SUEÑO

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Luego de una jornada pesada, llena de trabajos como que aceres en el reino, la tierna e indefensa elfita Legitil cayó rendida sobre sus cómodas almohadas, sin una minúscula porción de energía que le rondara en ese inmortal pero rejuvenecido cuerpo.

Esto de involucrarse en los problemas y tareas del príncipe, estaba ya convirtiéndose en una rutina diaria que se repetía día a día. No podía evitarlo, la telaraña de seducción que teje Thranduil a sus pequeñas victimas la habría atrapado, estaba atada a sus encantos, a esa forma efímera y seductora de encadenar, a esa mirada azulina y esos cabellos rubios platinados que lograban robar el suspiro de cualquier mujer, a ese perfil de rostro, tan precioso, perfecto y elegante, toda una obra de arte, como si las manos de los propios valar lo hubiesen diseñado, y ni que decir de su escultural cuerpo. En resumidas palabras era el elfo Perfecto, sin contar que es el heredero único de una gran reino elfico.

¿Podrá existir un ser vivo ser más afortunado?, pues si, y ese era Thranduil Oropherion.

¿En cambio que era Legitil?, pues nada más y nada menos que la hija del panadero de LothLorien, el famoso Keneth, maestro en el rubro de la panadería elfica, encargado de los hornos, un haz en la creación de masas, y por su puesto elaborador principal de Lembas, que después dela elaboración su tarea era el de disponérselas a Lady Galadriel para que luego esta, como ya es costumbre de una reina elfa , repartirlas a quienes crea necesario. ¿y qué más era?, pues también era hija de Beckhi, la dama sanadora de Rivendel, famosa por la creación de cremitas anti ampollas y gran maestra en el campo de la costura de heridas.

Estos títulos no le llegaban ni al talón de Thranduil, la caprichosa ilusión que sentía por el príncipe, que quizá si se acercaba más funcionaria, estaban decayendo cada vez más y más fondo. Era insulso y estúpido creer en un sueño irreal, ¡!!él era un príncipe!!!, y ella solo una niñita campestre, criada en medio de pastizales, bosques y granjas, sin duda una humilde y débil pretendiente, pero no todo en legitil era malo.

Podríamos describirla como tímida pero de poca cordura y grosera en ocasiones, algo chaparrita y delicada, pero de fuerte carácter, pobre en vestidura, pero bella, hermosa y gloriosa en cuerpo y rostro, no era una elfa común y corriente, ella era La Chispa Dorada, nombrada de esa manera por los habitantes de Loth Lorien por la magnífica belleza que demostraba, una dama de estatura mediana, de mirada verduzca y de rostro tierno, tan tierna que hasta los de más duro corazón quedaban blandos con ella.

La vida es triste en ocasiones y pero el destino incierto. Thranduil estaba enamorado de Legitil y Legitil de Thranduil pese a que este estaba ya comprometido con otra mujer.

Perdida en sus pensamientos nuestra elfa ahora se encontraba pensativa, perdida en el mundo de las ilusiones y realidades, tan perdida en tales ilusiones que no se dio de la presencia de otro ser en su habitación era el eludido, el dueño de sus pensamientos, Thranduil.

Era hermosa, legitil era bellísima a los ojos del príncipe, la mujer perfecta para él , el amor los habría consumido a ambos , pero sabian que no era correcto.

Con movimientos lentos e imperceptibles el príncipe se deslizó sigilosamente por la habitación, con pasos tan suaves y movimientos finos, hasta llegar a la espalda de la muchacha. Su corazón latía a mil por hora, tenerla cerca lo volvía débil, no aguantando más el deseo de su profundo ser, la tomo de sorpresa, apresándola entre sus brazos, teniéndola de postura posterior, inhalando el suave olor de su fragancia y acomodando su rostro entre sus finos y delgados cabellos.

La sorpresa fue como un deseo cumplido para Legitil, y casi instantáneamente una invasión de mariposas hizo presencia en su estómago, el era el único elfo que lograba conseguir tales efectos en ella.

THRANDUIL "Principito Caprichoso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora