Capítulo 5: No me arrepiento

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Quedaba poco para el final de las vacaciones cuando J-Hope me habló por chat para contarme sobre un plan que había pensado. Por lo visto era un viaje de un día y una noche, a mi me parecía bien pero el problema era el permiso de mis padres, ha los que todavía no les había contado que tenía novio; por lo que llame a mi tía a ver si me ayudaba. Le conté lo que pasaba, ella se quedó callada pensativa:
- ¿No iréis a hacer nada?- me dijo de improvisto
- Tía!- le dije totalmente roja- ¿quién te crees que soy?
- Ok,- dijo riendo- se que eres sensata así que te daré un voto de confianza. Hablaré con tu madre y le diré una escusa.
- Oh, tía cuanto te amo, gracias, gracias - le dije llena de júbilo.
Y así fue como tres días antes de que acabasen las vacaciones, me encontraba saliendo de mi casa con una mochila de viaje para dirigirme donde Hoseok me esperaba.

Cogimos el autobús a eso de las ocho, yo intenté tapar mi cara de recién levantada con maquillaje pero el resultado fue:
- No deberías usar tanto maquillaje,- me dijo durante el camino- me gusta más tu cara al natural.
Y ahora como le explicó yo lo que pasaba, al final conseguí cambiar de conversación y no tener que contestar.
El autobús nos dejó en un pequeño pueblo que estaba a unos veinte minutos de la ciudad. Al llegar Hobi me dijo:
- Aquí era donde vivían mis abuelos- dijo con tono nostálgico- cuando vine por última vez era muy pequeño. Quería volver pero no encontraba razón para hacerlo hasta que quise enseñarte lo.
Me mostró esa maravillosa sonrisa suya y me tomó de la mano para comenzar andar. Fue un día genial, me enseñó todo el pueblo que con la nieve brillaba, parecía de cuento; había un riachuelo congelado que cruzaba parte del pueblo y un gran árbol en el que alrededor los niños jugaban.
Ya por la tarde cuando empezaba a caer el sol nos recogimos hacia la que un día fue la casa de los abuelos de Hobi, se veía espaciosa comparada con las casas de la ciudad. Después de dejar las cosas Hobi encendió la calefacción ya que hacía frío, y nos acurrucados en el sofá bajo una manta. En la casa no había televisión y apenas llegaba la cobertura, así que nos quedamos así con un hilo de conversación que apenas tenía sentido, yo solo podía pensar en la respiración de Hobi. Me había acurrucado en su pecho mientras él rodeaba mi cintura, podía escuchar los latidos de su corazón. La conversación se apagó y solo quedó el sonido de nuestras respiraciones, era como una canción que me animaba a dormirme después del día tan animado que habíamos tenido. Pero no me dió tiempo, cuando estaba apunto de caer sentí la mano de Hobi en mi mejilla:
- Eyh, no te duermas. -dijo de forma cariñosa- Que todavía no hemos cenado- y con eso posó un beso en mis labios para después moverse y levantarse del sofá. En el día que habíamos pasado me había robado muchos besos, se sentía cómodo allí y eso me daba más oportunidades para disfrutar de él.
Me dirigí a la cocina también, no sin pasar por mi mochila primero. Cuando entré se encontraba mirando los estantes de un armario.
-¿Qué haces? -le pregunté
-Mi madre me dijo que tenía que haber arroz pero no lo veo- me contesto mientras ponía una cara de esfuerzo exagerada. "Tenia que hacer el tonto sino no es él" pensé mientras dejaba dos fiambreras en la repisa de la cocina. Miró para atrás y se acercó a donde yo estaba.
- ¿Y esto?- me preguntó mientras cogía una de ellas.
-No sabia que plan tendríamos para comer así que los hice por si acaso. -le contesté.
Abrió una de ellas y vi aparecer su maravillosa sonrisa en la cara.
-¡Carne! -exclamó mientras yo sonreía como una boba por su felicidad.
-Lo otro son verduras para acompañar, si encuentras el arroz tendremos la comida completa. - le dije y se le iluminaron los ojos. Se giró hacia su objetivo, el armario; en ese momento tuve un impulso y golpeé uno de los cachetes de su trasero. Dio un pequeño bote de la sorpresa y volvió a mirarme, yo me encontraba de espaldas a él intentando asimilar lo que acababa de hacer. Noté como me rodeaba los hombros y se acercaba a mi oído:
- No deberías provocarme,-me susurro- eres linda, interesante y sabes cocinar, pero no sabes hasta donde puedo llegar así que dejemos lo así.-y con eso se separó y volvió a la búsqueda del arroz.
Yo permanecí inmóvil, me encontraba en ese momento en que estás en el paraíso pero quieres que te trague la tierra. Por lo demás fue normal, Hobi encontró el arroz y pudimos comer la cena sin ningún contratiempo. Ya caída la noche Hoseok se dirigió a la parte de atrás de la casa donde se sentó a mirar las estrellas, yo por supuesto lo acompañé. Ambos enrollados en mantas mirábamos el firmamento apoyados en la puerta corredera de cristal que daba a la parte de atrás. En ese momento Hobi me miró para confesarme algo.
- Sabes _____, - empezó a decir- hay una cosa que quería contarte.
Yo le miré expectante: -¿Qué cosas?
- Antes de conocerte no estaba en mi mejor forma,-rió de forma sarcástica- yo tenía una pandilla de amigos a los que estaba muy unido pero las cosas no acabaron bien. Todo fue una locura así que decidimos separarnos, pero antes nos prometimos que pasase lo que pasase seguiríamos adelante. Así que eso es lo que intentaba hacer cuando nos encontramos, aunque todavía estaba bastante afectado por lo que pasó. Pero cuando te conocí todo se me hizo más fácil, he empezado a luchar otra vez por mis sueños y a quererme a mi mismo tal y como soy. Solo quería darte las gracias por salvarme.

Me quedé sin palabras, pero creo que él no las necesitaba; me abrazó y apretó contra su cuerpo con fuerza. Yo correspondí el abrazo, no me veía verdaderamente merecedora de lo que me había dicho pero quería corresponderle con todo el amor que sentía por él.
Noté como Hoseok dejaba besos en mi cuello, de él pasó a mi boca con un beso intenso, notaba nuestras lenguas entrelazadas. Me enganché a su cuello mientras su manos recorrían mi espalda, de repente sentí uno de sus brazos bajo mis piernas y en un instante estaba siendo cargada por él.
Le miré sorprendida, él sonrió y me llevó dentro. Me llevó hasta la que parecía la habitación principal y dejándome en la cama salió de la habitación, al volver traía mi mochila.
-Toma y cámbiate,-entregándome la mochila- espero que no te importe dormir conmigo esta noche.- y salió de la habitación.
Yo no pude decir nada a su entusiasmo solo al quedarme sola solté una pequeña risita, su cara era como la de un niño que va al parque de atracciones, tanto a él como a mi nos hacía ilusión.
Me puse el pijama, este era gris con algunas flores en blanco, no quise traerme ninguno de los de colorines para que no pensara que era una niña y fui al baño para quitarme el maquillaje (no iba a dormir con maquillaje). Cuando volví estaba en la habitación esperándome con un pantalón de chándal y una sudadera como pijama.
-Vaya-dijo recorriendo me con la mirada- te ves muy linda en pijama.
Con eso se acercó y me besó, volviéndonos ha entrelazar. Pude notar sus manos bajo mi pijama y las palabras de mi tía sonaron en mi cabeza. Rompí el beso y lo miré, él estaba confundido.
-¿Qué pasa?
- Hoseok, ¿cuales eran tus intenciones para traerme aquí?-le dije preocupada- No intentaras que hagamos eso.
Se le abrieron los ojos al pillar los que decía.
Ahhhh- y con eso empezó a reírse.
-No te rías,- le di un golpe en el pecho- no tiene gracia.
-No te preocupes,- me contestó parando de reír- no tengo esas intenciones, al menos no para está noche.
- ¿Seguro?
- Ni siquiera vengo preparado, en serio no estaba en mis planes.
-De acuerdo, creeré en tí -me dirigí a la cama y me metí dentro,él se metió inmediatamente después.
-Eh, no había acabado - me atrajo entre sus brazos y me pego a su cuerpo.-Que no lo vayamos ha hacer lo no significa que no quiera disfrutar de tí.
Así empezó una de mis mejores noches, no se cuanto estuve antes de dormir disfrutando de las caricias de Hoseok. Nunca me habían tocado así, ni nunca había dejado a nadie llegar tan lejos, solo se que no me arrepiento de nada.

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Buenas, siento haber tardado tanto;-;
Entre el comienzo de las clases y eso no terminaba de aclarar las ideas para escribir lo que quería, pero ya está. Espero que os guste y gracias por leer.

Un ángel entre páginas (J-Hope y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora