Entre el bien y el mal

CAPITULO 4

Bruno por fin se estaba levantando de la cama, aún le dolía la cabeza pero ya se le estaba pasando. Ahora dudaba de las decisiones que había tomado el día anterior, quizá no debería haberse enfadado tanto, pensaba. Él era más que consciente de que Aurora era un genio, por eso había contactado con ella para solucionar el caso, era posible que ella no apoyara al asesino, sino que solo se sintiera acompañada al descubrir que él era también un genio.

- No debí tratarla así... el pitido de un coche interrumpió sus pensamientos, él cerró los ojos por el dolor de cabeza.- Y tampoco debí beber tanto.

Comenzó a vagar por el piso, sin saber que hacer. Finalmente se dejó caer en el sofá y, justo en ese momento, entró Aurora por la puerta.

- ¿Has oído ese pitido?- Bruno levanto su pulgar- Había un gato en la carretera y casi atropellan a un chico por cruzar a salvarlo. Me ha dado su teléfono por si sé de alguien que quiera al gato... ¿Sabes de alguien que le quiera?

- No- apenas se le entendía ya que estaba boca abajo en el sofá.

- Ya te deberías estar vistiendo para irte, si quieres te llevo.

- Sí, será lo mejor.- Bruno se sentó en el sofá para dejarle hueco a Aurora, aunque ella no se llegó a sentar.- Tenías razón.

- ¿En lo de hacer correctamente los batidos? ¿Me has estado espiando?

- ¿Qué? No no, en lo del asesino fantasma. No te confundas, sigo creyendo que merece morir, pero sí que tenias razón en lo de que es brillante. Es evidente que aunque es un asesino es una persona inteligente.- Au se alegró verdaderamente de ese comentario.

- Me alegro de que lo hayas notado.- Pero, a pesar de su satisfacción por ser comprendida, decidió volver a su imperturbabilidad.- Vístete, nos vamos, venga.

Bruno, por segunda vez en un día, la obedeció. Se puso su habitual traje, que contrastaba con la ropa informal de Aurora, sobre su chaleco antibalas. Cogió su arma, su identificación y su maletín, y siguió a Au hacía el coche. Ella conducía bien, pero era algo más imprudente que él. Por suerte para ella, su compañero estaba tan cansado que pasó de corregirla. En pocos minutos, llegaron a las oficinas del FBI.

- Procura sentarte en primera fila y tomar notas, así el jefe se fijará en ti.- Él la respondió con una leve risa.

- No estoy en el instituto... pero gracias.- Bruno salió del coche y se despidió con la mano de ella.

- ¡Ánimo Bro!- Le dijo ella entusiasmada.

- Lo mismo digo Au.- Él respondió algo más decaído pero igualmente sonriente.

Bruno, observó como Aurora desaparecía de la calle y, desapasionado, entró a la sucursal del FBI. Fue a la sala donde se organizaban las reuniones, aún estaba vacía.

- ¡Bro!- Tyler acababa de encontrarle deambulando por los pasillos, Bruno le miró mosqueado.- Okey, no te llamaré así.- Se corrigió entre risas.- Todavía quedan unos minutos, estamos unos cuantos tomando algo en la sala de descanso, yo iba al baño, puedes ir yendo.

- Te veo allí.- Bruno siguió el consejo de su compañero y fue a la zona de descanso. Allí, doce compañeros más, algunos desconocidos para él, esperaban a que comenzará la reunión almorzando algo.

- Qué mala cara tienes ¿Café?- Bruno miró unos segundos a Hunter.

- He dormido mal, sí al café.