CAPITULO 6

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Aurora volvió al salón y siguió dibujando como si nada, Bruno se sentó a su lado, cogió al gato y se le puso en el regazo, llenándose inmediatamente de pelos grisáceos.

- ¿Y cómo piensas encontrarla?- Decía preocupado.

- Iré a la joyería, bueno... a lo que queda de ella.- Se corrigió a sí misma.- La policía y los medios de comunicación seguirán por allí, diré que tengo un blog de noticias o algo, y que quiero entrevistar a los presentes en el atentado. Probablemente alguien me pueda facilitar alguna dirección, sino iré a los barrios más pijos de Londres a ver si la encuentro. Una vez la localice solo tendré que espiarla.- Bruno asintió tratando de parecer convencido... Poco tardaron las dudas en asaltarle de nuevo.

- ¿Tienes intención de presenciar... como el asesino la mata?- Acompañando su titubeo arrugó su nariz con cierto grima.

- Sí puedo lo impediré, pero todo depende de como se desarrollen los hechos.

- Entiendo.- Miró al frente, hacia el televisor, y de nuevo otra pregunta invadió su mente. Au no era consciente de todo ello, apenas le hacía caso cuando dibujaba.- ¿Y...cuándo termines el caso... te iras?- Aurora dejó de dibujar y se sentó con las piernas subidas al sofá. Le contemplaba con cariño mientras pensaba una manera de explicárselo. Tímido, giró su cabeza apuntándola con esos grandes ojos azules.

- ¿Quieres qué me quede?- Él asintió ingenuo.

- Me quedaré.- Su compañero sonrió.- Pero si me contratan para un caso en otro lugar, tendré que irme.- Explicó.

- Es comprensible.- A pesar de la última parte, Bruno lo consideraba una buena noticia.

Aurora volvió la cabeza a su dibujo, y siguió dibujando un rato más, Bruno la volvió a la televisión y, al cabo de un rato, se puso a juguetear con el móvil.

Tras casi una hora, ella terminó, instintivamente se giró hacia su compañero, que la ignoraba rotundamente. Ella relajó su cuerpo, excitado tras lo que consideraba un buen trabajo, y, regresando a su seriedad, le lanzó una goma de borrar en busca de atención. Consiguió así que él inmediatamente se girara y, tirado vulgarmente en el sillón con su móvil en la mano, analizara el dibujo unos segundos. Aurora había dibujado a Sherlock con todo lujo de detalles.

- Genial, ¿Qué quieres? ¿Qué te lo cuelgue en la nevera?- Preguntó irónico.

- No es necesario.- Respondió ella severa.

Aurora guardó la libreta en su habitación y rellenó con comida y agua los cuencos de Sherlock. Seguidamente, ella y su amigo se marcharon a un restaurante cercano a cenar. Fue Aurora la que condujo ya que, ahora que ya sabía donde Bruno guardaba las llaves, se las había robado.

- ¿Crees qué la mujer del atentado seguirá en Londres?- Bruno se entornó con cierto nerviosismo hacia ella. Otra pregunta más. Otro pequeño petalo arrancado de la flor que componía la paciencia de Aurora.

- Sí y... deja de hacerme preguntas, me estás haciendo dudar de mi propio plan.- Una gota de histeria rondó por sus venas al decirlo.

- Perdón...- Bruno vaciló un instante pensando en otros temas de conversación, y... para cuando se le ocurrió ya estaban en el restaurante con la cena recién servida.- Así que...- Consiguió inmediatamente la atención de Aurora, ansiosa por algo interesante a su alrededor.- ¿Hunter...?- Preguntó con una sonrisa traviesa. Ella dejó caer su cabeza y se sobó con la mano la cara antes de apoyar esta en su palma.

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⏰ Última actualización: Nov 07, 2017 ⏰

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Entre el bien y el malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora