Cap. 8 - Galería de Arte

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Estaba a punto de llegar el fin de semana y se acercaba cada vez más la fecha de inauguración de mi primera exposición de óleos. Angie ya había contactado con una gran cuadrilla de amigos suyos del mundo del teatro, del arte y personas más cercanas y yo ya había celebrado con mis amigas el futuro evento avisando a todo el mundo.

Jonny Gil y yo nos vimos un par de veces en casa de Angie durante la hora del café para concretar los aspectos generales relativos al evento. Revisó los cuadros que él consideraba que tendrían más posibilidad de gustar y venderse, escogimos los marcos en color dorado, los canapés y bebidas que se servirían a los visitantes y la música que ambientaría el local.

Ese día estaba siendo bastante tranquilo y no tenía clase con Angie. Ambas habíamos quedado en no vernos demasiado por el centro para evitar represalias y actos maliciosos por parte de la profesora de informática. Necesitaba darle a Angie el índice de contenidos finales para que lo enviase a Gil que tan solo necesitaba una última aprobación por mi parte para ponerlo todo en marcha en lo que quedaba de mes, por lo que pensé que subir al departamento un segundo no sería problema.

Girando la esquina que daba al pasillo del departamento de Griego escuché dos voces completamente familiares y paré en seco asomándome cuidadosamente tras la pared. Allí estaban Angie y Nuria, discutiendo en voz baja pero con ciertos aspavientos de brazos y manos sobre la caza que Nuria creía haber hecho de nosotras. No quise inmiscuirme porque Angie tenía derecho a tratar ese tema con su supuesta amiga, pero de repente la conversación se tornó algo oscura y me escondí aún más.

"¿Se supone que tengo que aguantar que un día me hagas caso a mí y al rato te ligues a una adolescente cualquiera?. ¿Qué hay de nuestras conversaciones Angie?.

"Nuria por dios, no saques las cosas de contexto. Yo no recuerdo haberte dado expectativas románticas nunca. Siempre nos he considerado buenas compañeras, es más, amigas. ¿A qué viene esto?".– (Esta se giró cabreada haciendo el amago de irse pero se volvió a acercar a Angie.)

"Puedes hacer como que no ha pasado nada, pero que no se te olvide aquella cena el septiembre pasado cuando nos besamos."

"Cuando tú me...(Angie bajó la voz mirando a ambos lados hasta susurrar con cabreo")...me besaste. Me importas pero no te confundas. Eso fue cosa tuya."

Nuria se perdió por el pasillo y yo decidí volver a cafetería con mis amigas con la mente perdida en aquel acontecimiento inesperado. Al terminar el día esperé a mi profesora en la puerta de salida y le entregué el dossier. Justo en ese momento apareció por delante Nuria que me miró desafiante y pasó de largo. Sentí que algo no demasiado bueno estaba a punto de estallar.

"Zoe, si te va bien nos vemos a las 20:00pm en nuestra cafetería de siempre con Gil. Quería preguntarte una última cosa de la exposición".  (Asentí).

La reunión fue motivadora. Todo parecía ir sobre ruedas y estaba muy ilusionada. Tan solo quedaba esperar al gran día. Sabía que el entorno de Angie que vendría a la inauguración trataría como normal el hecho de que la temática de los óleos estuviese centrada en ella.

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         Sábado 1 de Noviembre - 20:00pm

La Rambla de Barcelona estaba bañada por las luces anaranjadas que se acababan de encender por toda la avenida. La 'Sala Vanguardia' abría sus puertas doradas casi al unísono y se podía ver a gente muy elegante y extravagante bajando de coches en su mayoría vintage y de colección. Angie, enfundada en un vestido negro con brillo me presentaba a gran velocidad a quienes iban llegando y un portero trajeado de rojo les iba dando paso junto a una copa de bienvenida al interior de la galería. Una media hora más tarde entré emitiendo un soplo de aire cargado de nerviosismo y me codeé con los interesados en saber más sobre las diferentes obras. Se respiraba un ambiente bohemio y fresco. Todo el mundo parecía estar disfrutando el rato.

De repente un grito hizo enmudecer a toda la sala que tan solo continuaba con la música de fondo. Me giré bruscamente y vi a la profesora de informática, como si de Maléfica se tratase, lanzando por los aires fotos tamaño cuartilla en las que aparecíamos Angie y yo de la mano dentro del departamento de Griego del instituto.

"¡Mirad!, ¡Mirad!. ¡Esa señora de allí es la que está seduciendo a sus alumnas en clase!. ¡Qué vergüenza debería darte!. ¡Todo esto no es más que una farsa!. ¡Está comprando a sus alumnas con chantajes y promesas!. (Repetía con ansia).

Angie comenzó a hiperventilar llevando su mano al pecho y unas amigas la cogieron para calmarla. El portero y el guardia de seguridad del evento sacaron a Nuria lo antes que pudieron. La gente continuaba en silencio y algunos comenzaron a irse. Otros se nos acercaron para saber qué pasaba. 

"No te preocupes, esto no va a afectar a tus ventas. En un mundillo que se mueve por el escándalo y el boca a boca, no será más que una anécdota, pero vamos a sacarla de aquí ya".

Jonny Gil se encargó de distraer a los visitantes e invitados y yo me fui con Angie a la calle. Nos quedamos en silencio durante unos minutos respirando la brisa nocturna hasta calmarnos.

"Qué se supone que vamos a hacer con esta historia Zoe?".

"Bueno, nos queremos y..". (Angie me interrumpió con tono serio).

"A lo mejor queremos vivir en un mundo en el que no tenemos cabida."

Un escalofrío me recorrió de abajo a arriba cortándome el habla. Sabía que llevaba razón y ninguna quería aceptarlo. No dijimos nada más. Había mucho que procesar, pero si algo había seguro, era que nada lo estaba. Todo parecía pender de un hilo dentro de aquel caos y mi mayor temor era perder a mi profesora.









El amor no entiende de númerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora