X "El lago de la muerte"

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Después de una intensa semana de trabajo duro, al fin llego el día libre de la pequeña elfita.




"¿Qué piensas hacer en tu día libre? -cuestiono Thranduil.




"mmm pues, ya que estoy sucia estaba pensando en ir a nadar, oí de un lago majestuoso al este del palacio"




"mmm parece una gran idea" -manifestó Thranduil sin mucha importancia mientras revisaba unos pergaminos




"y usted majestad... ¿cree que pueda sobrevivir un día sin mis servicios?" -se mofaba Legitil




Thranduil paro en seco ante la repentina pregunta y miro con picardía a la elfita berrinchosa -Lego... ¿crees que no puedo sin ti?"




"pues yo diría que sí" -desafiaba la elfa




"¿y puedo saber por qué?"




"¿Por qué?... tu bien sabes que yo soy mas útil, que las docenas de sirvientes que dispones.




"presumida" -se burlaba Thranduil y con una de sus manos sueltas empezaba a pellizcar con delicadeza una de las pálidas mejillas de la elfita -"disfruta al máximo de tu tiempo libre, por que mañana tienes una montaña de ropa que planchar, y con respecto a mí , no te preocupes, hoy me toca evaluar a unos soldados"




"¿Qué tipo de evaluación?"




"uno de valentía, iremos a pescar dragones.." -presumía el príncipe y al notar que legitil no lo entendía se dispuso a explicarle -"es una prueba de valor que realizan los soldados antes de entrar al campo de curación, deben a prender a perderle el miedo a criaturas feas. Pero ya no perdamos mas el tiempo... ve y diviértete"




"siiii" -gritaba legitil demostrando su alegría y salía del despacho del Thranduil no sin antes darle una reverencia.




Thranduil empezaba a amar ese comportamiento, muchas cosas de la pequeña le gustaban, como la alegría que ella le contagiaba, las estupideces que causaba siempre le sacaban una risilla, su habilidad, todo lo realizaba a la perfección, su voz, era hermosa,(excepto cuando se ponía furiosa, en esas ocasiones hasta los vidrios se fracturaban), también adoraba su físico como: su sonrisa, sus ojos verdes, el color de sus cabello hermoso como el oro, su estatura, bajita pero bien dotada en busto como en cola, sus mejillas pálidas se ponían coloradas cuando Thranduil se le acercaba... era perfecta...






Eso pensaba el príncipe mientras un suspiro audible salían de sus labios, pero eso no paso desapercibido por Anael que estaba presente en el despacho, al parecer tanto Thranduil como legitil lo habían obviado todo ese tiempo, ya empezaba a sospechar algo raro entre esos dos.




"vaya mi príncipe, la sonrisa (boba) que dibuja su rostro no lo había notado desde hace un par de meses... ¿acaso se esta enamorando?"




Thranduil cambio el gesto de su cara por una furiosa y miro de reojo a Anael -no digas estupideces.




"pero es raro que ustedes dos se lleven tan bien, hace una semana no se querían ni ver en pintura, pero ahora es distinto, ambos pasan más tiempo juntos"




"es más útil, es por esa razón que convivo más tiempo con ella, a diferencia del montón de inútiles que me contrataste -defendió Thranduil -no quiero que vuelvas a inventar estupideces ... recuerda que tengo novia"




"por su puesto mi señor, y con respecto a eso, mire alteza -le extendió una carta -le escribió Tabata.




"¿Tabata?...-le quita la carta y la lee

THRANDUIL "Principito Caprichoso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora