Sábado por la noche

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N/A: ¡Hola! Otra entrega bastante pronta, pero es que este finde voy a estar complicada para actualizar, así que me decidí a subir el capítulo un día antes.

Quiero agradecerles inmensamente por el apoyo que están dándole a este fic, les juro que sin los preciosos y alentadores reviews que me están dejando, creo que no encararía el proyecto con la misma onda. No les miento, me entusiasma tanto que la idea les guste que esta semana pude adelantar varios capítulos :D

Con esta tercera entrega finaliza la fase introductoria. A partir del próximo capítulo, se puede decir que la "verdadera" historia va a estar comenzando.

Los dejo con la actualización y sigo esperando sus amables reviews. Supongo que hay errores de sintaxis y eso pero los corrijo después de un tiempo, cuando veo el documento publicado. Cosas que pasan.

¡Un beso!

Disclaimer: Bleach y sus personajes son propiedad de Tite Kubo.

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Cuando el trabajo se alivió y hubo más mesas vacías que ocupadas, las chicas se quedaron junto a la barra charlando un rato. Kaien se había marchado y la responsable a cargo del negocio mientras tanto era Nelliel, cuya expresión se había endurecido un poco después de recibir la visita de su novio.

—Está furioso porque le dije que hoy saldré con ustedes —explicó—. Llevamos discutiendo toda la semana, es un egoísta.

—Te lo dije, hay más y mejores chicos que él en la ciudad, no sé por qué te haces tanto rollo por ese ogro —agregó Bambietta, que al final había aceptado sumarse a la salida.

—Como sea, no seguiré permitiendo sus acusaciones absurdas. Le dije que deberíamos tomarnos un tiempo.

Rukia apenas si prestaba atención a la conversación, se había quedado pensando todo el rato en aquel sujeto, que se veía enigmático, era guapo y le había dejado su número. Ella no estaba acostumbrada a que la cortejara esa clase de hombres, y el interés que éste había exhibido por ella era innegable, su forma de mirarla lo había comprobado.

Kuchiki Byakuya...

Su nombre sonaba importante, aunque quizás sólo fuera porque le sonaba poco común. Tenía una mirada penetrante y un tono de voz que la había cautivado.

A lo mejor debería desconfiar, después de todo no dejaba de ser un extraño. No todos los días se le aparecía a una semejante oportunidad servida en bandeja, mucho menos a ella. Quizás debería arrojar la tarjeta a la basura y olvidar el asunto, dejar de darle vueltas a tan irrelevante cuestión. Tal vez el tipo simplemente fuera de los que se entretenían seduciendo a meseras de restaurante ingenuas como ella y no, no estaba dispuesta en entrar en ese juego; no iba a arriesgar su trabajo liándose con un cliente y menos que menos mancillar su imagen ante Kaien-dono.

Quizás estaba leyendo más allá de un desacostumbrado y trivial encuentro, también.

—¡Oyeeee! —Nelliel le sacudió el hombro y la sacó de esa momentánea dispersión—. ¿Te encuentras bien?

—S-Sí. ¿Qué pasa?

—Otra vez... —resopló—. Estamos organizándonos para la salida de esta noche. El local cierra alrededor de las dos así que deberías traer tu ropa para cambiarte en el vestuario. Ya le avisé a Jackie que nos reserve una mesa.

Siguieron discutiendo los detalles de la salida hasta que Kuukaku llegó al local y hubo que ponerse a trabajar nuevamente. Rukia y Nelliel terminaron el horario del mediodía y se marcharon hasta el turno de la noche. Mientras tanto, las suplieron Rangiku y otras meseras.

Cuando despiertesWhere stories live. Discover now