿qué haces aquí?- me preguntó sorprendida

-¿No puedo venir a visitarte?- dije en contestación

-Si,pero ¿con la qué ha caído?

-Sabes que me aburro en casa, mientras aquí me esperan mil aventuras.

-Tú no cambias,- dijo sin evitar reír – nos han venido unos libros de literatura tradicional por si te interesan.

Pese a tener unos años de diferencia ella y yo nos entendíamos muy bien y ya conocía mis gustos, de manera que me dirigí a la sección de literatura tradicional.

Me encontraba buscando los nuevos libros cuando se volvieron ha oír las campanillas de la puerta y tras ellas la voz grabe de un chico.

-Me han dicho que les ha llegado una edición limitada de cuentos tradicionales.- escuché que decía.

-Si,así es – le contestó la recepcionista.

-Es que mi padre es muy friki de la literatura por lo que me gustaría pedirlo prestado para él.

-Solo pase a la zona de literatura tradicional y cójalo.

Yo seguía con lo mio, que por fin había encontrado los nuevos libros y los estaba hojeando; cuando me veo un brazo pasando por encima mía para coger un libro. Me pegué tal susto que causó que le golpea se sin querer y el libro acabase sobre mi cabeza, de manera que terminamos libro y yo en el suelo más cabeza dolorida. Lo siguiente fue ver al chico agachado para ver si estaba bien, tenia sus ojos marrones súper abiertos por el ataque de nervios que le estaba dando; no pude evitar reírme, él me miró sorprendido.

-¿En serio?- se quejó mientras se sentaba en el suelo- ¿Te golpean en la cabeza y te ríes?

-Es que oppa ha puesto una cara muy graciosa -dije consiguiendo parar de reír- además en todo caso solo me saldrá un chichón.

-Si que eres despreocupada, -suspiró- de todos modos lo siento, todo esto a sucedido porque con las prisas te asusté al coger el libro.

-Si,y no es que fuese muy fino que digamos, –dije frotando me el lugar del golpe, volvió a mirarme preocupado- no se preocupe oppa también es culpa mía, una persona normal le habría escuchado llegar.

No se como pero acabamos riendo a carcajada suelta. Me ayudó a levantarme y me dijo varias veces de acompañarme al hospital pero yo me negué, de verdad estaba bien. Nos acercamos a la zona de la recepción, yo me senté en uno de los sillones para ponerme a leer el libro que había elegido, pero he de reconocer que más que leer observaba al chico mientras pedía el libro prestado, disimuladamente claro. Antes de salir me volvió a pedir disculpas y me preguntó:

-¿Vienes aquí a menudo?

-Puede,es un buen lugar para leer. -le contesté.

Asintió volviendo a mostrar esa sonrisa tan particular que tenía y salió por la puerta haciendo que las campanillas volviesen a sonar. Al cerrarse la puerta no pude evitar suspirar. Lo siguiente que se escuchó fue la risa de la recepcionista:

-Es mi imaginación o parece que _____ ha ligado hoy.

-Es tu imaginación, -conteste avergonzada- oppa solo estaba siendo amable porque me golpeó la cabeza.

-Claaaro-dijo de forma irónica mientras volvía a su trabajo.

Metí mi nariz en el libro para ocultar mi cara que de seguro se había vuelto roja. La simple posibilidad de que alguien tan atractivo(porque lo era) con esa sonrisa que parecía traída desde el cielo y esa risa, de las que escucharías durante toda la vida;se fijase en alguien como yo me parecía tan imposible que no pude creerlo, al menos no en ese momento.

Y así fue como lo conocí con golpe y risas incluidas.

Un ángel entre páginas (J-Hope y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora