S I E T E

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A partir de ese día Yoongi empezó a enseñarle a Jimin a jugar, montaba al pequeño en su lomo o lo correteaba por las cercanías, quería distraerlo, algo que era bastante fácil ya que el pequeño castaño le encantaba jalar la cola o las orejas al mayor.

Todo esto lo hacían detrás de los arbustos donde antes siempre observaba al menor, era un lugar donde no los iban a ver, en especial aquella mujer, pero al mismo tiempo Yoongi no se atrevía del todo a ingresar a Jimin al bosque, un mundo que era muy diferente al suyo.

Se aseguraba de traer las frutas mas deliciosas al menor quien, las comía a veces con algo de desesperación, mientras estaba recostado en Yoongi, quien se deleitaba con solo verlo.

- Namjoon - hablo con tono serio el pelinegro, algo común en él.

- ¿Dime? - él menor se volvió atento a lo que le diría su alfa.

- Creo que Jimin es mi pareja - mintió un poco, porque no creía, él sabia perfectamente que aquel cachorro humano estaba destinado a estar a su lado.

Namjoon suspiro, lo veía venir desde el momento que lo siguió y vio como protegía con su cuerpo al niño humano y lo confirmo cuando le hablo de un olor que él cachorro poseia.

- Ya lo sabia, Yoongi - le sonrió a su alfa.

- Quiero que venga a la manda -

- Eso lose también, pero debes entender que no es un hombre lobo, es un humano y debes esperar -

Namjoon tal vez no entendía las razones por las que Yoongi deseaba de manera desesperada tener a su pequeño cachorro en su manada. Pero al mismo tiempo sabia que debía esperar, Jimin era un niño y no era consiente de muchas cosas, aun que aquella mujer lo lastimaba tanto, su pequeño le pertenecía según las costumbres humanas.

- ¿Como crees que se tome la manada que estoy emparejado con un humano? -

- Eres nuestro líder, Yoongi, haremos lo que tu nos digas y te seguiremos fielmente y si el destino escogió ese cachorro para tu vida, es algo que debe de ser respetado -

Aquellas palabras eran exactamente lo que quería escuchar. Esperaría hasta que Jimin no estuviera con aquella mujer, no sabia cuanto tiempo podía ser, que tanto potestad tenia sobre su pequeño cachorro pero tenia que esperar hasta que ya no estuvieran juntos o Jimin tomara una decisión por si mismo.

Mas seguro de hablar sobre Jimin, Yoongi le contó todo lo que sucedía con su hermoso castaño a Namjoon, quien era uno de los lobos que mas confiaba.

Esta vez Yoongi quería hacer algo diferente, conocía un lugar que no era muy adentrado al bosque y que sin duda su pequeña compañía disfrutaría.

Así que después de que Jimin se comiera un par de mangos, lo empujo por la espalda con el hocico, diciéndole indirectamente que caminara.

Yoongi camino despacio en su forma animal sintiendo como la pequeña manita de Jimin agarraba un mechón de su pelaje negro para darse firmeza al caminar.

Sentía que estaba viviendo uno de los mejores momentos con el pequeño a su lado, rodeado de unos cuantos arboles poco robustos.

Al llegar, Yoongi volteo a ver al pequeño cachorro humando, notando como su boca se había abierto un poco y por primera vez sus ojos brillaban. Con solo aquello se sentía feliz de traerlo al lugar.

Frente a ellos un hermoso lago de agua clara abrumaba la vista, rodeada de montañas que se reflejaban en las cristalina aguas. Era temprano y el sol brindaba el suficiente calor para jugar con su pequeña pareja en el agua.

Y esta vez también haría algo que esperaba que no asustara a su pequeño cachorro. Le enseñaría a Jimin su forma humana y confiaba de corazón que su pequeño no lo viera con terror.

Pero los temores de Yoongi se desecharon cuando Jimin le veía curioso pero sin temor.

- Hola cachorro... - Yoongi se inclino a su la lado para tratar de quedar a su altura. Y le sonrió acariciando tiernamente sus cabellos.

El corazoncito de Jimin se emociono, sabia que era su lobo, lo sabia porque veía en el aquellos ojos dorados que tanto le gustaban.

- ¿Sabes quien soy? - se animo a preguntar, el cual después de ver como Jimin pensaba como responder, asintió muy levemente.

Yoongi sonrió contento y terriblemente aliviado - Me llamo Yoongi, pequeño y soy el mismo lobo que es feliz jugando contigo -

Jugando, observándolo, cuidándolo, Yoongi era feliz con cualquier cosa que tuviera que ver con su pequeño cachorro humano.

Extremadamente feliz de que todo saliera bien, tomo entre sus brazos al pequeño, sin notar su sorpresa. Jimin sin saber que hacer, abrazo el cuello de Yoongi y se escondió en su pecho, sintiéndose cálido por dentro y como su corazón latía rápido por aquel nuevo sentimiento.

Yoongi lo llevo hasta la orilla del lago y aun que al principio Jimin estaba muy asustado termino salpicando y saltando contento en el agua.

El mayor se deleito al escuchar la tímida risa de su pequeña pareja. Se emociono al ver que al fin su Jimin estaba descubriendo sentimientos positivos.

Jugaron hasta el cansancio, donde Yoongi se empeño en hacerlo reír lo mas que podía. Y cuando vio que el sueño se apoderaba del cachorro, ambos se sentaron a tomar el sol, sintiendo ese sentimiento cálido abarcar cada vez mas.

Pero cuando Yoongi se puso de pie, dispuesto a buscar comida, Jimin le detuvo, estirando sus bracitos hacia él, pidiéndole con gestos que lo volviera alzar. Y el hombre lobo, totalmente contento volvió a tomar entre sus brazos a su joven pareja, viendo como a este le encataba que le hiciera mimos en su cabello.

Yoongi estaba dispuesto a volver feliz a su cachorro.

Cuando se acercaron a la pequeña casa de Jimin, Yoongi le dejo en el suelo, viendo como este cuchareaba en desacuerdo. El pelinegro sonrió sintiendo esa calidez en su corazón y se inclino a besarle la frente antes de volver a su forma lobuna.

A Jimin le volvieron a brillar los ojos al ver nuevamente aquel gran lobo negro.

- ¡Y-Yoon..gi! - balbuceo torpemente el nombre del mayor.

Escuchando por primera vez la voz de su pequeño, sintiendo alegría de como Jimin le había agarrado tanta confianza y como estaba cambiando su vida para que el emocionado corazoncito del castaño dijera su nombre.

El lobo de Yoongi lamió feliz y orgulloso el rostro de Jimin, sacandole mas risas inocentes y hermosas. Una emoción que simplemente el pequeño cachorro humano desconocía.

Yoongi se agacho un poco, para que su pequeño subiera a su lomo y así llevarlo nuevamente a aquel frió lugar, que ahora sabia no era un hogar para su pequeño niño.

Pero estaba feliz por escuchar su nombre ser dicho con felicidad, de a verlo visto jugar junto a él y oírlo reír en el agua. Ver como reconocía su forma humana.

El destino y la luna le habían dado un hermoso regalo al gran lobo negro.









Sonrie a la Luna |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora