29.

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13 de julio del 2016.

—Solíamos venir aquí cuando éramos pequeños.

Brincó ante el sonido de mi voz. Me senté a un lado, esperando que saliera huyendo como lo venía haciendo desde hace dos meses. No lo hizo, se quedó sentada mirando la ciudad.

—Me asustaste. —Murmuró después de pocos minutos de silencio.

La miré sorprendido, ella nunca me miró, sólo veía el paisaje de nuestra bella California.

—Has estado huyendo.

—Lo sé.

—¿Porqué? —Cuestioné.

—¿Todavía preguntas?

—Lo siento.

—No lo hagas.

—Ahora eres fría y distante conmigo. —Me quejo en voz baja pero sé que alcanzó a escucharlo.

—¿Porqué te asombras de que sea fría contigo? ¿Acaso olvidaste cuando me dejabas de hablar por días? ¿Cuándo te fuiste a Nueva York después de todo lo que te dije y no me hablaste por dos semanas? ¿Cuándo me ignorabas y yo tenía que ir detrás de ti? ¿Cuándo llegabas sólo para pelear conmigo y resolverlo con sexo? ¿Cuándo yo lloraba por ti y sólo me dabas la espalda como era tu costumbre?

>> ¿Es qué acaso olvidaste la soledad que causabas en mi aún estando cerca? Porqué te sorprende que no demuestre lo que siento si cuando lo hacía te sentías más indispensable y me tratabas peor, me golpeaste e incluso me tiraste al suelo. Es más, yo me asombro por haber reaccionado tan tarde ¿Así que dime Sawyer? ¿Realmente te sorprende mi actitud?

Me quedo callado, que va, me quedo mudo. No tengo absolutamente nada que decir, todo lo que dijo, lo dijo con tanto odio, con tanto resentimiento y dolor que, no sé que decir.

Tartamudeo y ella ríe antes de pararse e irse, y con eso, sé que todo terminó. Nuestras extraña relación dependía de un hilo muy delgado que finalmente se ha roto.

Me levanto rápidamente, la sigo antes de que salga del edificio abandonado en el que estábamos. Se gira ante mi grito, frunce el ceño y luego sonríe maliciosamente.

—Aún te amo.

Ríe, realmente lo hace. Eso me desconcierta al punto de hacerme fruncir al ceño.

—Quién ama no daña, Sawyer. No mientas, por mucho tiempo lo hacías e ingenuamente lo creí, te creí todo lo que me dijiste y ya me cansé —Frota sus ojos conteniendo las lágrimas—, no lo hagas porque me haces daño. Más del que ya has hecho.

Se va, dejándome con la incertidumbre de todo lo que dijo. Yo la había acabado, dejándola como solo otra alma rota en mi camino.

Más que Sexo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora