- ¿A donde vas? - aquella pregunta sonó en las profundidades del bosque.
Y aun que fue dirigida al pelinegro, siguió su curso ignorando las palabras de su mano derecha.
Yoongi era un lobo, él alfa de una manada acreedora de unos de los terrenos de aquel profundo y gran bosque.
Era un hombre lobo prepotente, fuerte y elegante, a sus pies estaba el control y en su sangre no existía el temor, solo la valentía.
Pero su lobo anhelaba aquella compañía que lo hiciera sentir completo. Estaba harto de la soledad, tenia una gran familia con la cual contar y quienes le seguían fielmente, pero era hora de que la luna le diera esa bendición de poder darle felicidad alguien mas y al mismo tiempo serlo el también.
Por eso había empezado a caminar o correr por el bosque, recorriendo sus tramos para lograr relajarse.
Buscando algo que no sabia que era exactamente.
Hasta que fue guiado hasta ahí, con el brillo de la luna blanca, siguiendo sus instintos y la curiosidad.
Fue ahí donde sus lobunos ojos dorados fueron presa de algo nuevo. Su forma de lobo era grande, al igual que su actitud era prepotente y camuflado con su pelaje negro en la oscuridad, pudo observarlo.
Aturdido por un lloriqueo suave y débil. Se asomo entre los arbustos, cayendo a la vista de aquel niño que lloraba sentado en el suelo frente a lo que el pensaba era su hogar.
Movió su hocico, olfateando un aroma nuevo a sus sentidos. Frutilla.
Su corazón dolió al percibir ese dolor que desprendía el pequeño niño.
Yoongi no comprendía a los humanos, pero sabia muy bien, que ambas razas compartían ese cuidado hacia los cachorros. Frunció su ceño sin entender, porque en la noche y en el frió estaba ese pequeño cachorro humano solo y abandonado.
A pesar de la cualidad del olor del humano no se acerco a él, sabiendo que probablemente lo asustaría.
Se acomodo en el suelo y apoyo su cabeza entre sus patas delanteras, las cuales había cruzado. Sin quitarle la mirada aquel niño que brillaba junto a la luz blanca.
No deberías llorar a la Luna
Pensó el lobo, sintiendo aun mas el sufrimiento del pequeño cachorro humano.
La luna se había movido bastante y el frió aumentaba, pero fue hasta ese momento, donde el pequeño cayo dormido acurrucado entre sus propios bracitos, temblando y sorbeando su naricita involuntariamente.
Yoongi volvió a posarse en sus patas, no sabia porque el cachorro seguía solo. Así que con cautela troto hasta el pequeño niño y tratando de no despertarlo se acomodo a su lado, protegiéndolo del frió con su pelaje negro. Triplicaba el tamaño del cachorro humano así que confiaba que incluso su calor corporal le haría descansar mejor.
Se dejo llevar por aquel delicioso olor a frutilla, que se había adueñado de su olfato y aun que volvió acomodar su cabeza esta vez en el césped, no llego a dormir, alerta de cualquier cosa que peligrara la vida de aquel pequeño quien se había acurrucado esta vez en él.
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Sonrie a la Luna |Yoonmin|
FanfictionUna narración del bello inicio de una historia de amor. Donde un pequeño niño nunca a conocido el amor. Donde el cariño es algo extraño y desconocido para él. Pero aun que no sepa lo que es, su inocente y débil corazón lo exige, exige ese algo que...