Solución

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La luz de la brillante mañana se filtraba a través de las celestes cortinas en la habitación del joven sacerdote. Éste, dormitando sobre su cama, en un estado apacible aún no se daba por enterado de nada de lo que sucedía fuera del edificio, donde los exorcistas de más alto nivel se encontraban intercambiando palabras y verbalizando inquietudes propias con los demás.

-La barrera fue traspasada, eso es seguro. -Afirmaba el decano de la escuela católica del pueblo más cercano, quién había sido llamado esa mañana allí para completar así el círculo de altos mandos. -Aunque no podría asegurar que la criatura que lo haya hecho siga viva o no, en todo caso, se requiere demasiada energía sólo para poner un pie aquí.

-¿Entonces debemos preocuparnos o no, señor? -Tomó la palabra el sacerdote a cargo de llevar la capilla interior. -Si una criatura maligna pudo atravesar, ¿Quién no nos dice que el Cerberus que siempre merodea el bosque no querrá hacer lo mismo?

-¡No estamos listos para defendernos de algo así! Los perros infernales son demasiado fuertes y tienen la capacidad de traspasar el velo de las almas, seríamos incapaces de vencer algo que no podemos ver. -Acotó alterado el enviado de la orden, un hombre que casualmente había estado allí pese a residir en Seúl y no en alguna zona aledaña.

-¿No han derrotado ya a uno aquí mismo? -Preguntó curioso el más joven del grupo de hombres, Kim Seokjin, el recién nombrado mensajero de la orden.

-Eso fue porque yo puedo verlos mi estimado enviado. -Replicó Siwon apenas llegó al círculo de discusión que se había formado frente al enrejado. -Soy de los pocos exorcistas que pueden ver a través del velo, por eso pude atacar directo al corazón antes de que me despedazara. -Añadió, observando al castaño joven hacer una mueca de desagrado. -Pero no estoy tan seguro de correr con la misma suerte a la próxima, los sabuesos siguen órdenes y éste tiene la orden de atacar cualquier alma pura que abandone la barrera sin haber entrado antes.

-¿A que se refiere? -Preguntó curioso, algo comprensible, pues ante él estaba el mejor exorcista de Corea y sólo escucharlo ya era fascinante.

-Están intentando capturar a un joven que llegó aquí traído por un demonio, esas cosas vigilan y analizan las almas de todo el que entre por lo que saben que si un alma pura de más sale, esa es su presa.

-¡Si lo que buscan es ese joven hay que dárselos! No podemos arriesgarnos a que los demonios tomen esta sede, perderíamos los libros de conocimientos ancestrales sin mencionar la escuela de enseñanza para el exorcismo. -Sugirió como si nada el agente enviado.

-Con todo respeto señor, esa parece una pésima idea. -Interrumpió Seokjin. -Si lo quieren lo último por hacer es entregarlo, ¿Qué harían los demonios con un humano normal? ¿No se a puesto a pensar que no lo sabemos? -Continuó explicando con tranquilidad. -Sólo podemos estar seguros que nada bueno y por eso es un refugiado importante.

-Hablando de él, ya debería haber venido a barrer la entrada... ¡Taehyung! -Gritó apenas vio al joven caminar con la canasta de ropa lavada por allí cerca. -¿Has visto a Yoongi?

-B-Bueno... -Titubeo el castaño más joven. -Él no se... ha levantado aún...

-¿Qué? ¡Su servicio comenzaba hace dos horas! -Bramó molesto por la constante irresponsabilidad de Min. -¡Ve a despertarlo para sus tareas del mediodía o te quedarás con él lavando los pisos hasta la madrugada!

En cuanto el joven botó la canasta y corrió lejos ingresando al edificio de los dormitorios, Seokjin rió. -Fue usted muy duró con él.

-Tengo que serlo, esos dos se cubren las espaldas en sus travesuras, son peor que niños si los dejo...

Holy Sinner - YoonKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora