Primer encuentro.

462 46 28
                                    


Me encontraba vagando nuevamente por las calles de Seúl. Sin preocupaciones como siempre. Sin un motivo fijo para hacerlo más que la necesidad de no estar en el lugar que me veo obligado a llamar hogar.

Nadie me nota al pasar a su lado, nadie ve mi rostro de muerte en vida. Y es mejor así, porque los que suelen mirarme primero son los que me gusta elegir.

Me han dicho que debo elegir otra víctima, pero no es por eso que salí hoy. Aunque suelo obedecer casi de inmediato cuando me lo piden, simplemente no tengo ganas y estando sin compañía en mi estadía en las calles no tengo obligación alguna de hacerlo.

Eso creí hasta que a lo lejos divisé a mi nuevo compañero de cacerías autodesignado.

-Hey~ -Habló divertido apenas detectó mi presencia, gruñí por dentro pero por fuera sonreí lo mejor que pude. Soy demasiado falso y lo sé. -¿Vienes siguiendo algo? No sabía que salías hoy.

-Ni yo... sólo salí por aire pero en el portón me encontré con... y bueno ya sabes me dijo que aprovechara a buscar.

-Ya veo... Bueno, me veo en la obligación de acompañarte, lo sabes ¿verdad?

-No veo el problema con ello. -Mentí. A decir verdad no quería a nadie cerca mío hoy, anhelaba tener al fin una noche sólo pero en vista de que no puedo manifestar mi deseo jamás, es mejor tratar de pasarlo lo mejor posible con lo que me toca.

La noche había avanzado demasiado lenta para mi gusto, ya eran pasada la media noche y yo aún seguía sentado en la barra del bar en un antro que nunca antes visité, aún con mi moreno compañero a mi lado. Él parecía ya hastiado de que oscilara mi silla dando vueltas entre ver la pista de baile y los bartender. 

-Esto es aburrido~ ¿Aún no hay nadie que llame siquiera un poquito tu atención? -Me comentó 

-Nop. Todos son aburridos. ¿Qué hay de ti?

-Hay algunos que se ven como buenos prospectos pero...

-No hay problema conmigo, puedes ir a cazar alguno para ti si lo quieres. De todos modos en un principio sólo quería salir de allí y nada más.

-En ese caso -Dio un gran sorbo a la bebida entre sus manos y camino fuera de la barra, hacia un grupo de jóvenes a unos pasos de aquí. Pude verlo llamar la atención de una chica preciosa, la cual no había dejado de vigilar desde que llegó; pobre de ella. Minutos más tarde y luego de que usara su encanto en la rubia, se acercó nuevamente a mi. -La llevaré a bailar un rato antes de irme con ella a-

-No hace falta que me expliques, asegúrate de quedar en el punto ciego de la cámara de la entrada usando la multitud.

-Namjoon~ ¡Esta canción es de mis favoritas, vamos! -Habló la muchacha mientras se acercaba hasta nosotros. -¡Oh, hola! Soy Park ChoA, un gusto...

-Jeon Jungkook está bien. No retendré a tu compañero más, ahora vayan a pasarla como si fuera su última noche. -De acuerdo, debo trabajar en la malicia de mis palabras, pero no será hoy.

-Eso haremos. -Finalizó Namjoon tomando por el hombro a la chica para conducirla a la pista. Casi siento pena por ella, pero al menos me lo sacó de encima.

Una hora más paso hasta que me dispuse a beber mi última copa de la noche antes de irme. Llamé al chico de la barra para ordenar pero alguien se me adelanto tan pronto llegó a tomar mi pedido.

-Hey, puedes tráeme una cerveza. -Había dicho en cuanto se sentó a mi lado. -La más fría que tengas. -Finalizado esto el empleado se fue, sin tomar mi orden.

-¿Disculpa? Yo lo había llamado...

-¿Oh, en serio? 

¿Eso fue sarcasmo? Genial, un idiota de bar, lo que me faltaba. -Uh... ¡Duh! No te lo diría si no fuera así. -Giré mi silla hacia él para encararlo. Tal vez no debí hacerlo porque por mil demonios, quedé idiota de sólo verlo. Su cabello mentolado, su piel pálida inmaculada que te incitaba a marcarla y corromperla, sus labios con forma de un perfecto corazón y de un tono rosado, muy, muy apetecibles. Deje escapar un suspiro pesado. Me faltaba el aire de repente.

Holy Sinner - YoonKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora