Capítulo 10.

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No podemos tapar con un dedo lo que aquella cámara plasmó con su flash, un conjunto par de cuatro elementos perfectamente unidos por los suaves dedos que sus manos unidos, conjunto sin comparación alguna, una orgía de discretos sentimientos por una parte y por la otra el choque de unos sentimientos bien plasmados en letras.

Sería un día imposible de olvidar para todas ellas, hasta para Alejandro que desde la lejanía escuchaba con pulmón vivo lo que las angelicales jóvenes querían que él escuchara, y que eso hizo, y una que otra vez se le escapó sin previo avisos una que otra lágrima vaga, una que otra sonrisa de felicidad y un sentimiento de confort por verlas a ellas así, embebidas en una felicidad que parecía nunca tener fin, una alegría inconmensurable, y un sentimiento inexplicable.

7 días de los 22 pactados habían trascurrido en la potente y enorme Korea del Sur, 15 días sin iguales se les acercaban y en especial para el Angel.

Siempre Alejandro había guardado una espinita en su ya no existente corazón, espinita de no poder conmensurar ese amor en un último y eterno momento, acompañadas por sus feligreses, declarando toque de queda en el mundo, de querubines tangibles con instrumentos palpables, de bailes fantasiosos, de un sentimiento afirmado por la única religión existente, un momento unido por 2 brillantes aros en dos delicados dedos.

Dani y Alejandro desaparecieron en la neblina de la mañana sin previo aviso, las únicas desconcertadas eran Annie y Ángel. Juliana, Elianis y Maria ya sabían a que se debía aquella marcha.

El itinerario de Alejandro y Dani estaría apretado, debían recorrer la enorme ciudad de almacén en almacén, subiendo escaleras celestiales y bajando calles infinitas y entrando en callejones iluminados. Las cosas marchaban muy bien hasta el momento, los vestidos estaban listos, el lugar reservado, la torta comprada, los cheff contratados y la luna de miel arreglada, la emoción que emanaba de Alejandro no tenía explicación. Iba de tienda en tienda con una hermosa sonrisa en los ojos, una amabilidad enorme, nunca había estado tan feliz como en ese momento. Dani después odiaría no haberle tomado una foto ese día con esa felicidad para el recuerdo de ellas.

Alejandro había ahorrado todo lo que podía desde el momento que Annie y Ángel se consumaron en una sola persona, desde el momento en el que la tierra se detuvo, él sabía lo que significaba eso, un edén interminable de una relación que apenas empezaba y nunca acabaría, sabía y planeaba todo lo que se avecinaba con esa hermosa pareja y siempre, desde ese día soñó estando despierto el regalarles el día que se avecinaba a ellas, no le peso un sólo momento todo lo que hacía por ellas, y todo lo que él había dejado a un lado, sólo lo mantenían con vida esas dos hermosas jóvenes.

Dani desde remotos días pasados propuso realizar una coreografía con un mix de remotas y amadas canciones interpretada por ellas para adornar aun más el día que se avecinaba, y desde meses atrás, en plena discreción de Annie y Ángel danzaban como lo hacían en el segundo piso de aquella catedrática casa, Kpop, Pop, y rock interpretarían como sí de un concierto se tratase. Alejandro desde las espaldas cantería las canciones que ellas bailarían, vestido de traje un color penumbra y ellas de un blanco segador y peinados exóticos. Sin duda sorprenderían a las angelicales jóvenes.

De vuelta al apartamento donde en el alba salieron y en el crepúsculo regresaron con la noticia de que Annie y Ángel se encontraban en una caminata crepuscular, sería perfecto para repasar lo que en 3 días pasaría.
Lo primero en la lista era el lugar, un espacio que Alejandro ya tenía reservado, un paraíso bíblico adornado con una tarima, 10 sillas, un camino adornado por rosas, una zona de buffet con meseros de la mejor estirpe y un cheff de la mayor calidad, y un par de etcéteras.

Lo segundo sería los 10 invitados en los que destacaban 2 jóvenes, Park Jimin y Min Yoongi que llegarían a la boda como salieron en la foto, unidos por las manos, el resto de invitados sin mayor asombro eran sólo aquellas 5 jóvenes y Alejandro.

Quizás eres el ángel que siempre esperé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora