Sonrie a la Luna |Yoonmin|

C U A T R O

Desde aquella noche, volver a ver aquel cachorro humano se volvió su rutina, parte de su día.

A pesar del tiempo el gran alfa no entendía porque el niño vivía tan triste.

Descubrió que su nombre era Jimin, cuando escucho que era llamado así, no pudo evitar incluso mover sus orejas curioso.

Era un nombre hermoso.

Pero a pesar de que se sintió bien saber como se llamaba el hermoso castaño, no entendía porque aquella mujer gritaba tan bruscamente el nombre del cachorro.

Porque lo agarraba tan dolorosamente de su huesudo bracito y le jalaba ignorando aquellas muecas que reflejaban dolor.

Su pecho rugía cuando golpeaba con un palo las manos y pies del pequeño cachorro humano.

Pero no podía acercarse, lo sabia bien, eran humanos y no debía interferir en sus vidas y costumbres, aun que le doliera. Sabia incluso que esa rutina creada para observar al pequeño estaba mal.

Aun así, hacia oídos sordos y como si no supiera nada, cuando en algunas noches, el cachorro volvía a llorar solo bajo la luz de la luna. Y el gran lobo también volvía a esperar que cayera rendido para acercarse a él y darle esa protección que su cuerpo humano y lobo deseaban.

Y sonreír feliz cuando el pequeño se escondía en su pecho entre sueños.

- Yoongi, sabes que te respeto mucho - hablo Namjoon, su mano derecha - Pero algunos hablan sobre tus repentinas salidas al bosque -

- Solo camino por el lago - contesto el pelinegro, fingiendo ignorancia.

- Se que vas a ver a los humanos que viven al inicio del bosque -

Aquello sorprendió al alfa, estaba seguro de que nunca nadie lo seguía...

- ¿Como lo sabes? - fue al grano, sin ocultar lo que de antemano sabia que su confidente tenia muy en claro.

- Al principio no me importo - comenzó a decirle - Entendía que estuvieras alterado con los asuntos de la manada, junto con la espera de una pareja que te acompañe, pero de vez en cuando venias con un olor que no es propio de hombres lobos -

- ¿Me seguiste? -

Avergonzado, asintió.

- ¿Es el cachorro humano cierto? -

- No quiero hablar de eso - Yoongi quito su mirada del mas alto. No quería tocar un tema que no entendía por completo aun.

- Yoongi, no puede ser tu pareja -

- Nunca lo he dicho -

- Eso no es lo que reflejan tus acciones... -

El pelinegro salio de aquel lugar no quería discutir, no estaba de humor. Pero ya tenia un camino designado, sus pasos ya se dirigían por si mismos.

Su lobo iba a buscar al pequeño humano.

No tardo cuando sus ojos encontraron a Jimin, con ropas viejas y dañadas que flotaban en su cuerpo sumamente delgado. Su piel estaba sucia y su cabello también, tenia machones morados y verdes que cubrían partes de su cuerpo y sus ojos no tenían luz, no brillan ni aun con los rayos de la luna.

Pero esta vez se encontró con algo diferente.

Los cortos y torpes piecitos de Jimin caminaron mas allá de lo que antes había ido el menor. Yoongi estaba curioso de saber a donde se dirigia su pequeño cachorro humano.

Así que aun oculto entre el bosque siguió a la distancia al castaño, vio como tropezó varias veces y como no pensaba en cuanto se lastimaban de mas sus piecitos al pasar descalzos por aquel camino rocoso y lleno de tierra.

Jimin se había alejado mucho de donde el vivía y Yoongi por un momento sintió miedo de que el cachorro humano se alejara del bosque, el único lugar donde podía observarlo.

Jimin se había detenido y se había escondido detras de una parada de madera. Fue ahí donde Yoongi se dio cuenta que era el pueblo de los humanos, por un momento se preocupo, no sabia si por el temor de que lo vieran y se asustaran o que Jimin fuera hacia ellos.

Nunca había visto a Jimin con nadie mas que no fuera con aquella mujer quien lo lastimaba.

Pero todo su mundo se detuvo cuando noto la atenta mirada del pequeño hacia las demás personas, en especial, otros cachorros humanos.

Los cuales jugaban a perseguirse entre si, sacándose risas y gritos alegres mientras correteaban por el lugar. Habían humanos ya adultos y otros mayores, el lugar era sumamente tranquilo, incluso lo sientio como su manada.

Pero los ojos de Jimin no lo veían de la misma forma, de hecho, no reflejaban nada, solo observaban todo aquello que sucedía delante suyo.

Y fue cuando Yoongi se dio cuenta, de que Jimin nunca había sonreído.