Mirrors

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Annabeth durmió por tres días y tres noches.

Al mediodia del cuarto día se levanto del sueño más profundo que tuvo jamás. Más profundo que el océano mismo inclusive. 

Al levantarse no entendía nada de nada. Estaba muy abrumada, sentía que la cabeza le iba a estallar en menos de dos segundos. No recordaba nada. Solo estaba segura de algo, que su nombre era Annabeth, se encontraba en una cama y que Thomas le había salvado la vida.

Se encontraba en una habitación amplia con paredes rosas, donde había solamente dos camas, una al lado de la otra. En una esquina de la habitación había un espejo de cuerpo completo que tenia el lado izquierdo roto.

Annabeth decidió abandonar la cama donde yacía, pero al poner un pie fuera de ella, todo el peso de su cuerpo se le vino encima. Por unos segundos su visión se puso borrosa. Se iba a desmayar. Estaba muy débil como para pararse pero ella necesitaba verse en el espejo, necesitaba levantarse. Era como si sus huesos estuvieran hechos de cristal y en cualquier momento se romperian. Con cada movimiento los músculos de su cuerpo dolían. Como si hubiera sostenido el peso del cielo por un muy buen rato.

Respiro profundo y se puso de pie.

Costo. Pero lo hizo.

Annabeth fue hacia la esquina de la habitación donde estaba el espejo. Cuando estuvo cara a cara con el objeto casi pega un grito. Parecía un fantasma que había venido de la guerra. Estaba pálida, tenia las peores ojeras del mundo y su pelo parecía el nido de un pájaro. Tenia todas las piernas lastimadas. Rasguños, moretones, raspaduras y quemaduras. Y sus brazos no se quedaban atrás. Si ella no se hubiese visto en el espejo no se hubiese acordado de su pie lastimado, ya no estaba mas enyesado, pero tenia un hematoma gigante en el tobillo de un color violeta rojizo. Un color muy bello, pero el dolor no lo era.

Estaba muy asustada no podía recordar nada ni de donde venia, como era su nombre completo, si tenia familia o amigos. Solo tenia fragmentos en su mente pero era como un rompecabezas, las piezas simplemente no encajaban.

Se dejo caer en el piso frente al espejo.

Estaba al borde de las lagrimas cuando algo logro llamar su atención.

El espejo reflejaba que detrás de ella, en la otra esquina de la habitación, había una remera anaranjada, con un short de jean y unas zapatillas negras tiradas en el piso.

Annabeth unió todas las fuerzas del universo para poder pararse. Cuando logro llegar, lo primero que hizo fue agacharse y recoger la remera que estaba en muy malas condiciones. Decidió darla vuelta y fue cuando pudo leer la leyenda que tenia impresa, junto a la imagen de un caballo con alas. La remera decía así:

"Campamento Mestizo".

La mente de Annabeth empezó a doler nuevamente.

¿Qué quería significar "Campamento Mestizo"? ¿Ella asistió a un campamento donde le borraron toda la mente? ¿Qué significaba la palabra mestizo?

Esas, eran tres de las cuatro millones de preguntas que Annabeth tenia en este momento en su cabeza.

Empezó a mirar a su alrededor para ver si había algo mas que pudiera ayudarla o aunque sea no confundirla mas de lo que estaba. Pero no tuvo suerte.

Annabeth se asomo a la ventana, porque había llegado a la conclusión, que tampoco sabia desde cuando había estado durmiendo. Aparentemente era de día, no sabia si era la mañana o la tarde. La ventana daba a una carretera desolada y luego venia un pequeño bosque pero que era lo suficientemente grande como para perderte en él.

Estaba tan perpleja con el paisaje tan extraño pero a la vez cautivador que no escucho cuando Thomas apareció frente la puerta.

Estaba vez Annabeth dio el grito de su vida.

-Creo que he quedado sordo -dijo Thomas con un poco de picardia y una risa juguetona. -¿Has podido descansar Bella Durmiente?

-¿Por qué dices eso? Solamente he dormido un día solo, ¿verdad? - pregunto Annabeth esta vez un poco preocupada y desorientada.

Thomas se acerco hacia donde estaba Annabeth para poder verla un poco mas cerca y abrazarla.

-Bajemos. Te contare todo lo que se durante el almuerzo que he preparado.

Thomas agarro cuidadosamente a Annabeth por la cintura porque sabia que se encontraba muy débil y ella paso su brazo derecho por los hombros de él, apoyando todo su peso en el de él.

Ambos abandonaron el cuarto dejando solamente el ruido del silencio detrás de ellos.

When she came back.  [Percabeth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora