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Han pasado tres días desde que toqué la puerta de la casa donde se queda Courtney y no he logrado coincidir con ella, hemos hablado por mensaje pero quiero verla; las galletas las he estado guardando para hacer un mini pic-nic con ella pero por lo visto yo me las tendré que comer sólo. Hoy en la cena papá me regañó por haber salido hace dos días sin avisar y llegar tarde, ahora tengo un castigo de no salir en lo que resta de la semana. Me acuesto boca arriba en mi cama con los brazos en mi nuca, son casi las nueve pero no me he puesto la pijama; papá dijo que no podía salir por ninguna puerta que de a la calle, nunca dijo que no podía salir por la ventana.

Me cuelgo la mochila ya con las galletas y un mantel dentro, subo la ventana y le pongo una goma de mi escritorio para que no se cierre; salgo y me paro en la cornisa cerrando lentamente la ventana. Camino hasta llegar a un árbol y sin pensarlo dos veces, porque se que no me atrevería si lo pienso, salto a una de las ramas pero cuando uno de mis pies la pisa resbalo y en seguida me abrazo a ella; mis pies cuelgan y me preparo para soltarme y caer, cuando mis pies tocan en seguida el piso me percato de que no estaba tan lejos del piso como yo creía. Busco la casa cinco y entonces cruzo el jardín hasta llegar a la parte trasera de la casa y marco a su teléfono; al segundo tono contesta y una de las luces de la casa se prende, su cuarto.

-¿Quién habla a esta hora? -pregunta.

-Un viejo amigo, nos conocimos en el avión.

-¿Max? -pregunta con cierta emoción en su voz- lo siento no vi el identificador de llamada.

-No creo que hayas conocido a otro chico igual de guapo que yo en un avión -risas.

Comienzo a subir el árbol que queda unos centímetros frente a su cuarto y toco la ventana.

-Espera, alguien toca mi ventana.

-Ok.

Cuelgo y cuando ella sale se sorprende.

-Hola -saluda algo extrañada.

-Supongo te estás preguntando que hago aquí.

-Sí -le sonrío.

-Pues... quería verte pero papá me castigó y me escape.

-¿Para verme? -pregunta sorprendida.

-Señorita Courtney hace muchas preguntas, pero sí. Sólo para verte estoy colgado de ésta rama y si no me permites entrar tal vez termine con un brazo roto.

-Pasa -se hace aún lado.

Entro y comienzo a mirar su cuarto, paredes rosas con una cama y un escritorio, su maleta está cerrada encima de la cama y en el escritorio está una laptop y cuadernos. No hay muchas cosas aquí pero a pesar de todo el cuarto no se ve tan desordenado.

-No he terminado, me da flojera -río.

-Te entiendo, traigo galletitas ¿Quieres?

-Claro. Iré por leche -me ve a los ojos- no bajes, son muy mal pensadas y burlonas.

-Me quedo aquí. Por cierto, linda pijama de oso panda.

Se voltea completamente sonrojada y sale del cuarto. Es impresionante que en tres días ella y yo nos conozcamos tan bien que parecemos hermanos, a veces no logro verla por su curso y por la tarea que le dejan pero a esta hora ella se supone ya la acabó; extiendo el mantel y pongo la caja de galletas en medio del mantel. Vuelve con dos vasos y un litro de leche, le ayudo y los pongo junto a las galletas. Nos sentamos dentro del mantel frente a frente y sirvo la leche.

Summer Love ( EN EDICIÓN ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora