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- ¿Lo disfrutaste? – me pregunta la voz en el teléfono – Asesinarlo seguramente fue placentero –

- ¿De que hablas? Yo no he asesinado a nadie –

- Le pregunté al conejo, él lo sabe todo –

- ¿Qué conejo? ¿de que estás hablando? –

Estaba confundido, no entiendo de quien habla, pero me asusté ¿Cómo podía saber de aquel chico ¿ ¿Al que asesiné en mi habitación?

- Tu también lo ves, lo veras, estoy seguro que tú también tienes ese don, el don de ver cosas más allá de la realidad – me dijo con voz seductora

- No, no estoy loco como tú –

- Abre la puerta Bryan-

- ¿Qué? –

Me dirijo a la ventano que se encontraba al lado de la puerta para ver si él estaba ahí. No veo a nadie, así que abro la puerta.

- Hola – escucho una voz

- ¿Qué? ¿Quién anda ahí?-

De repente una imagen borrosa empieza a tornarse clara, orejas largas que miraban hacia arriba, dientes largos, alto de estatura, un ojo rojo y el otro casi que destrozados, sus dedos eran largos y puntiagudos.

- ¿Q-quién eres? – le pregunto asustado

- Hola Bryan – me dijo lo que tenía en frente

Veo una silueta que sale a las espaldas de lo que aparentemente es un conejo, era él, Martín Alté.

- ¡Martín! – le grité - ¿Por qué traes esa cosa a mi casa? – le pregunté sollozando

- Él quería verte – me respondió feliz – Lo ves cierto –

- P-pero no estoy loco, y-yo estoy cuerdo –

- No estamos locos Bryan, con confundas ser diferente al estar loco –

Cerré rápidamente la puerta, no quería creer lo que anteriormente había sido verdad.

- Hermano ¿Qué sucede? ¿Qué pasó? – me preguntó mi hermana preocupada

- Nada, ve a tu cuarto – le respondí

Estaba asustado, había visto al conejo, él me lo dijo, me dijo que lo vería y lo ví. Soy culpable de los asesinatos pues conozco al responsable y no he hecho nada para encerrarlo.

De repente siento undeseo, un deseo tan extraño, algo dentro de mí me dice... Me dice que.    

IMPULSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora