Capítulo 6

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Gabrielle

-Esta no es mi casa- dije jugueteando con el celular en mis manos ya nerviosa

-Deberías dejar un mensaje de que llegarás tarde- se acerco a mi oído con un lentitud que al sentir su respiración en mi nuca parecía  eterna -Dile que te invitaron a una fiesta... Una nueva amiga quizás o un nuevo amigo, quizás yo- mordió mi cuello

-Quizás- me mordí los labios y el mismo se encargó con un movimiento de que dejara tal acción

-No hagas eso- dijo serio y yo le si un tirón leve a mi cabello -Tampoco eso-

-¿Porque?- él alzó una ceja y negó con la cabeza

-Silencio pequeña. En la cama te lo explico- sonrió con picardía y sentí un escalofrío en mi vientre -Me gusta esa mirada- sus ojos se volvieron azul hielo -Porque solo yo, bebé- eso último fue como un susurro con tanta sensualidad que me hizo abrir los ojos de par en par -Solo yo sé lo que tu quieres- abrió la puerta de auto y respire profundo ¿que me pasa?

Caminamos al edificio y al cerrar la puerta quizás ni siquiera sabía lo que me esperaba, pero por el amor de dios estaba en el apartamento de Adam Granth. Y tenía al menos unas semanas que no pisaba su habitación y lo que paso últimamente allí, eso significa que puede pasar cosas peores ¿o mejores?

-Ven- no chisté, no tenía tiempo para ello. Me subió por las escaleras y cerro la puerta de su habitación con llave. Sentándome en la cama.  Él se giró y se quitó la espalda tan malditamente sexy y formada. Que desgracia. Eres como un dios griego. Me mordí el labio con fiereza. Y en ese justo momento en el que se giró supe que estaba pérdida. Perdida realmente.

-Te dije que no hicieras eso- dijo moviéndose lentamente hacia mi y yo solo arrugue sus sábanas negras. -Las reglas son reglas y se cumplen. Y tu eres mia asentí -Responde. ¿Si qué?-

-Si soy tuya - sonó tan ridículo que me reí por un segundo. Y se puso algo furioso, y me apretó contra su cuerpo. Tomando mi mano con fuerza. -No hagas nada de eso, me provocas. Mucho- estaba respirando entrecortadamente -Es más que eso, muñeca. Me prendes ¿Entiendes?- ¿qué mierda? Asentí -Que respondas, joder-

-Si- el apretó la mandíbula -

-Por hoy vamos a ir despacio y con suavidad- bajo el cierre de mi vestido y me quitó los tacones. -Tengo que entendido que seré tu primera vez. Y eso me enloquece- antes de que respondiera me beso con lentitud. Sentí cada partícula de sus labios. Me tomo las manos con lentitud y las coloco sobre mi cabeza, colocándome en el centro de la cama. Gemí en sus labios y mientras me besaba sentí como sus labios de curvaban. Uní su lengua con la mía y él se apartó momentáneamente regañandome

-Aún tenemos ropa, espera pequeño saltamontes- mordi su labio

-Me esta sobrando- murmure y él sonrió

-Me gusta así. Yo me encargo- sus mejillas pálidas ahora estaban rojas de la excitación resaltaban las pecas en sus mejillas. Se apoderó de mi cuello y de vez en cuando mordisquea mis orejas, haciéndome gemir y de su parte sacarle una risa ronca de la garganta me soltó una mano y la coloque en su hombro el siseo

-Hmjmmm- y me mordió el hombro con tal fuerza que me hizo gritar - El control es mío, si te dijo que me toques tu me tocas, si no te atare a la cama.- paso la nariz por mis pómulos y aun con el vestido por la v de mis senos. Ya cuando pareció una eternidad bajo las mangas de mi vestido y las tiras de mi sujetador. Mordió y beso la línea que se marcaba en mi piel del sujetador -Te comprare un lindo sujetador de encaje- gimió y me beso en los labios -Tócame.- dijo y yo me apodere de el cabello de su nuca. Me soltó la otra mano y rasguñe su cadera. A lo que el gimió y tomo mi mano para colocarla en su hombro. Prácticamente me arranco el vestido y jugueteo con el sujetador mirándome divertido. Pasando sus manos por mis caderas y delineo el tatuaje.

-Tan mía, tan inocente, tan excitada- gimió y comenzó a chupar mi cuello, la línea de mis senos, mientras yo clavaba mis uñas en sus hombros. Ciega. Ciega de lujuria- con paciencia me quitó el sujetador y apretó mis senos. Apretó su cuerpo con el mío. Controlandose tal vez. Pero pude sentir su erección sobre mi vientre. Masajeo mis senos y les dejo su camino con sus labios. Arquee la espalda al sentir sus labios sobre ellos y el solo se sentó sobre mi cadera observándome, tocándome, como si fuera algo que tenía que descubrir. Hizo fricción entre nuestros cuerpos. Casi se me escapa un suspiro pero solo me mordí el labio con fuerza. Con un movimiento rompió mis bragas y se recostó sobre mi buscado mi boca y más abajo su objetivo. Haciendo pequeños círculos. Y cuando estaba apunto de entrar al clímax quito sus manos y me susurro -Tu turno- suspire, Al fin. Inexperta me deje llevar y toque su clavícula y jale sus cabellos que se unían con el color carbón de sus sábanas. El olor de su perfume impregnado en ellas. Tome la liga de sus bóxer Calvin Clein y el gimió en mi boca. "Eso es" murmuraba en mis labios como si lo satisficiera y eso al parecer me gustaba. Tome el botón de sus pantalones y lo baje de un tirón. Mirándolo y tocando su trasero. De por si de infarto y que todas la mujeres en este mundo verían si les pasara por la lado. "Listo" . Me sentó de golpe. Demasiado desnuda y el demasiado cubierto. Tomándome por las caderas y cargandome para que me saliera de la cama

¿Qué demonios?

-shhhh- me siseo y me apretó duro contra la fría pared. Volvió a poseer mis brazos y los coloco en la misma posición -Enrolla tus piernas en mis caderas- eso hice -Así me gusta obediente- se bajó los bóxers, se coloco su plástico que alcanzo en la despensa en segundos, sin soltarme y me tomo la cara con una mano. Con ella una embestida. Y yo grite con fuerza. Me dolió, demasiado rápido. Luego fue más lento. Haciéndome saber que estaba dentro de mi. Mientras me mordía el cuello y suspiraba. Cada vez más lento y hasta el fondo, haciéndome desear más. Cerré los ojos cuando lo hizo con más ímpetu y me mordió el hombro susurrando "Quiero que me veas" eso fue una mezcla de azul con gris. Poco a poco moviendo nuestras caderas. Hasta llegar al clímax, hasta caer en la máxima expresión de placer que nos dábamos. En la última embestida estaba sudando. Me acostó en la cama aún sin separarnos y me empujaba la espalda y las caderas en busca de él hundiendose en mi,  ya estaba agotada. Y temblando ante aquella sensación de placer tan nueva.  Pase mi nariz por la parte de atrás de su cuello mientas colocaba todo su peso en mi

-Mi inexperta es buena en la cama- me dijo ronco -Elegí bien, sabía que este culo tan perfecto tenía que ser bueno en la cama- me acaricio tal zona y salió de un tirón de mi quitándose el envoltorio y tirándolo a una papelera cercana. Se giró y me miró con una sonrisa típica -Me encanta tu cara, significa que estas bien follada- se acerco como si hubiese recobrado las energías de tan solo mirarme entre sus sábanas de satén -Creo que aún no estas al límite. Creo que te puedo dar unas cuantas folladas más para que me recuerdes mañana. Cuando te despiertes. Hice una mueca y me toque el vientre. Busco un condón nuevo de la despensa y me abrió las piernas -Esto te dolerá. Quiero que mañana camines como pato por la escuela y solo sabré la razón. Sabré que no fue por una caída en la bañera. Si no una buena follada mía-  sonríe con malicia ahora. -Hacia tiempo que no tenía una follada así.

La Perdición de los Hermanos SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora