U N O

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Todo tiene un comienzo y este comienzo llega en un hermoso inverno, con una calidez navideña y felicidad por los largos caminos de la ciudad.

Todos tenemos conceptos diferentes de felicidad, de objetivos y deseos.

Ese es el caso de una joven que a sus veintiún años se enamoró.

Cupido toco las puertas de su joven corazón y ella las abrió gustosa, emocionada y feliz. Se dejo llevar por ese sentimiento tan único y extraño como lo es el amor.

Era un hermosa joven de largo cabello ondulado teñido de un bello marrón, al igual que aquellos ojos que desaparecían al sonreír.

Como muchos jóvenes ella buscaba ser libre, independizarse y buscar sus sueños. Su hogar era desordenado y era la hija mayor de una familia humilde, así que no fue difícil aceptar que se iría a vivir sola en la incertidumbre de la ciudad.

Pero fue ahí, donde conoció el amor de su vida, un joven criado entre edificios grandes y lujos. Con un importante apellido y una gran herencia por detrás, era alguien que no estaba destinado a lo simple y lo sencillo.

Polos opuestos se atraen, dicen.

Y ese fue su caso, entre citas de noche y visitas a escondidas el amor nació. Pero no todo era de color rosa.

Para ella, él era todo lo que necesitaba en su vida, estaba dispuesta a cualquier cosa estando a su lado, ella ya veía su vida con ese hombre a pesar de las dificultades, porque ella creía en sus promesas, en su corazón solo existía él.

Para él, ella solo era una aventura, algo diferente en su perfecta vida, algo corriente que quería probar, pero no era algo serio, su relación a escondidas no era algo que le llegara a cambiar la vida, el solo se deleitaba en la belleza de su chica, solo era algo pasajero, no duradero.

- P-Pero - balbuceo ella, siendo silenciada por la sorpresa - Me dijiste... Me prometiste que te casarías conmigo si quedaba embarazada...- estaba aterrada por las recientes palabras de su pareja.

Y en aquel humilde departamento, con las luces del árbol de navidad y una cena preparada con anhelo, el corazón de aquella joven se rompió.

- Escucha, esto se termino - le dijo el joven, avanzando hacia la salida listo para huir y terminar aquella relación y cualquier contacto con la hermosa chica de cabellos y ojos marrón.

Ella notando sus intensiones le sujeto de la manga de su abrigo.

- No puedes hacerme esto - le dijo llorando, devastada - ¿Que crees que haré ahora? ¡No puedes dejarme esperando un hijo tuyo! -

- Ese ya no es mi problema - le dijo, ignorando la pena que ella daba - Todo hubiera seguido normal, si no hubieras quedado embarazada -

Porque en el fondo a él le hubiera gustado mantener un rato mas aquella mentira, le había dicho aquellas promesas falsas para volverla suya con su plena confianza. Le hubiera encanto finalizar su relación de otra manera, sin dejar ningún bastardo por ahí.

- ¡No me hagas esto! ¡Por favor, no me hagas esto! - pero era tarde, él no volvería, ni la contactaría nunca mas, aun que llevara entre sus entrañas a su hijo y eso ella lo sabia muy bien.

Cayo humillada en el suelo, llorando y culpándose por haber echado todo a perder, por haber perdido su perfecta relación con el chico perfecto y por arruinar su vida.

El odio y el rencor crecieron en ella, estaba sola, sus padres jamas la aceptarían, menos cargando un niño consigo y sin ni siquiera dinero suficiente para mantenerse a ella misma.

Toda sus planes se habían arruinado.

Todo por aquel ser que crecía en ella.

Sonrie a la Luna |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora