"Tenemos que hablar" cap 29

409 13 6
                                    

Después de que yo resolviera ese sencillo caso y volveríamos a la comisaría , el tiempo pasó volando.

Todos los días habían un montón de casos en esa gran ciudad, tantos, que no nos daba tiempo ni si quiera de comer, pero hoy, hoy, no había ni uno más a parte del anterior. Sabia que era gafe, pero...¿Hasta este punto?

Total, que llegó el momento más temido después de esos cinco años. Llegó el momento de hablar de lo ocurrido, algo, a lo que yo temía.

Muchas preguntas cruzaban en mi cabeza.

"¿Y si no me entiende?"      "¿Me seguirá queriendo después de lo ocurrido?"     "¿Me perdonará?"      "¿Se daría cuenta entonces de que era por su bien?"       "¿ Me echaría en cara todo lo que la he echo sufrir todo este tiempo?"   

Demasiadas preguntas sin respuestas. Por ahora.

-Ran, es la hora de irnos -dije pensando "es la hora para hablar"-

Ella asintió, recogió sus cosas y nos fuimos juntos hacia mi coche, para dirijirnos a casa.

(Narra Ran)

Íbamos camino hacia el bloque de pisos de Shinichi, en su bonito, y caro coche rojo, mientras los dos no habríamos boca y nos manteníamos callados pensando seguramente en que nos diríamos cuando habláramos. Yo, ya tenia mi guión preparado, solo quería preguntarle. Preguntarle el "¿por que?" De cuando se fué. No me vale que sea para protegerme, yo se protegerme sola, además, podría haber ayudado, o al menos avisarme que iva a luchar contra ellos, pero no así,  no de esa manera, dejándome sola, sufriendo todo el tiempo por su ausencia, sin poder levantar cabeza,no, ahora no quería que me pusiera esa excusa. No después de lo ocurrido.

Si, seguía queriéndole, más que a nada en el mundo, y no lo entendía después de todo lo pasado, pero eso no me importaba, pues yo tenia todo mi esperanza en esta conversación, que anhelaba desde hace tiempo, si encontraba la oportunidad, claro.

Su voz me sacó de mis reflexiones:

-Ran, hemos llegado -dijo con tono serio-

Yo me limité a mirarle y a asentir, me levanté del asiento de su coche y le seguí hacia su caro bloque.

Llegamos.

Al cerrar la puerta el me repitió otra vez que hasta las once no podríamos salir de allí. Supongo que por si me quería ir de repente. Aunque se bien, que en el fondo, Shinichi me abriría la puerta, pues no soporta verme llorar.

El, mientras yo miraba su persona, agarró un par de sillas y las puso una frente de la otra en su habitación. Despues dijo que esto sería bastante largo, y que necesitaríamos sentarnos, yo asentí con la cabeza y me senté en la silla con los puños en las rodillas, luego empezamos a hablar.

 DESPUÉSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora