Capitulo 4

138 7 6
                                    

― ¿Cómo es que conoces esa canción de cuna que tarareabas anoche?

― ¿A qué te refieres? Es una canción de cuna, muchas personas la deben de conocer.

―Mentira... esa canción de cuna me la compusieron mis padres con ayuda de un amigo, para que yo pudiera dormir cuando más pequeño...

Reita no dijo nada, Uruha estaba esperando una respuesta, y la hubiera conseguido de no ser porque Kai entro a la habitación, dando un leve empujón a Uruha.

― ¿Por qué tardan tanto? El desayuno se va a enfriar.

― Ya vamos...―dijo Reita zafándose de esa situación, caminando a la salida, bajando las espaleras con Kai, seguidos un par de pasos más atrás por Uruha.

El desayuno fue en completo silencio, Uruha no dejaba de mirar a Reita, quería su respuesta, en cambio el rubio estaba desayunando sin despegar la vista de su celular.

Kai notaba la tensión entre ambos chicos, pero lo dejo pasar, ese día tenía que trabajar en el restaurante desde temprano, así que después de dejarles comida a los chicos preparada para todo el día se fue.

El día pasó en completo silencio, ninguno se hablaba, era bastante incómodo, Reita subió a dormir, pero Uruha le siguió tratando de obtener su respuesta, Reita comenzó a hartarse de la insistencia del castaño, así que lo tomo del brazo y con fuerza lo dejo tirado sobre la cama, quedando encima de él, Uruha se sonrojo, pues estaba completamente sometido, en una cama, con Reita encima, su mente comenzó a imaginar "cosas vergonzosas" por lo que su rostro aumento a un rojo más fuerte.

―Para de insistir, te lo diré cuando llegue el momento.

― ¿Cuándo?

― Dije que dejaras de insistir...

―Pero Akira yo...-―Reita lo interrumpió, cubriendo su boca con su mano.―¡¡Mmm!!

―Dije que pararas Shima, ¿Por qué no haces caso?

Uruha no sabía si se podía poner más rojo de lo que estaba, cerró los ojos tratando de relajarse, cuando los volvió a abrir noto que Reita lo seguía mirando fijamente, se quitó de encima, soltándolo.

Reita se acostó en la cama y cerró los ojos.

― ¿Qué haces? ―pregunto un desconcertado Uruha por el cambio tan repentino.

― ¿No es obvio? Quiero dormir, así que me acosté, estas en mi habitación ¿recuerdas?... y a menos de que me quieras ver dormir o yo que sé, no encuentro otra razón por la que estés conmigo en una cama.

Uruha no dijo nada, lo miro fijamente, notando que sus ojos se mantenían cerrados, sonrió levemente, no tenía nada más que hacer, tampoco quería verlo dormir, se acomodó a su lado cerrando de igual manera los ojos, Reita noto el movimiento y abrió los suyos, notando como el castaño estaba acostado a su lado, frente a frente, no dijo nada, realmente no le molestaba, así que cerró los ojos de nuevo.

El tiempo paso, el hambre despertó al castaño, el cual al abrir los ojos noto que se ya no veía el rostro de Reita frente si, sino más bien el pecho del rubio, el cual subía y bajaba al compás de una respiración tranquila, se sonrojo al notar que se encontraba durmiendo de lo más cómodo abrazado al rubio, el cual estaba igualmente abrazándolo de una manera posesiva, a juzgar por la luz que se veía, debían de ser las 6 de la tarde. Realmente tenía hambre, pero no quería levantarse, Reita era cálido, y estaba realmente cómodo, volvió a cerrar los ojos, pero ahora no fue su estómago el que gruño, si no el de Reita, rio levemente.

Reita abrió los ojos para después apegar más al cuerpo que estaba abrazando, estaba consciente de que era Uruha, después de todo, el mismo fue quien lo abrazo aun estando despierto, el castaño simplemente se acomodó mejor para dormir entre sus brazos.

Bella y BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora