Cap.6 - El juicio

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                 6:30am

Buenos días rubita. Qué madrugadora estás hecha.– (Me saludó Angie abrazándome por la cintura mientras yo preparaba café en la cocina.)

Espero que no le moleste. Me he permitido investigar un poco y hacer el desayuno, nos merecemos reponer fuerzas. (Respondí con una sonrisa sin levantar la vista de mi ocupación.)

Me encanta que me hables con tantísimo respeto, diría que incluso me pone, pero creo que va siendo hora de que me tutees. ¿No crees?. Quiero confianza absoluta entre nosotras.

Me parece bien, aunque nos queda muchísimo por conocer la una de la otra.

No hay prisa por eso, tenemos todo el tiempo del mundo para descubrirnos. (Contestó posando un beso en mi cuello.)

Dejé la cafetera en una bandeja de madera junto a dos tazas y me giré hasta quedar cara a cara con Angie para sostener sus manos a la vez que dirigía mi mirada al suelo.

¿Qué hay de tu marido?. No dejo de pensar en lo mal que está hacer las cosas de esta forma. ¿Y tus hijos?...No sé Angie...¿no lo ves todo muy complicado?.

Ya te lo dije, pienso terminar con mi matrimonio en cuanto mis hijos vuelvan de estudiar fuera. La relación con mi marido es pura burocracia. Estoy segura de que él piensa lo mismo aunque nunca lo diga. Ya ves lo mucho que me llama y se preocupa por mí. Seguro que cuando regrese de su viaje de negocios me trae algún regalo caro para contentarme. Y no es así como yo funciono. No soy felíz de ese modo.

Tengo que reconocer que me da miedo perderte. Todo parece tan idílico que da la sensación de que de un momento a otro va a desaparecer.
Y quiero verte felíz, pero no sé hasta qué punto lo eres realmente en este plan.

Zoe..mírame. (Dijo forzándome suavemente a mirarla.)

No me vas a perder. Esto no es un juego ¿de acuerdo?. En poco tiempo hemos sentido una conexión enorme. Estamos bien juntas y sí, a ojos del resto nuestra historia puede parecer una locura, pero nuestra felicidad depende de nosotras y la hemos encontrado de esta forma.
La vida me ha enseñado a vivir el día a día como si no hubiese un mañana y es lo que intento. Entiendo que tú aún eres muy joven y es normal que sientas miedo, pero te prometo que estoy contigo en esto de verdad. Yo tampoco me esperaba nada de esto, pero nos conocimos. Solo tenemos que estar así hasta que pueda comenzar con los trámites del divorcio.

Resoplé sutílmente aceptando que era el único camino realista para aquella situación y abracé a Angie antes de irnos al salón para desayunar.

Gracias por el café, está delicioso.

Para nada. Ah, me he dejado las tortitas a medio hacer. Dame un segundo.

Corrí sin prisa hasta la cocina y terminé de preparar el resto del desayuno para bajar lo antes posible ya que era tarde y debíamos estar en clase a las 8:15am.

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Yo no tengo tus papeles Pedro. Tranquilízate...los documentos de la escritura de la casa deberían estar donde siempre. En el cajón de tu despacho. Si quieres mirar...

Desde el otro lado de la línea telefónica se escuchaba una voz grave interrumpiendo sin parar.

No me grites, te digo que miro si están ahí...

El amor no entiende de númerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora