En el jardín, todo

52 6 0
                                    

N/A: ¡Hola! Les dejo la actualización de esta semana, un capi muy especial para mí n.n Ojalá les guste, esto vendría a ser algo así como la "primera cita oficial" de la pareja.

Sin nada más que agregar, me despido esperando ansiosa sus comentarios. ¡Hasta otra!

Disclaimer: Bleach y sus personajes son propiedad de Tite Kubo.

*

.

.

El turno del mediodía había finalizado y ahora Rukia tenía la tarde libre. Como tenía el horario fijado para encontrarse con Byakuya, se dirigió a la parada de ómnibus más cercana al restaurante y lo esperó allí, el sitio que habían acordado como punto de encuentro. Hacía una tarde bastante fresca y las hojas caídas de los árboles copaban las calles y veredas.

No tiene caso deprimirse por lo que fue o lo que debió ser, siempre se está en el mejor momento...

Actualmente mi único interés eres tú...

Esta chica dura y aguerrida, que ahora está frente a mí, realmente me atrae...

¿Qué pasaba con ella? No debería ponerle demasiada atención a esas palabras que él dijo, era probable que sólo hubieran sido soltadas al azar. Pero, aun así... tenía que reconocer que la forma en que él se expresaba con ella le resultaba agradable y no podía ignorar que el tono de su voz destilaba sinceridad, y vaya, incluso la derretía. Kuchiki Byakuya, fuera quien fuese, poseía algo que la paralizaba.

Al margen de que la atrajera físicamente, no estaba segura de que él fuera su tipo de hombre. Con dieciocho años una persona todavía tiene muchísimas cosas por descubrir, tanto a su alrededor como en sí misma. Rukia, por el momento, tenía la sensación de que ella y Byakuya eran muy diferentes entre sí y no podía afirmar ni negar si esas diferencias los favorecían o perjudicaban, pero de cualquier manera se había dispuesto a dejarse llevar y salir un rato con él, si sólo con eso lograba pasar una buena tarde y olvidarse de todo por un rato.

Porque era eso lo que ella necesitaba: distraerse, cambiar de aire. Si continuaba empecinándose con Kaien-dono no haría más que seguir dañándose, estancarse y en el peor de los casos, dar marcha atrás, y ella no era de las que reculaban, ella siempre intentaba mirar hacia delante, no podía dejarse boyar en las turbias aguas de la incertidumbre por mucho tiempo más. Los sentimientos que tenía por Kaien-dono le deparaban inestabilidad y desconcierto, y ella no soportaba esas cosas. Ella necesitaba tener un fundamento, una base sólida en la que afincarse, porque así era su carácter y el dejarse arraigar en arenas movedizas no hacía más que producirle una horrenda y constante inseguridad que no estaba dispuesta a seguir tolerando.

Eso era, aún no había perdido del todo los estribos. O tal vez sí, de seguro que en algún momento sí los perdió pero ahora se estaba retractando, ahora realmente estaba siendo consciente de que no podía continuar tropezando con aquella tortuosa y errónea piedra. Kaien-dono era un hombre maravilloso y tenía una vida propia, y ella también tenía la suya. De hecho, su vida recién estaba empezando. Por más de que doliera, debía renunciar a esas ilusiones falsas e imposibles.

Lo haría, sí que lo iba a hacer.

Sumida en esas divagaciones, avistó el vehículo de Byakuya estacionándose frente a ella. Qué hacerle, rechistó, bien podía ella superar sus propios obstáculos sola pero ya que Kuchiki Byakuya se había deslizado en el camino, seduciéndola en el proceso, tampoco iba a negarse, sería una tonta si lo hiciera.

Cuando despiertesWhere stories live. Discover now