La Novela. Mapa de ruta.

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En esta parte es donde considero que se encuentra lo sustancial, como escritora sé que tu finalidad es escribir historias que sean capaces de enganchar al lector, en este capítulo vamos a construir la composición del eje narrativo.

En la cadena principal de acción cada punto conduce a otro, al llegar a este, lo primero que debemos tratar de hacer es dedicar tiempo al eje narrativo, ¿pero y qué es? Pues el eje narrativo no es más que un hilo conductor de los sucesos y sus protagonistas, ahora veremos los elementos que todo eje narrativo debe tener.

1- PERSONAJES REDONDOS:
Llamamos personajes redondos aquellos que muestran diferentes aspectos de sí mismos, van modificándose en función de sus experiencias vitales.

Estos personajes viven una evolución a lo largo de la historia, el mejor ejemplo que conozco sobre personajes redondos es la novela titulada 1922 de la obra Todo oscuro sin estrellas de Stephen King. Wilfred es un hombre malvado sin escrúpulos que embauca a su hijo a cometer un acto atroz, a medida que avanza la historia nos vamos envolviendo dentro de la trama con todos los miedos e inseguridades del personaje que culminan con una metamorfosis total, ahora bien; para que ocurra esa evolución deben existir elementos que provoquen el cambio, una persona no puede cambiar de la noche a la mañana sin motivo aparente, lo mismo ocurre con los personajes de una novela, estos evolucionan en el arco del personaje.

Me explico, el arco de un personaje es la transformación de punto de vista que sufre desde el comienzo hasta el final de la historia, los estados por los que atraviesa y el crecimiento psicológico o emocional que experimenta.

2- CONFLICTOS POTENTES: El conflicto dramático es una necesidad absoluta en cualquier forma de narración de historias. Presenta los desafíos y obstáculos que los personajes principales deben afrontar, y detalla los medios por los que los superan (o en algunos casos, no consiguen superarlos).

Sin conflicto, no hay historia (no pasaría nada). Más importante es el hecho de que sin conflicto, los personajes no crecerían o cambiarían. No sólo el conflicto crea una buena historia, sino que ayuda a las historias a reflejar la condición humana, a través de la cual nosotros crecemos y cambiamos a medida que nos movemos en la vida.

Una idea no funciona si no tiene un conflicto potente, algo que cambie la vida del personaje, el fin de este conflicto debe ser que este personaje tenga un resorte dramático: Algo que le sucede que ayude a que la historia avance y el lector se identifique con tu personaje.

3- SALTO CUALITATIVO:  A este punto también se le denomina mudas y no son más que un giro brusco en la historia, algo que al lector le resulte inesperado.

Según la definición que dio Vargas Llosa en Cartas a un joven novelista (1997) una muda es:
“toda alteración que experimenta cualesquiera de los puntos de vista reseñados”.

4- MOMENTO DEL CLÍMAX: Como ya he venido explicando en capítulos anteriores, el climax es el momento de máxima tensión, la cumbre de toda trama. El clímax no es más que esa gran batalla donde culmina con heridas y el descenso de la historia, esto harto lo vemos visto ya en películas. En una historia romántica puede ser el desenfreno en el encuentro y en el amor que posiblemente culmine con la expiación de los hechos o un simple adiós.

Generalmente el clímax se coloca en el desenlace de la historia porque luego comúnmente suele venir  la conclusión.

Ahora bien, no tiene que ser un encuentro con la muerte o una gran batalla, es el momento de máxima tensión en cualquier idea.

5- FINAL REDONDO: El final redondo es el mejor final, es el que deriva del momento de máxima tensión, lo que sucede después del clímax.

Ese “buen” final, en teoría, debería concluir en un clímax de acción -en el que normalmente el protagonista se enfrenta al antagonista-, pero también en un clímax emocional, que remate el arco del transformación del personaje y resuelva su conflicto, ya sea en positivo, con el protagonista triunfando, o en negativo, con su derrota.

Esto, dicho así, parece fácil de conseguir, pero te aseguro que no lo es.

Además, lo interesante es que ese final sea sorprendente y que a la vez parezca inevitable, lógico. Al terminar de leer tu novela, el lector debe sentir que ha acabado como debía de acabar, pero lo que ha ocurrido debe haberle sorprendido.

6- FINAL: Este final va seguido del final redondo o bien puede convertirse en tu epílogo –aunque va a depender en gran medida aquellos elementos que le conforman–, aquí debes atar todos los cabos sueltos o explicar aquellas cosas que no se explicaron o se dejaron de definir, pero si quieres puedes dejarlo para una secuela.

Ahora bien, necesito que tomes esta parte con muchísima cautela, porque podrías cometer un error garrafal.

El peligro de los finales abiertos

Crear un final abierto a veces se confunde con no aclarar nada, pero se comete un grave error si se piensa así pues, la idea de estos finales es dejar la puerta entreabierta, pero dejar claro que la historia que se quería contar ha terminado.

Un final abierto permite que el lector crea que esa historia, que las vidas que se desarrollan en tu relato continúan, siguen su curso, aunque ya haya terminado de leer todas las páginas del libro. Este lector puede afirmar que ha terminado la novela, sin embargo en su mente siguen desarrollándose imágenes nuevas de los personajes de la historia, y es eso lo que hará que, si realizas una nueva entrega de la vida de esos personajes, este lector sea de los primeros en ir a adquirirla a las librerías.

Para lograr un buen final abierto es necesario que tengas un total dominio de la historia y que sepas qué puerta es la que debe quedar abierta para tentar a tus lectores; si dejas todas abiertas, posiblemente se diga de ti que eres un escritor desparejo.

Y, claro está, el final debe resolver la trama y las subtramas de la novela. Dicho de otra manera: deben responderse de forma lógica todas las preguntas que se han formulado a lo largo de la historia.

Son muchas cosas las que parece que hay que hacer para conseguir ese buen final del que hablo, ¿verdad?

Todavía hay mucha más tela por donde cortar, simplemente te he dado una pequeña pincelada de cada uno, más adelante, cuando termine de definir las partes de la novela, retomaré uno por uno los elementos del eje narrativo.

Nos leemos en la próxima.

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