Samantha llevaba días entrenando, quizá porque Lothar no le daba descanso. Pero sus ganas salían directo desde su anhelo por libertad. Peter la había visto crecer y volverse más fuerte. La había visto combatir y ganar, a su nivel, sí, pero lo hacía.
Y Nael... Luego de ser devuelto a manos de Lothar, lo habían golpeado a primera hora del día siguiente. Después de que se recuperara, mayormente de moretones visibles, Lothar había llamado a un maestro para que se lo llevara. Lonnan no había tenido oportunidad de ver ni escoger así que se lo había prácticamente regalado.
Nael llevaba semanas sin poner un pie en la mansión Falk. Y Lothar pretendía dejarlo así.
A los Candidatos les quedaban dos días antes de ser enviados a su primera misión. A Peter le preocupaba demasiado teniendo en cuenta lo que ambos habían escuchado sobre los Detectores.
Vaya mierda, todos ellos estaban entrenados para luchar con los sobrenaturales, y no solo luchar sino también ganar. Iban a matarlos. Y Peter no tenía duda de que el general Rivers quería ver si sobrevivía.
También quería usarlos para no tener que sacrificar sus guardias contra Detectores especiales. Además, parecía ser que el poco respeto que Samantha había tenido hacía él cuando se habían conocido no le había agradado. Tal vez esperaba que muriera.
A Peter le preocupaba tanto que sobreviviera, que no pensó en el daño psicológico que podría causarle el matar. En especial por primera vez. Para evitar ese daño, lo único que ella podía hacer era predisponerse a matar, sin dudar. Sin remordimiento. Igual que muchos otros en ese año, y en los anteriores.
Tenía que salir de su habitación, lo único que hacía era pensar.
Lothar le había dado un cargo como su guardaespaldas. Parecía que Lothar quería mantener un perfil bajo, algo no muy sorprendente tomando en cuenta su oficio.
Cómo los demás guardias de Lothar, justo dónde late el corazón habían bordado sus iniciales cómo en su uniforme de aprendiz.
L. F.
Solo que ya no tenía un nivel. Ahora era solo un guardaespaldas. Alguien que había completado su entrenamiento correctamente y ahora lo utilizaba para ejercer su puesto.
En cada esquina de la Fortaleza había una torre. Más atrás, había una cúpula de cristal, dónde entrenaban más en privado, y solo para algunos alumnos. Y aún más detrás, había jardines y campos de entrenamiento especiales, mandados a hacer especialmente por Lothar, para entrenar a sus alumnos preferidos.
Observó a Samantha practicar con Lothar. Ella llevaba su ropa de batalla. El traje que se le entregaba a todos los asesinos de Lothar mientras trabajaban para él, pero hecho a medidas de una mujer.
Cómo la prueba sería en combate cuerpo a cuerpo, en eso entrenaba. Espada y a puño.
Rechazaba cada golpe con fuerza— Lothar no aplicaba su fuerza entera porque, si lo hacía, claramente ganaría debido a que él llevaba años entrenando, su vida entera, hasta dónde él sabía—, característica de ella desde que comenzaba a entrenar. Tenía fluidez al moverse con la espada, como una extensión de ella. Tenía que admitir que no se le había complicado tanto como a otros. Claro que no era la única. Miller había tenido un mejor desempeño incluso. Él por otro lado...
Al final Lothar ganó, con un golpe que la envió directo al suelo, ensuciando el uniforme. Al igual que el de él, ella no tenía nivel a la vista bordado, porque había sido elegida en La Competencia, no entrenaba por placer, y no era ella quien había buscado a Lothar para aprender.
Siguieron con el combate a cuerpo. Un golpe de Lothar la alcanzó en las costillas. Apenas logró esquivarlo, aunque casi perdiendo el equilibrio. Era rápida, muy ágil, aunque contra Lothar era apenas lo suficiente. Tendría oportunidad si aprendía a evaluar y predecir posibles ataques y defensas de sus oponentes, para poder evaluar las suyas también.
Peter la miró un momento. En cada golpe destacaba la fuerza con que lo lanzaba, daba todo de ella en cada ataque y eso saltaba a la vista. Aún así, pudo notar como la velocidad de sus golpes y su fuerza aumentaba. Estaba peleando con más ganas.
Lothar nunca aplicó sus conocimientos completos peleando contra ella— o contra nadie que estuviera vivo para contarlo—. Era novata, era débil para él. Pero de vez en cuando tiraba y aflojaba para lograr que avanzara en nivel. Posteriormente Lothar dejó que uno de sus pies impactara con su pierna para caer al suelo.
Sonrió con satisfacción— porque a pesar de ser una principiante, su mente había buscado una forma distinta y no tan predecible de un novato, para continuar la pelea— y se levantó.
Samantha se inclinó, en una reverencia sencilla ante su maestro. Había disminuido su nivel de tensión. Sonreía más, se relajaba. Se permitía bromear con ciertos alumnos.
Definitivamente era una de los favoritos de Lothar. Peter tenía que admitirlo, su época de oro en la mansión Falk. Además, podía no ser más el favorito, pero sabía que la época de Samantha también pasaría, por el contrario de Miller, que aún con el entrenamiento terminado, y ya trabajando para Lothar seguía siendo su favorito, y lo seguiría siendo siempre, eso seguro.
Aquella noche, Lothar había mandado a una reunión a todos, menos a Samantha y había una intención. Organizaría una cena en la Cúpula de Cristal. Así si moría, lo haría con un buen sabor de boca.
Peter caminó hasta dónde ella estaba.
— Samantha. —la llamó. Habían tomado más confianza durante su estadía y estabilización en su nueva forma de vida, a pesar de que aún no estaba completamente acostumbrada. Se esforzaba.
— ¿Sí? — sus ojos entrecerrados, intentando divisar su rostro.
— ¿Te acompaño? Deberías ir a tu habitación.
— ¿Por qué? ¿Lothar me sacó de la cena? — ¿Molestar a Lothar? Eso era peligroso. Siendo alumna no corría tanto peligro como otros, pero claro que el temor estaba ahí.
— No se molestó. — Le obsequió una sonrisa floja. — ¿Cómo se molestaría? Has sido de sus preferidos.
— Bueno, ¿Qué más se podía esperar? — ella se echó aires con la mano. — Soy bastante buena en lo que hago. — Peter no se permitió reír. Pero la sonrisa se sostuvo.
Era obvio que estaba intentando adaptarse y aflojarse. Permitirse confiar. Algo difícil en su situación.
— Bien, ven conmigo. Antes de que Lothar se moleste en serio. Debes descansar. Pasado mañana te irás a tu misión. Debes estar lista y descansada.— Se encogió de hombros.
— De acuerdo. — suspiró ella. — Vamos.
Fueron al interior de la mansión Falk, en un cómodo silencio que ella disfrutó. Peter pasó por la sala. Observó a Lothar y los demás dentro. Incluyendo a sus compañeros. Los mismos tres— Arch, Miller y Christopher— que habían golpeado a Samantha—.
— Peter. — él giró.
— ¿Qué sucede? — la miró.
— Vamos, quiero dormir. Si no entrenaré en la noche, quiero descansar suficiente. — él asintió. Era verdad. Debía descansar antes de una buena matanza.
— Sí. Andando.
Peter la dejó en su habitación y caminó hasta la reunión de Lothar con algunos de los demás aprendices.
— Bienvenido Peter. —lo recibió Lothar.
En la primera misión, era costumbre suya organizar una cena en la Cúpula para sus Candidatos. O en este caso, su Candidata. Seguro confiaba en que armaría una masacre.
![](https://img.wattpad.com/cover/79049430-288-k252052.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Millage © [ATLM #1]
FantasyDespués de su detección, Samantha despierta en el bosque, sin saber qué será de ella ahora. Pues para un sobrenatural, las cosas sólo pueden ir en picada una vez que escapan. En Millage, ella encontrará una oportunidad de vivir sin persecusión. Pero...