Zara dejó caer el último bucle. Cepilló con delicadeza, tomándose el tiempo que no tenían, el cabello dorado de Miuna para abrir el pelo y que no quedaran tan armados los rulos.
—Ya estás lista— le dijo Zara, observando el resultado, conforme consigo misma.
Era la primera cena a la que Miuna asistiría, y pese a que no coincidía con su fin, no podía dejar que fuera vestida así nomas. "La imagen que uno da siempre es lo más importante", le había dicho mientras desenredaba con cuidado el cabello de Miuna, antes de iniciar a hacerle los rulos.
—Gracias—Miuna corrió escaleras abajo con el vestido blanco ondeando con cada paso que daba. Zara la siguió de cerca, compadeciéndose de su hermana, ignoraba por completo a donde la llevaban y si lo sabia... Era muy buena actuando.—¡Mira, Zen! ¿Qué opinas?— cuestionó con una sonrisa en los labios, dando una vuelta para mostrar mejor el vestido y peinado.
—Pareces toda una princesa, Miu— respondió Zen. También estaba vestido formal, con un esmoquin negro y moño del mismo color.
—Bueno, hice lo que pude, tampoco puedo hacer milagros— dijo Zara con una sonrisa burlona, y se acercó para enderezar el moño mal hecho, por lo que terminó desatándolo y haciéndolo de manera correcta.
—Gracias, Zara, ¿Qué haría sin ti?
—Es verdad, ¿Qué harían ustedes dos sin mi? Probablemente irían mal vestidos por la vida— repitió irónica.
—¿Ya estamos todos listos?—Kaname ingresó a la sala y sonrió, disimuló su pena cuando Miuna le preguntó se veía.—Estás hermosa, hija— respondió y le dio un beso en la frente.
No quería llevar a Miuna, su hija favorita, la princesa de la casa, a esa cena. Estaba al tanto de los arreglos de su padre. No quería andar saludando familias que presentaban a sus hijos como candidatos para tomar la mano de Miuna en matrimonio. Aun así Miuna sonreía, sabiendo todo aquello se mostraba animada.
Como padre sabia que ella era capaz de renunciar a su propia felicidad para que los demás sean felices... Y eso en una familia como los Oshiro significaba renunciar a muchísimas cosas; las cuales Kaname, como padre, quería que ella experimentara, quería darle una vida normal, sin las cadenas y presiones con las que él creció.
Las familias que se encontraban presentes en la cena eran unas catorce; solo las que cumplían con ciertos requisitos eran invitados, como por ejemplo que el quirk familiar debía tener como mínimo tres generaciones para asegurar que los niños tuvieran una manifestación de las particularidades de ambos padres. Entre esas familias se encontraban los Todoroki, o mejor dicho, Enji Todoroki, quien había llevado a su hijo Shouto, sabiendo que Miuna estaría allí.
Miuna y Zen acapararon casi toda la atención apenas pusieron un pie el salón, como si fueran el atractivo principal de una feria o circo ambulante. Los padres de los jóvenes buscaban la aprobación de Kaname, presentándoles a sus hijos como si estuvieran vendiendo un producto novedoso en el mercado o algún servicio de telefonía.
La cena en si parecía una exhibición, una muestra de trofeos. Cada pareja mostraba a sus hijos con orgullo, como quien saca a relucir los trofeos que ha ganado a lo largo de su vida. Eran todos elitistas ambiciosos esperando poder "cruzar" a los niños con el más alto pedigrí entre los héroes. Y Miuna era el premio gordo. No solo por el poderoso quirk con el cual había nacido, sino de la familia influyente de la cual venia. La familia Oshiro era una de las cinco familias más poderosas e influyentes en Japón, había sido así incluso antes que apareciera el primer humano con una particularidad.
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All the chains you coudln't broke [BnHAxOC]
Fanfiction"Soy el resultado de las cadenas que no pudiste romper. Por eso ahora debo salvarlos, así muera en el intento." Miuna Oshiro, alumna número uno de la clase de 2-A. La alumna destacada que nació para ser una heroína, o así desea su familia, pero... ¿...