"Un Veela cuya pareja destinada ha fallecido, no suele vivir demasiado luego de este acontecimiento. La mezcla de sangre simplemente alarga el tiempo de vida, pero sus ojos perderán la habilidad de ver color permanentemente."
Los ojos de Yuuri estudiaron la espalda de Viktor, mientras se movía de un lado a otro siendo perseguido por un hambriento Makkachin, al cual le buscaba su platito y la bolsa la comida para alimentarlo. Se movía con tal naturalidad y maestría que no cabía duda cuál era su rutina, de la misma forma en la que se pasaba por la casa tomando cada prenda que había dejado tirada en alguna silla para amontonarlas y llevarlas a la cesta de ropa sucia. Él mismo se encontró incapaz de dejar de observar, mientras en su mente las palabras del libro de texto se repetían una y otra vez.
De no haber sido por una pequeña explosión de magia accidental, jamás hubiese descubierto que Viktor era un mago, mucho menos que por sus venas corría sangre Veela. Es que incluso el ruso no llevaba su varita consigo a casi ninguna parte, a diferencia de él, que veía esta como parte de él y que incluso al inicio la había escondido dentro de sus trajes de patinaje hasta que casi se lastima por la reacción de ésta a su magia y había empezado a despegarse de ella con los años, mientras que el mayor parecía haberse alejado de la magia hace años.
"Sus ojos perderán la habilidad de ver color permanentemente"
Frunció el ceño mientras volvía a recordar eso. Viktor mismo le había comentado con naturalidad que cuando era pequeño, descubrió que su pareja destinada había fallecido, aunque jamás le conoció. Lo había comentado como si no fuera la gran cosa, como si la situación no le hubiese trastornado en el pasado. Él quería saber, quería preguntar, pero tenía miedo, el mismo miedo que tenía cuando colocó el anillo en su dedo, sabiendo bien lo que este significaba para sí mismo a pesar de sus palabras de agradecimiento y amistad. Parpadeó ligeramente, y de pronto se encontró con la inmensidad de los ojos azules de Viktor tan cerca que se echó hacia atrás, casi cayendo cuan largo era en el sillón, provocando una risita del mayor.
—¿En qué estabas pensando? Te estuve llamando y no me respondias. —Viktor se sentó en el espacio que había dejado él libre al echarse hacia atrás de la sorpresa y él sintió que se le cerró la garganta, por lo irresistiblemente guapo que se veía en ese momento, con sus pantalones grises y su camiseta de rayas blancas y azules, su estilo impecable como siempre, y cuando abrió la boca, las palabras salieron solas.
—¿Aun no puedes ver los colores? —El mayor parpadeó mientras ladeaba la cabeza y Yuuri sintió como todo el rostro se le puso rojo por tal tontería.
—Es una pregunta muy extraña.
—Yo... ¡Lo siento! No quería...
—Pero sí, puedo ver los colores.
Yuuri se enderezó de golpe al escuchar aquellas palabras, mirándole con los ojos muy abiertos, confundido ante aquello. Recordaba bien que Viktor había manifestado en ciertas ocasiones tener problema para saber de qué color eran algunas cosas, llegando al punto de incluso pedirle que le dijera los colores de distintas prendas antes de decidir qué ponerse ¿Cómo era que ahora sí podía?
— Nunca te lo había dicho pero el color que tienen tus mejillas al sonrojarse es precioso —Se rió Viktor, siempre experto en encontrar palabras para avergonzarlo, pero luego de aquellas palabras tomó una expresión más seria— Los colores tomaron forma de manera repentina frente a mi en el momento en el que menos lo esperaba, y en ese momento supe la verdad.
Ambos se quedaron en silencio por unos momentos, mientras Yuuri sentía que su estómago se anudaba, al mismo tiempo que una extraña cadencia se sentía en el ambiente. Era como un olor dulce, pero al mismo tiempo no era un olor y se encontró a sí mismo incapaz de dejar de observar al hombre frente a él, con su piel clara brillante, sus ojos emitiendo un fulgor mágico...
—¿Q-Qué descubriste? —Preguntó mientra se relamía los labios, sintiendolos completamente resecos, mientras las yemas de los dedos le hormigueaban de ganas, deseos incontrolables de tocarlo.
—Que tú eras el responsable —Confesó, mientras extendía su mano hacia él y así entrelazar los dedos, justamente la misma mano en la que compartían las alianzas doradas y brillantes, las cuales se juntaron con suavidad.
Yuuri dejó salir el aire que no sabía que estaba reteniendo y los ojos de Viktor parecieron brillar más al notar eso. No necesitaba ser un genio para saber lo que significaba, algo que también había leído en aquel libro cuando descubrió que Viktor era medio Veela. La única forma de salvar a un Veela de su triste destino de morir por la falta de su pareja destinada: Llenar ese vacío con alguien a quien pudiese amar con esa intensidad.
No hicieron falta más palabras luego de eso. Viktor le sacó los lentes a Yuuri con su mano libre y luego la deslizó por su nuca, acariciando los suaves cabellos que rozaban la piel, antes de atraerlo a él y juntar sus labios como ya lo habían hecho antes, durante la Copa de China. Sólo que esta vez fue mil veces distinto, quizás porque sus sentimientos estaban muy desarrollados, quizás por la misma atracción magnética, pero Yuuri sintió un corrientazo de placer tan fuerte que casi dolió. Fue un dolor bueno, uno que lo hizo jadear mientras se sostenía del hombro del mayor con su mano libre, atrayéndolo más hacia él si era posible, jalandolo sin pudor contra su cuerpo, provocando que cayeran en el sillón, él sintiendo el reconfortante peso de Viktor contra su cuerpo. El tiempo se detuvo para los dos, mientras el primer beso daba paso a otro, y a otro, en una búsqueda desesperada de más como si se tratara de agua necesaria luego de pasar días en el desierto.
Viktor fue el primero en decidir que era suficiente, por lo menos por unos segundos, elevando ligeramente su cabeza y mirándole con los ojos entrecerrados, con su flequillo cayendo como una cortina de plata pura, una criatura con una belleza fuera de este mundo, que le miraba con adoración.
— Quiero volver a acostumbrarme a hacer magia. Acompáñame al mundo mágico en San Petersburgo.
Yuuri le miró, ligeramente desorientado, pero asintió, recibiendo como respuesta una cantarina pero deliciosa risa por parte del mayor.
— Quiero que todo el mundo sepa lo de nosotros, que no les quepa duda de nuestra relación, incluso en el mundo mágico. Quiero que ellos sepan que tengo futuro -Sus ojos se encontraron y los de Viktor brillaron con dulzura, amor— Que tu eres mi futuro.
El corazón de Yuuri dio un vuelco, y por un momento sintió deseos de llorar, pero el mayor pareció darse cuenta de sus deseos porque se inclinó y besó sus labios suavemente, hasta que los sentimientos acumulados por sus palabras se terminan liberando lentamente entre besos y caricias en las que participa activamente hasta que están hechos un completo pero maravilloso desastre.
— Y quiero que criemos un ejército de caniches.
— Espera ¿Qué?
***
Y bien... ¡Con esto termina el primer Prompt, Futuro! Se que estoy publicándolo MUY tarde pero igualmente quería subirlos aunque termine de hacerlo de manera desorganizada. Espero que les haya gustado <3
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Siete Formas de Amar
Short Story[Conjunto de Pompts pertenecientes a la Yuuri!Week. Ambientado en un crossover entre YOI y HP, Yuuri es mago y Viktor es medio Veela.] Existen muchas maneras de amar a una persona, y ellos descubren poco a poco una nueva juntos.