Capítulo 8

42 2 2
                                    

Me besa lentamente, nos separamos por falta de aire y lo abrazo.
Me abraza fuerte, apretando mi cuerpo contra el suyo y uniendo todos esos pedazos que se han roto en mí hace apenas unos minutos.
Pone su mano sobre la mía y entrelazo nuestros dedos.

- Quiero que sonrías, pequeña.
- Lo intento.
- Inténtalo un poco más, puedes hacerlo.
- No sé...
- Has podido con mucha mierda todos estos años, con esto también puedes. Eres fuerte. Tu sonrisa lo demuestra. Enséñame esa sonrisa que me tiene loco.
- No... - niego con la cabeza.
- Vamos... - suspiro, acerca su otra mano a mi costado - ¿Me harás hacerte cosquillas para que pueda escuchar tu risa?
- No, no, no. Las odio.
- Por eso mismo. - roza las yemas de sus dedos contra mi cuerpo.
- Ay, no.

Empieza a hacerme cosquillas y me río.

- ¡Paraa!
- No, no. - ríe.
- ¡Pooor... favooor! - digo riéndome.
- ¿Sabes qué quiero?

Le doy un beso, lo alarga y quito su mano de mi costado.
Seguíamos con las manos entrelazadas.

- No sé qué quieres, pero yo queriéndote a ti estoy bien.
- Quiero que sonrías siempre.
- Si estás conmigo, veo difícil no hacerlo. Por muy hundida que esté.
- Eres. - me dá un beso en la frente - Lo. - me dá otro en la mejilla. - más - otro en la otra mejilla. - Bonito. - otro en los labios.

Me siento a horcajadas encima de él, paso mis manos por detrás de su cuello. Él posa sus manos en mi cintura.
Le miro a los ojos.

- Tengo miedo.
- ¿De qué?
- De que mi padre nos separe...
- No lo conseguirá. Nosotros y nuestro amor somos más fuertes que lo que él diga.
- No me dá miedo lo que diga, sino.. lo que haga.
- ¿En serio crees que cuando te he recuperado te dejaré ir? - me encojo de hombros - Sabes bien que no.
- Te quiero tanto.
- Y yo a ti. - sonríe. Le doy un beso.

Tras veinte minutos hablando, dándonos besos y cosas varias, acabamos tumbados en la cama, le miro y me saca una foto. Intento taparme la cara pero no me dá tiempo.

- Oh, mierda. Fotos no que salgo fea.
- Siempre sales fea.
- Oh, gracias, cariño.
- De nada. - me lanza un beso. Veo que guarda la foto y que escribe algo en ella que no me dá para leer.
Me llega una notificación y al segundo varias más.
Cojo el móvil y veo la foto, en la que me mencionó: decidle a esta chica tan bonita que sonría, por favor.
Lo miro, veo las notificaciones y cinco directs diciéndolo. Le enseño el móvil.

- ¿En serio?
- Qué rápidas han sido enviándolo.
- Mmm... Y algunas pasándose de listas también. - le enseño varios comentarios.
- Espero que no le vuelvas a hacer daño, hija de la gran pu... - lee y abre los ojos, sigue leyendo varios - ¿Habéis vuelto..? Siempre hicistéis una pareja monísima y eres súper maja, pero cuídamelo o se te cae el pelo.

Me mira.
- De seis comentarios cinco son malos. Deberían de respetar. No digo a mí. Sino a ti. Te faltan también a ti al respeto, es tu vida privada...
- Bienvenida a la vida de una chica normal que tiene una relación con un famoso. - suspira. - Pero sí, tienes razón. Es mi vida privada y tú eres parte de ella. Pero, por ellas no dejaré de estar con la chica que quiero ni dejaré de publicar cosas contigo. Si pasan el límite diré algo. - hace una pausa - Y si tú quieres publicar, también.

Me quita el móvil, hace un boomerang entrelazando sus dedos con los míos, lo guarda y pone: prometo cuidarte todos los días de mi vida.
Se automenciona en una esquina y lo publica. Lo miro. Le cojo la cara y le beso.

- Eres demasiado bueno conmigo.
- Soy cómo lo mereces.
- No, te mereces a alguien mejor.
- Me merezco a ti.
- No sé...
- Que sí. Deja de pensar que eres menos. Hoy me estás muy pesimista.
- Bueno...
- Te quiero, te quiero, te quiero.
- Te amo.
- Yo muchísimo más.
Sonrío.
- Así, sonriendo. - me devuelve el móvil y leo cosas que pusieron. Calum lee conmigo.

De CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora