Un día lluvioso

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Había bajado lo más rápido posible las escaleras, mire fijamente frente a mí la puerta de la salida, tomo mi celular y decido llamarle a la única persona con la cual puedo contactarme.

-¿Armin?-

-¿Nathaniel?-

-¿aun estas fuera de casa?-

-algo así, ¿ocurre algo, quieres que te vaya a buscar? Estas... ¿llorando?-

Qué. Al principio no había entendido su comentario hasta que me centre en mi persona, en realidad si lo estaba haciendo, pero no tenia razón exacta para hacerlo, mi corazón y mi mente juegan con mis sentimientos, me limpio las lágrimas.

-n...no es nada-

-Nathaniel no se encuentra bien, ¿no tenía el número de castiel para que le informes de esto?-

Le había preguntado a una persona que no lograba articular por el teléfono palabra de ese ser misterioso em estos momentos para mí.

-no te preocupes Armin, acabo de ver un parque aquí cerca así que iré a ese lugar y después te llamo, lamento haberte preocupado-

-espera nath...-

No espere a escucharle terminar y camine a ese parque que en verdad había visto no quedaba muy lejos pero tampoco quedaba tan cerca, se encontraba cruzando la calle de mi lugar de trabajo el cual empezare mañana temprano.

Después de un largo camino llegue al parque estaba tranquilo, pues se notaba al ingresar al interior de este, camine por ahí, en ese instante me lamento de no haber traído un libro por compañía, así que decidí sentarme en un árbol donde daba vista al lago el cual estaba lleno de patos.

Era una hermosa vista y eso era perfecto, pero entonces el clima cambio haciendo que lloviera.

En todo el tiempo en que seguía ahí no se notaba una nube gris que fuera arruinar tan bello día

Pero como suele ocurrir no todo lo bueno permanece en sus sitio siempre, comenzó a llover y bajo el árbol donde me encontraba confiado permanecía ya que agua no caía, miro solamente como la gente comienza a correr para cubrirse de la lluvia, noto como patitos seguían a su mamá pata, de pronto una gota llena del agua acumulada por el roció de las hojas, provocado por la lluvia, caí hasta posarse sobre mi hombro derecho, poco después comienzan a caer más hasta volverse seguidas, llorando así mojarme un poco mi prenda, por ese motivo salgo de bajo del árbol donde hace poco permanecía cubriéndome de la lluvia para dirigirme algún otro lugar mientras paraba y se volviera un tanto estable la lluvia para regresar a casa.

-naturaleza veo que me odias ya que prefieres que me empape todo y llegue como sopa a casa pero no lo lograras no permitiré escuchar burlas de mi odioso compañero-

Una vez mencione eso acelere más el paso hasta llegar bajo una lona fuera de un local cerrado para resguardarme ahí de la lluvia, pero no todo es malo y en eso me percate al escuchar unos maullidos a mi lado proveniente de una pequeña caja, me acerco para mirar en su interior y notar de quien se trataba era de un pequeño felino, acuclillo ante él, acerco mi mano para acariciarle, pero este con miedo reacciona alejándose de mi acción en proceso.

-no me tengas miedo, no te hare nada malo te lo juro- le regalo una sonrisa para que confiara y este en respuesta maúlla.

Continuo mi acción acercando mi mano para acariciarle este inseguro
Se acerca y comienza a restregarse en mi mano suelto un corta risa, decido sacarle de la caja para continuar mi acción de mimarle.

-no sabes el gusto que me daría poder llevarte pero tengo un compañero malo que seguramente no me deja entrar en cuanto me vea contigo- le comento mientras le acariciaba ¿me entenderá acaso?

-pero puedo venir q verte si no tienes aun dueño claro- este maulló como si me contestara lo que dije, sonrió.

Permanecí a lado del felino dándole cariñitos, tiempo paso y ya era tarde por suerte a mi preocupación se acerca un niña a mi lado mirando al minino, le extiendo el animal a ella está sin dudar lo toma en brazos.

-sabes no tiene casita este amigo- comento la pequeña sonríe mientras acariciaba
Al felino para después gritar lo siguiente hacia un auto negro frente a nosotros.

-¡papi puedo quedármelo!- después de aquel llamado, un hombre adulto, baja del auto me mira por un momento y yo miro hacia la caja para lograr mi cometido, escucho su suspiro.

-está bien pero vámonos ya recuerda que tengo una junta cariño-

-si papi, gracias- me dice para después notar como aquella infante se retiraba junto con aquel pequeño felino, sonrió ante mi cometido pues el felino tendría familia al fin.

Me estiró sobre mi lugar para después mirar la hora; era demasiado tarde seguramente ya habrán terminado y yo ya poder entrar por lo menos directamente a mi cuarto a descansar, lo único que tenía que hacer o intentar era el pasar en completo silencio y con sigilo hasta mi cuarto, o eso me planté mientras miraba el edificio desde abajo.

Entro al edificio, decido subir por las escaleras para "darles tiempo", justamente al llegar y abrir la puerta, un silencio me recibió ¿acaso no había nadie dentro?, no seguramente se encontrarán durmiendo en el cuarto de... ¿¡porque mi cuarto está cerrado y el de castiel abierto!? Sera -que, hay no eso sí que no, eso debió ser el último y menos pensado lugar para llevar sus juegos.

Me dirijo hasta la puerta de no cuarto con la intención de abrir y sorprender a los intrusos para sacarlos de ahí a como diera lugar, mi mano se encontraba ya sobre la manija pero yo no podía crear de una vez por todas la acción, solo un movimiento y podría mirar lo que se encuentra adentro, espera un momento ¿que pasara si abro y me encuentro con esa escena que sigue formándose en mi cabeza? Seguramente castiel me golpe por interrumpir aunque sea sus sueños seguramente... seguramente sueños entre ellos.

Dejo salir un suspiro mientras retiro mi mano de la manija.

-ya hablare con el seriamente de las reglas del departamento, no podemos seguir de este modo, pero ahora de lo que debo de preocuparme es de donde dormiré- por un momento mis pensamientos se fueron para el cuarto de castiel pero inmediatamente como la idea llego la desecho rápidamente, negando rotundamente.

-el sillón, si justo ahí mejor será- menciono al aire para dirigir mis pasos hacia la sala, tomo un libro que permanecía sobre el regazo del sofá, miro la portada, suelto un suspiro -era de imaginarse, tomando las cosas que no te pertenecen- menciono entre dientes molesto y me dejo caer sobre el sillón.

Examinó el libro como buscando algún detalle que me llevará a levantarle de una vez por todas e iniciar una guerra y sacar de una vez a las visitas, pero al no encontrar nada solo suelto un gruñido, decido relajar mis músculos, que sirve que me enoje si el que sale perdiendo soy yo, miro el libro que ahora reposa sobre mi regazo, lo tomo entre mis manos; me recuesto, me acomodo sobre el sillón, tomo el libro añadiéndole en aquella página donde tenía un separador indicando el lugar donde ultima vez he leído, me decido a leer un poco antes de dormir, pero el cansancio por la actividad del día, el cuerpo que demanda descansar, el sillón que incluso en estos extremos acepta mi cuerpo dándole comodidad, no me deja otra opción que terminar solo dos hojas, cerrar el libro, dejarlo sobre mi pecho, para dar paso al sueño que enseguida mis párpados ya pesados comienzan a cerrarse, entregar mis pensamientos a Morfeo.

Continuara...

nd:whitq&>

Viviendo con mi enemigo -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora