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Martín las mataba, no yo. Era claro, pues no sería capaz de cometer tal atrocidad ¿O si? Solo Kaely me conoce de verdad, solo ella podría decir si es cierto.

Esos niños a los que "mate", solo fue un sueño, un maldito sueño. Estoy empezando a cuestionar mi cordura. Martín ¿Por qué me molesta tanto? Este sentimiento, ya prácticamente vivo con él, el estar confundido, no saber que está pasando realmente.

- ¿Bryan? ¿Estás bien? Sí lo estas – Escucho la voz de kaely.

- S-si, estoy bien –

- Eso lo sé –

- ¿Cuánto tiempo estuve dormido? –

- Tres días, más o menos – dijo con su hermosa voz – yo te cuide todo este tiempo –

- Eres tan conside –

- No puedes irte, tienes que cuidarme hasta que muera – interrumpió con ternura.

- por supuesto, te cuidaré hasta que muera –

- Que tierno – Dijo Martín – No deberían.

- ¿Por qué? ¿Por qué quieres joderme? –

- No quiero joderte, quiero ayudarte – Dijo muy calmado.

- ¿Ayudarme? ¿Cómo vas a ayudarme? –

- No estás sano Bryan, estás enfermo –

- ¡El enfermo aquí eres tú! –

Martín se levanta de su silla y se dirige a mí, me asusto un poco pues no confío para nada en él.

- ¿Quieres jugar un poco? – dijo en tono seductor

- ¿De que hablas? – Le pregunté asustado.

- ¿Por qué no sales conmigo y nos divertimos? –

- ¡NO! No voy a ningún lado –

- ¿No?... Está bien – contestó – pero tu hermana si irá conmigo –

- ¡KAELY NO IRÁ A NINGÚN LADO! –

Martín corre a mi armario y lo abre rápidamente.

- ¿¡Ves esto!? – Gritó

- ¿Por qué me muestras eso Bryan? – Kaely preguntó sollozando.

- No lo veas – le digo casi llorando.

- ¿Tú las mataste? – pregunta con ojos cristalizados.

- ¿Qué? No, yo no las maté ¡Fue Martín! – Le dije mientras lloraba.

- ¡Martín no es real! – Gritó con seguridad.

- Ya lo sabe Bryan, puede delatarte – Dice Martín – Irás a la cárcel... Sabes que tienes que hacer –

- ¡No voy a matarla! –

- No me mates – dijo Kaely llorando – Toda la vida e evitado que te atrapen –

- Trabajé para la policía, se cuidarme solo Kaely –

- ¡No trabajaste! ¡Solo salías para matar! – Dice Kaely

- Miente Bryan, no le creas – Dice Martín mientras me entrega un cuchillo de cocina – Sabes lo que debes hacer –

- Bryan baja el cuchillo – Dice Kaely asustada – Bryan por favor baja el cuchillo... Te amo hermanito, no me mates –

En medio de la confusión observo al conejo – Si no la matas, no serás libre – Dice calmado. Logro verme reflejado en él.

- Kaely también te amo, pero no puedo ir a la cárcel –

- ¿Qué estás haciendo? –

- Perdóname Kaely –

- ¡NO!- lanza un desgarrador grito

Rápidamente me dirijo a ella y la tomo del cuello, junto mis labios con los suyos y le corto la garganta con el cuchillo mientras le doy un apasionado y tierno beso.

IMPULSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora