(Últimos capítulos)
Aún quedaban 2 días para que las vacaciones que el maestro les había dado a sus discípulos termine, ya había pasado dos días desde que Vegueta había ido a visitar a la pelinegra a su casa y ambos desde ese día sentían mayor necesidad de volver a oír la voz del otro, de verse aunque sea por unos minutos pero debido al orgullo de ambos y a su temor a seguir imprentando falsas ilusiones ya que ninguno aún sabía que ya no estaban comprometidos habían decidido esperar para verse cuando vuelvan al gimnasio al menos a verse cara a cara pues los dos sin que el otro lo sepa iban por momentos ya sea a la casa del otro como en el caso de Vegueta que se escondía tras una gigantesco árbol que daba al jardín de la pelinegra a donde ella todas las mañanas solía salir a leer una revista en una banca de madera sin percatarse que el joven cabello de flama la estaba observando o en el caso de Milk frecuentaban los lugares que alguna vez le menciono Vegueta cuando hicieron equipo que él solía ir cuando tenía tiempo libre.
Casa de Milk:
Una bella pelinegra se encontraba en el jardín de su casa leyendo en una banca un libro sin percatarse que un joven de cabello de flama la miraba detrás de un árbol que había fuera de su casa y que daba al jardín de la casa de la pelinegra.
Milk, ya quiero que inicien los entrenamientos en el gimnasio, muero por curiosidad por saber si en verdad Son decidió irse y dejarte como dijo Bulma, si ello resulta cierto haré realidad la nueva decisión que tome con respecto a ti, haré que reconozcas lo que sientes por mí, porque estoy seguro que en esas tres semanas que compartimos juntos algunas horas por crear nuestras estrategias, esas tres semanas tus sentimientos hacia mí cambiaron como cambiaron los míos hacia mí, pensaba Vegueta.
Jardín:
Milk leía un libro pero no podía concentrarse mucho en su lectura debido a que estaba muy inquieta pensando a que lugar debía ir por la tarde para que tenga mayor probabilidad de encontrar al joven de cabello de flama aunque sea de lejos.
Antes de ayer fue a su restaurante favorito y no lo llegue a ver y ayer a su heladería preferida y a las justas lo vi de lejos por escasos 5 minutos, ¿a dónde debo ir hoy?, al menos ya faltan dos día para encontrarnos nuevamente en el gimnasio, nuevamente veré y escuchare a Bulma darte ánimos cada vez que luchas, te veré irte con ella del gimnasio, ver cuando se besan, que puedo hacer, yo soy la única culpable, yo te rechace, Bulma no tiene la culpa de nada ella solo te da la felicidad que yo te negué, mi sufrimiento me lo merezco por tonta, pensaba la pelinegra, luego de unos minutos Milk cerro su libro e ingreso dentro de su casa, Vegueta al verla entrar a ella decidió irse a su casa también.
Horas después:
La pelinegra se encontraba en restaurante esperando la llegada del joven del joven de cabello de flama.
¿Aún no llega o será que hoy no piensa venir?, pensaba la pelinegra cuando un mesero se acerco con su pedido a su mesa.
Señorita su orden, dijo el mesero colocando el platillo que la pelinegra había solicitado.
¡Gracias¡ dijo Milk.
La pelinegra al ver que el joven cabello de flama no llegaba entristeció y decidió empezar a comer mientras pensaba: Tal vez hoy decidió no venir, a lo mejor sus padres tienen algún almuerzo familiar o de negocios y él tuvo que ir con ellos o Bulma lo invito a su casa o a algún otro lugar, si eso debe ser.
La pelinegra estaba tan sumida en sus pensamientos que no noto cuando alguien se sentó frente a ella en su misma mesa.
¡Hola Milk¡ que casualidad encontrarnos por aquí, dijo Vegueta feliz.
ESTÁS LEYENDO
"Jugando a ganar"
RomanceVegueta y Milk se detestan pero un reto propuesto por un compañero suyo hará que ambos terminen dándose cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia el otro.