.:Especial:.

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(N/A: antes de dar inicio a este especial, este especial se dio en conmemoración a la historia que antes se encontraba en la cuenta anterior para que no haya confusiones, decidí dejar el especial ya que esto fue un regalo como agradecimiento por su apoyo al fic

P.D: poner el video en cuanto comiencen a leer, para tener mejor experiencia, ciao)

Eran las 5:30am por los pasillos del instituto sweet amoris, ¿por qué se empieza la historia por estos lugares y a esta hora? Pues su respuesta la tienen, en la biblioteca.

Los libros que se encontraban hace 10 minutos apilados en la mesa por el delegado, se encontraban ahora tirados sobre el piso, ahora quien ocupaba toda la mesa era el mismo delegado

-nm... aah... nm-as... mas-

gimiendo pedía el rubio a su dominante pelirrojo, quien por placer accedía a cumplir su petición, mientras aumentaba la penetración profunda que había comenzado a darle.

-aah... aah... nm-

Los gemidos comenzaban a ser incontrolables, por otro lado el pelirrojo jamás le importo el ser pillado por alguien, pues sabía que si pasaba eso, sabrían que no deberían acercarse a lo que por derecho y por todo lo que ha hecho ya con su cuerpo le pertenecen.

-vamos... Nathaniel ng... di mi nombre, pide más-

Comenzaba a pronunciar con voz agitada y ronca por la excitación que sentía el pelirrojo hacia su presa.

-aah...nm...cas...Castiel ma...mas-

Le pedía en gemidos el rubio en su oído, al haber logrado abrazarse de su cuello, por parte del pelirrojo con aquellas palabras en su oído, lo hacía perder el poco control con el que hace poco contaba.

El rubio había comenzado arañar la espalda del pelirrojo, dejando marcas rojas en ella, mordía su cuello en dadas ocasiones por el placer que provocaba, cada embestida en su interior con profundidad.

-nmg... nath joder-

Se había quejado Castiel pero no por el dolor, si no por el placer pues al parecer, había encontrado aquel punto dulce, que hacia al rubio perder toda cordura en él y actuar como fiera hambreada de más sexo.

-aah... aah... cas...Castiel, castiel aah... qué esperas por romperme... quiero sentir más... aah...mas-

Oh valla que el pelirrojo adoraba esa parte del rubio a la hora del sexo, pues gracias a ese punto podía aguantar cualquier cosa por parte del como delegado, pero ahora no tenia al delegado en sus garras, si no tenia a un Nathaniel que nadie había conocido, y jamás lo hará pues era solo de él.

Una, dos, tres estocadas más y el rubio se habían venido manchando el abdomen del pelirrojo y el suyo mismo, mientras en su interior contraía sus paredes haciéndole venir también al pelirrojo.

Ambos estaban cansados, y como no estarlos después de haberlo hecho por cada rincón de la biblioteca, mirándolo del punto de vista de cualquiera que entrara pensarían que se trató de un terremoto o bien un huracán, cuando en realidad fueron ellos.

-tendrás que limpiar... pero te ayudare esta vez... pues ahora yo fui quien te sedujo-

Sonreía el rubio, el cual poco a poco recobraba el aliento.

...

3:45 pm

-castiel, cuando entenderás que debes ser responsable, empezando por firmar tus justificantes-

Decía alzando la voz un rubio enojado, pues siempre era lo mismo con aquel pelirrojo.

-porque no mejor dejas de estar molestándome y buscas otro a quien matarle el tiempo, o búscate alguien quien mandar como mensajerito porque eso se te da bien ¿no?-

Decía molesto también el pelirrojo, aquella discusión ya no era para nada algo nuevo en el instituto, todos en el conocían sus discunciones, sabían que nunca tendrían final, por eso cada uno que pasaba solo les ignoraban, sabían que era fuego de no tocar pues las llamas bien podrían quemar.

-no tendría que mandarte personas para que firmes, si tan solo tú tuvieras el valor de tomar responsabilidad una vez en tu maldita vida-

Comenzaba a molestarse en verdad el rubio, los pasillos del sweet amoris comenzaban a vaciarse, y solo quedaban aquellos que discutían por lo mismo de cada día.

-no tendrías que mandarme a firmar si no fueras el lámeselas de la directora-

-siempre será así, solo insultos Castiel, si tuvieras los pantalones necesarios como firmar y listo, créeme que no te volvería a molestar, seria trabajo de alguien más pero mía ya no-

Al no haber nadie más en los pasillos, ni en el interior del instituto, Castiel se acerca a Nathaniel acorralándolo contra los casilleros.

-tengo los pantalones necesarios como para decirte que tu juguete se activó dentro, notando ni un alma en este aburrido lugar-

Dice con una voz seductora, haciendo despertar un sonrojo al rubio, pero su mirada dura ante él seguía, hasta que el pelirrojo tomo ambas nalgas del delegado tomándolo por sorpresa y soltando un gemido.

-nm...esta vez no Castiel, ti...tienes que firmar-

Comenzaba a fallarle la voz pues también el sentía que algo más despertaba... oh el pelirrojo sí que sabía controlarle, aunque no quisiera admitirlo.

-enserio natha-nieeel-

La voz seductora del pelirrojo atrapaba los sentidos del rubio que comenzaba a perder la cordura ante sus acciones, el pelirrojo le quita los justificantes fingiendo firmar, pero la acción continua del rubio fue el jaque mate para ganar la discusión, dándole la victoria al pelirrojo, pues Nathaniel había tomado aquellos papeles tirándolos lejos de su alcance junto a la pluma, mientras rodeaba el cuello del pelirrojo y cerca de su oído le decía.

-perdiste-

Se expresó por finalizar el pelirrojo

-no Castiel, esto es un nuevo juego-

Decía en su oído al pelirrojo, el cual volvió a poseer el cuerpo del rubio

-aah...aah... nm. Nm...aaa mas-

y así en todo el instituto sweet amoris mientras no hubiera nadie cerca se comenzaba a oír cerca del lugar aquello sonidos de lujuria los cuales provocaba una escena que sucedía casi siempre por un juego.

Viviendo con mi enemigo -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora