Sábado, 30 de noviembre de 2013

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Sábado, 30 de noviembre de 2013

Una vez identificadas las víctimas teníamos que hacer un esquema cronológico de su último día antes de que desaparecieran. Además de la victimología, de la cual nos encargamos Sandy Kendal y yo, cuanto más supiésemos de las fallecidas más fácil sería conocer al asesino y hacer su perfil.

Kate Robinson fue informando de los avances forenses a través de vídeo llamada. Kelsey y Stevens se ocuparon de las grabaciones de las cámaras de seguridad: de supermercados, de cajeros, de tráfico..., cualquiera que hubiera en las zonas donde desaparecieron las chicas.

Ian se encargó de notificar a las familias que habían sido encontradas pero sin darles detalles. También habló con los compañeros de trabajo de las difuntas, los cuales fueron los últimos en verlas con vida.

Con todos los datos recogidos se creó un mapa cronológico y uno geográfico.

—Por lo que hemos averiguado, fueron secuestradas por la noche; al salir del trabajo—dijo Sandy a los chicos.

Mientras yo señalaba las fotos de las víctimas colgadas en el panel, les iba dando la información que tenía de las chicas a los miembros del grupo.

—La primera víctima es Stacey Aldrich; desapareció el siete de octubre al salir del supermercado donde era cajera, en la Av. Nostrand. La segunda víctima es Nicole Dunne -proseguí—; desapareció el siete de noviembre, era entrenadora personal en un gimnasio, en la Av. Franklin.—Señalé la siguiente instantánea-. La tercera víctima es Bridget Lawler; desapareció el catorce de noviembre, era camarera en un restaurante de comida rápida, en Clark Street. La cuarta víctima es Samanta Payne; desapareció el veintisiete de noviembre, en Vermont Street y, a diferencia de las demás, no salía de trabajar. Era profesora en un colegio y desapreció justo el día antes de que nos llamarais. Recuerden que esta última no parece haber sido asesinada por nuestro sujeto, así que procuren no confundirse con el modus operandi.

—Después de analizar a todas las víctimas ¾informó Sandy—, hemos llegado a la conclusión de que todas fueron escogidas por sus rasgos físicos; pelo moreno, media melena, ojos verdes, de la misma estatura, más o menos la misma edad; entre veinte y veintiocho años. Trabajaban muchas horas, en turno nocturno, menos la última víctima, que en este aspecto no coincide.

—Creemos que las elige porque se parecen a alguien que conoce; como no es capaz de matarla, lo hace por sustitución, secuestrando repetidamente a mujeres similares —intervine.

—Está reduciendo su intervalo de enfriamiento —añadió Sandy señalando la línea de cronología del tablón.

—¿Qué es eso? —preguntó David Kelsey.

— Es el período en que el asesino revive sus fantasías una y otra vez recordando su crimen —respondí—. Entre las dos primeras víctimas pasó un mes, entre las demás dos semanas. Cada vez actuará más rápido y pasarán menos días entre los crímenes.

—Después viene la fase de depresión —comentó Sandy.

Miré a David y aclaré el significado sin dejarle tiempo a preguntar.

—No es como las depresiones psicológicas. En este caso, es cuando el asesino siente la necesidad de repetir y mejorar lo que ya hizo. Siente una compulsión que le hace hacerlo una y otra vez. No parará hasta que le detengan, incluso puede llegar a matar a la persona a la que está sustituyendo si reúne el valor necesario.

Ese mismo día, sobre las diez de la noche, nos sentamos en la sala de reuniones, mientras cenábamos comida china y empezamos a barajar teorías.

Silencio a MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora