La hermana de Tom Riddle

Capítulo 5

En el compartimento de Tom les esperaba una chica de cabello rizado negro y ojos castaños.

-Evanny, ésta es Bellatrix Black, sangre limpia y primer curso. Bellatrix, Evangeline, mi hermana melliza.

Bellatrix la miró con algo de burla y superioridad al ver su aspecto dulce e inocente.

Evangeline sólo la sonrió débilmente.

-¿Y tú a qué casa quieres ir? -la preguntó Bellatrix.

-Slytherin, ¿verdad Evanny?-respondió Tom en su lugar -¿Queréis que os muestre algo?

Lucius y Bellatrix le miraron con intriga. Tom no sonrió pero Evangeline notó que la comisura de su labio se elevó casi imperceptiblemente. Tom abrió su baúl sin que se viese su contenido y sacó algo verde y marrón. Evangeline comprendió lo que era. Cuando Lucius y Bellatrix vieron la serpiente, dieron un respingo.

-Esta es nuestra mascota y amiga, Nagini, ¿no es así, querida Evangeline? -dijo Tom, encantado con las expresiones de sorpresa y temor del resto de acompañantes.

Evangeline asintió con una sonrisa. Tom la miró y la dijo:

-Evangeline, habla un momento así, quiero ver si descubro algo.

Lucius y Bellatrix hicieron una exclamación de sorpresa.

-Tom, ¿es porque el símbolo de Slytherin es una serpiente?

Tom asintió.

-Creo que al ser sangres puras y futuros Slytherins sabrán algo del tema -Tom miró a Lucius y a Bellatrix -. ¿Y bien? ¿Qué os parece?

El primero en recuperar la voz fue Lucius.

-¿Vosotros...ha-habláis pársel? ¿Podéis hablar con las serpientes?

Tom asintió lentamente con la cabeza, observando cada movimiento de su compañero.

-¿Habías visto antes algo así? -preguntó con su voz fría y empalagosa a la vez.

Esta vez, Bellatrix negó con la cabeza.

-Había oído hablar de magos que podían hacerlo, pero no creo que haya nadie vivo a parte de vosotros que sea capaz de hacerlo -Bellatrix miró a los mellizos con un inusitado respeto.

-¿Qué sabéis de la gente que habla pársel? -indagó Tom.

-Sólo que quienes lo hablaban fueron todos grandes y respetados magos -dijo Lucius.

Tom sonrió tétricamente. Evangeline casi pudo ver la satisfacción y la superioridad dibujadas en el rostro de su hermano, pero desapareció casi al instante y pensó que se lo había imaginado.

Tom ordenó a Nagini, quien estaba siendo acariciada por Evangeline, que volviera al baúl, ya que no estaban permitidas las serpientes en Hogwarts. Justo cuando terminó de cerrar el baúl, la puerta del compartimento de abrió y dejó ver a una bruja gordita tirar de un carro de dulces.

-¿Alguien quiere algo del carrito?

Bellatrix y Lucius se levantaron a comprar y, con la puerta otra vez cerrada, se dispusieron a comer.

Evangeline miró los dulces con anhelo. No había pedido nada, a pesar de que Tom tenía dinero en parte porque pensaban ahorrarlo y en parte porque no estaba segura de si Tom la dejaría. En el orfanato no comían dulces, excepto el día de su cumpleaños una onza de chocolate a partir de los diez, por lo que sólo había probado el chocolate una vez, ya que su cumpleaños era en diciembre.

Lucius debió ver su mirada porque la preguntó:

-Evangeline, ¿quieres?

Evangeline le miró y, después de unos segundos, negó con la cabeza. Su hermano frunció el ceño.

-Evangeline, si querías dulces sólo tenías que pedirlo. Perdónala, Lucius. En nuestra casa no nos dejan comer dulces apenas.

Lucius alzó las cejas.

-¿En serio? En ese caso toma todos los dulces que quieras Evangeline, insisto.

Evangeline le miró, miró a su hermano y volvió a mirar a Lucius. Finalmente, tomó un dulce en el que ponía : Ranas de chocolate. Luego, miró a Lucius y le dijo con una sonrisa:

-Gracias.

Esta vez sí, Lucius se sonrojó.

-No hay de qué. Al fin has hablado, empezaba a pensar que eras muda. Bueno, ya sabía que no, habías hablado antes con Tom. Me refería a con otra persona -dijo muy rápido.

Tom le fulminó con la mirada y se calló. Evangeline no se había dado cuenta ni de eso ni del repentino sonrojo de Lucius. Bellatrix miró a Evangeline y en ella creció un sentimiento de envidia que la invadió. Bellatrix lo había decidido. La odiaría por el resto de su vida pero lo ocultaría bien de Tom, aquel misterioso chico que hablaba con las serpientes que se hacía respetar y que no dudaría en hacer lo que hiciera falta por su adorada hermana.