—Yo... Antes de entrar a Yuuei hice cosas muy malas— confesó Hayato aquel día a Miuna. —Podría haber sido un villano, podría haber terminado en ese grupo del festival.
Nací en una familia de bajos recursos. Mi viejo era un bueno para nada, siempre usó el quirk para su propio beneficio, un alcohólico y abusivo. Mató a mi madre de un golpe a la cabeza porque nunca aprendió a medir su fuerza.
De todas formas, mi madre era demasiado buena para el mundo de mierda en el cual vivía. Demasiado cálida y brillante, al igual que mis dos hermanas menores. Tenía diez años cuando él la mató, y mis hermanas cinco, lo vimos todo. El momento en que su mano le golpeó la cabeza y se estrelló contra el suelo, y no volvió a moverse.
Mandé a ese pedazo de mierda al hospital con la cara deformada y varias costillas rotas, mientras mis hermanos lloraban. No me arrepiento de ello, ni un solo día.
Sabia que tenía que irme, porque cuando él volviera me mataría. Pero no tenía a donde ir mas a allá de la calle, y no podía dejar a mis hermanas solas. Aunque sea allí teníamos un techo. Pero pronto nos echarían sino pagábamos, y mi madre era quien traía el dinero a la mesa.
Me fui de casa unos días, aunque sea para conseguir algo para comer. Ahí es donde conocí a Rei, un chico desgarbado que vivía a las sombras de todo. Me había visto pelear con tres hombres que doblaban mi tamaño. Me propuso que trabajemos juntos. Estaba desesperado así que acepté.
Robamos un puesto de ramen, y esa noche comimos el festín de nuestras vidas. Luego seguimos con las tiendas de conveniencia, primero la mercancía y luego el dinero. Éramos un buen equipo, yo me encargaba del trabajo pesado y él de la logística. Siempre funcioné mejor si me decían lo que debía hacer.
Mi padre volvió al cabo de una semana y media, y le propuse un trato: yo le traía todo el alcohol que quisiera, siempre y cuando nos dejara en paz a mis hermanas y a mí, y accedió.
Aprendí mas de mi quirk leyendo biología animal, a medida que los robos se iban haciendo más complejos, pero no podían atraparnos. Mis hermanas nunca preguntaban nada. Cuando ellas comenzaron la escuela, Rei empezó a vender nuestros servicios. Nos volvimos famosos. Me metí en muchas peleas callejeras, en algunas estuve al borde de la muerte, pero ganábamos mucho con las apuestas... Y esa era la única vida que conocía.
El mundo en el cual crecí era una mierda, como mi viejo, y yo me estaba convirtiendo en una también.
—No vales para nada. Tan solo mírate, robando a los demás para comer— dijo un día.
—Cierra la boca, pedazo de mierda. Tienes tu maldito alcohol, ¿no? Aunque sea hago algo para traer dinero y mantenerte— me tiró una botella vacía y yo la agarré en el aire.
— ¿Qué dijiste, mocoso de mierda? ¿Quieres que te rompa el cráneo?
—Haz el intento.
Nunca lo intentó. Sabía que la próxima vez no lo mandaría al hospital, sino a la morgue.
Ingresé a una secundaria donde podías usar tus quirks, tenía que hacerme más fuerte, aprender mucho más sobre mi particularidad. Ser fuerte era la clave para sobrevivir en mi mundo.
Sin embargo... Conocí al hombre que debe dirigir el grupo que nos atacó en el festival, unos meses antes del examen de admisión de Yuuei. Decía que era el director de una academia de villanos, así como en Yuuei nos enseñan a proteger a los demás, él enseña todo lo contrario. Asesinar, egoísmo. Dijo que estaba reclutando gente, y que nosotros éramos perfectos, pero teníamos que pasar unas pruebas.
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All the chains you coudln't broke [BnHAxOC]
Fiksi Penggemar"Soy el resultado de las cadenas que no pudiste romper. Por eso ahora debo salvarlos, así muera en el intento." Miuna Oshiro, alumna número uno de la clase de 2-A. La alumna destacada que nació para ser una heroína, o así desea su familia, pero... ¿...