15.

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Al otro día mientras Lily esperaba en la cafetería a Paul, aprovechó a pedir su café con leche y un muffins con chispas de chocolate. Al muchacho no le había encargado nada ya que no tenía un menú fijo.
Al llegar, Paul se sentó con una capucha y la cabeza agachada sin decir una palabra desde su llegada.
-¿Hola? Pareces como si fueras un ángel perdido- comento Lily bromeando, lo que a Paul lo hizo estremecerse.
-Tranquila Lily sólo estoy algo cansado, ayer anoche no logré dormir bien. Ahora cuentame de tu vida- contesta Paul con voz suave pero a la vez cortante.
-Está bien -suspira Lily- A mis seis meses de edad tuve un ataque tal y como lo tengo ahora, convulsiones sin palpitaciones por unos segundos, pero luego de que me hicieron algunos análisis y estaba totalmente sana lo que querría decir que podría volver a mi casa. Mi infancia la pase en un departamento muy lindo de color blanco con rayas verdes, el cual decía que era como mi castillo, ya que esos eran y son mis colores preferidos. Luego de estar 6 años viviendo junto con mis abuelos y mis padres en ese sitio, mi familia y yo nos trasladamos a unas casa no muy lejos del departamento para poder vivir cómodamente los tres dejando a mis abuelos en el departamento ya que era de ellos. Al cumplir mis 12 murió mi abuelo de un paro al corazón- se le cortó la voz en un sollozo, mientras Paul se sentaba a su lado rodeándola en un brazo- y a mis 15 mi abuela ya que tenía 85 años y su cuerpo no resistía mas- no pudo hablar más ya que hace tiempo que no recordaba tan vívido el momento de la muerte de sus abuelos. Se ahogó en un sollozo y respiro profundo.
-Antes de que viniera aquí, seguia viviendo en la casa que compramos a mis 6 años y medio de edad por lo tanto, vendimos el departamento de mis abuelos- termina la frase cayendole una pequeña lágrima por la mejilla derecha.
-Quedate tranquila Lily, ¿Quieres que te acompañe a tu habitación?- le propone Paul con voz dulce hacia la chica.
-Si, gracias- contesta Lily
Al llegar a la habitación se quedaron parados en la puerta mirándose fijamente el uno al otro, tratándose de decir todo lo que tenían en mente sólo con una mirada de los ojos celestes de Lily complementándose con los de Paul de un leve color miel que brillaban tan sólo un poco de claridad, era todo un ángel, el ángel de Lily.
La chica no espera más y le da un abrazo susurrándole un "gracias" en la oreja del chico.
Sin mas, Lily se da vuelta hacia la puerta de su habitación, pero al darse vuelta por segunda vez, Paul había desaparecido.
Al cerrar la puerta, Lily esbozó una leve sonrisa hacia el costado, se sentó en el piso y se quedó dormida hundida en los hermosos ojos del joven.

Una Rosa Blanca MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora