- Capitulo Once: Tutora y maestra -

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Narra Link

Me encontraba siguiendo el sendero de la ciudadela para llegar al castillo, debo de decirles que es realmente extensa la Ciudadela de Hyrule.
Tras unos cuantos minutos de caminata y alguno que otro choque con alguien por la gran cantidad de circulación de personas al fin logré visualizar las enormes puertas de metal que significaban la entrada al castillo del reino. La verdad, me siento un poco nervioso porque jamás había estado tan cerca del castillo y no puedo creer que la razón por la que entraré es por algo como el estudio. Caminé un poco hasta estar de frente con las enormes puertas de metal, trague saliva y cuando por fin me dispuse a tocar...

- Guardia: Disculpe, joven. - Giro un poco mi cabeza y me doy cuenta de que un guardia se encontraba en su puesto de trabajo - ¿Tiene algún permiso para entrar al castillo?

- Link: ¿Eh? ¿Se necesita un permiso para entrar?

- Guardia: Sí, la única manera de acceder al castillo es con una determinada identificación, con un permiso o por orden directa de los cargos mayores. Así que lo siento, no podré dejarlo entrar.

- Link: No tengo una identificación pero se supone que iba a estudiar con la princesa. - Digo con esperanza de que cambie de opinión -

- Guardia: Espere... ¿Por casualidad su nombre no es Link?

- Link: Sí, así es.

- Guardia: Ah, en ese caso no hay problema. La princesa Zelda nos ordenó a todos los guardias que le permitiéramos el paso a un joven rubio de ojos azules con el nombre de Link ya que la colocaron como su tutora en la academia.

- Link: (Umm, al parecer no se olvidó de mí) Ay, qué bien. Ya pensaba que me dejarían fuera.

- Guardia: Tenga... - Saca una pequeña identificación extendiéndola hacia mí la cual al leerla tenía escrita la oración de: "Alumno -Tutora" - Considere esta identificación como un permiso, muestrela cuando algún guardia le impida el acceso al castillo.

- Link: Oh, muchas gracias. - Agradezco tomándola - Disculpe, y ahora que lo pienso, ¿cuál es su nombre?

- Guardia: Con eso ya puede pasar. - Se voltea unos segundos para mover un interruptor, y al hacerlo, ambas puertas de metal empezaron a retroceder dejando así libre la entrada al glorioso castillo - La princesa se encuentra dentro de la biblioteca, para llegar a la ella siga el sendero principal y cuando vea el primer letrero de vuelta a la izquierda, de ahí, siga todo recto por el sendero hasta llegar a la biblioteca, ¿entendido? - Hace una pequeña pausa - Mi nombre es Milo, encantado. - Me extiende su mano -

- Link: El gusto es mío, - Le doy un fuerte apretón de manos en forma de agradecimiento - Milo.

- Guardia Milo: Para servirle, ese es nuestro trabajo después de todo. ¡Jo, jo, jo!

Una vez recibida la dirección puse camino a la biblioteca tal y como me lo mencionó Milo.
Mientras caminaba por el sendero me percaté de que tenían una zona en la que los soldados se ponían a prueba día tras día para convertirse en reconocidos caballeros... O eso me dijo mi padre ya que a pesar de ser parte de la guardia de la familia real también se toma el tiempo de entrenar a los más jóvenes... Quisiera, quisiera que también entrenara de esa manera... conmigo.
¡Pero basta! ¡No es momento para ponerme sentimental! Me quedé unos cuantos minutos para ver como entrenaban los soldados y, de paso, ver si mi padre se encontraba entre ellos, pero al parecer se encontraba realizando una misión ya que no lo vi en ningún momento.
Después de observarlos volví a retomar el camino esta vez sin interrupciones y, tras varios minutos (jamás pensé que un castillo tuviera tales dimensiones), al fin logré apreciar el enorme cuarto al que hacían llamar biblioteca. Me sorprendí bastante tras ver lo grande y larga que era la biblioteca.
Tras verla detenidamente me dispuse a abrir delicadamente las puertas y entrar. Una vez dentro me quede con la boca abierta tras ver los miles y miles de libros que se encontraban en las estanterías y...

The Legend of Zelda: Breath of the CalamityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora