Capítulo 22: "Epílogo"

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Una jovencita pelinegra se encontraba platicando por teléfono mientras estaba mirando por su ventana el atardecer.

Así como te digo, mañana es mi fiesta de compromiso, había tratado de ubicarte antes para invitarte pero no contestabas mis llamadas, decía la pelinegra.

Es que no estuve en la Capital Oeste, estuve tres semanas en las montañas en un entrenamiento especial con mis maestros. Me toma por sorpresa tu compromiso no hubiese imaginado que en tanto poco tiempo de noviazgo ya quisiesen formalizar su compromiso, decía un joven de cabello alborotado a través de la línea telefónica en tono melancólico que la pelinegra no logro percibir.

Pues ya vez que si, Vegueta me lo propuso y yo acepte, de alguna forma quiero reparar el daño que le cause hace años con mi desprecio, ahora haremos realidad ese compromiso, decía Milk.

¿Lo haces porque quieres reparar algo del pasado?, dijo Gokú intrigado.

En parte si, pero también lo deseaba claro que no tan pronto pero como Vegueta me lo propuso pues tuve que aceptar, pero cuéntame ¿cómo te va?, decía Milk.

Pues cada día aprendo más, mis maestros me dijeron que en cuanto acabe el entrenamiento con ellos me recomendarían con Kamisama, decía Gokú.

Pues me alegro por ti. ¿Gokú vendrás a mi fiesta de compromiso?, dijo Milk.

No lo sé, veré si puedo pero no te ofrezco nada, dijo Gokú.

Casa de Vegueta:

Un joven cabello de flama platicaba con una peli azul por teléfono.

¿Se comprometen tan pronto?, ¿y a este compromiso si le pondrás fecha de boda porque cuando nos comprometimos no pusimos fecha de boda?, decía la peli azul a través de la línea telefónica.

Si Bulma me comprometo con Milk y no sé si le pondremos mañana mismo fecha a la boda, a mi me encantaría hacerlo pero tampoco quiero presionar a Milk, decía Vegueta.

Pues haces bien, aún deberían disfrutar un poco más del compromiso, decía con melancolía la peli azul.

Me hubiera gustado que estuvieras en esta fecha tan especial para mí, ya sabes que te aprecio mucho, decía Vegueta.

Si, si lo sé, pero me es imposible, así quisiese ir no podría llegar a tiempo, decía la peli azul.

Pero para el día de mi boda ¿si vendrás, verdad?, decía Vegueta.

Sí, dijo Bulma con melancolía.

¿Estás bien?, dijo Vegueta al notar el tono de voz de la peli azul.

Si, solo ando un poco resfriada, es todo, mintió la peli azul.

Que bueno, ya me estaba preocupando, decía Vegueta.

Vegueta y Bulma platicaron por algunos minutos más antes de dar por culminada la llamada.

Al día siguiente:

Un joven cabello de flama terminaba de alistarse para la fiesta de compromiso entre el y la pelinegra que se llevaría a cabo esa tarde en casa de él.

Nunca e estado tan nervioso, tantos años esperando este momento y ahora que al fin se hace realidad ese sueño me pongo así de tenso, decía Vegueta mientras se hacía un nudo a su corbata cuando la puerta de su habitación empezó a sonar.

Toc toc toc

Adelante, dijo Vegueta.

Hijo, aún no estás listo, decía la madre del joven cabello de flama.

"Jugando a ganar"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora