Summer Love ( EN EDICIÓN )

11

-No entiendo cómo ella se fijó en ti -Bryan llega junto a su amigo.

-Deja de molestar Bryan -tomo las muletas dispuesto a irme a otro lado.

-Tranquilo, en dos semanas me iré a un equipo de Europa así que quiero aprovechar para molestarte. Es interesante como cada que te veo me dan ganas de molestarte, no me has hecho nada para tener razones para hacerlo.

-Entonces deja de molestar si no te he hecho nada -le doy la espalda.

Gira bruscamente provocando que tire una muleta. Jala del cuello de mi sudadera y me atrae a su cara.

-No querrás golpear a un hombre con muletas ¿O si?

-En unos días, cuando estés mejor, nos veremos los dos y te golpearé -me amenaza.

-No sé que hice para merecerlo pero acepto, sólo tú y yo en una buena pelea. Me gusta esa idea.

-El primero en caer gana -suelta con brusquedad la sudadera.

-Nos vemos en unos días Bryan.

-Lo mismo te digo Foster.

Al pasar a mi lado su amigo me da la muleta.
Estoy a unos metros de llegar a la enfermería para que me revisen el tobillo y me digan si ya puedo caminar sin muletas, claro sin hacer mucho esfuerzo.

Toco la puerta y me abre Mónica.

-Hola Moni -la saludo de beso en el cachete.

-Hola Max. Siéntate, en un minuto te revisó el tobillo -me ordena.

-Dale aquí te espero.

Me acomodo en la silla y pongo las muletas a mi lado, me descuelgo la mochila para poder sentarme bien. No me había preguntado hasta hoy como es posible que esto sea una enfermería y me atiendan muy bien el problema del tobillo; Mónica es doctora y no enfermera, no entiendo que hace ella ocupando el puesto de una enfermera.

-Te quitaré la venda y moverás un poco tu tobillo.

Retira con cuidado el seguro y comienza a quitar la venda enrollándola en el proceso para no hacer tanto reguero. Masajea el tobillo y después lo muevo poco a poco en círculos.

-¿Sientes dolor? -niego con la cabeza- te daré una pomada. Esa la aplicarás en las mañanas y en las noches después de bañarte, es para que te ayude a desinflamar el tobillo.

-¿Ya puedo jugar?

-No, tienes que aplicar la pomada durante una semana entera por cualquier problema que se pueda presentar. Pero tu hueso está sanado.

-Muchas gracias -la abrazo.

-Ya ponte tu zapato.

-Por eso pedías que lo trajera. Eres la mejor.

-Para eso estoy.

Saco de mi mochila una calceta y mi converse negro para ponermelos y así caminar una vez más.

-Te doy las muletas -las toma un guarda en un armario.

-Antes de que te vayas camina un poco aquí dentro para que te acostumbres.

Doy unos pasos y me río, la sensación de poder caminar con mis dos pies una vez más me gusta y era algo que extrañaba mucho.

-No será la última vez que te visite, habrán más accidentes como éste.

-Ten cuidado, el soccer es peligroso aunque no parezca -me mira como diciendo "eres un poco torpe algunas veces"

-Lo sé, de pequeño intenté parar un gol pero mi primo pateó el balón con una fuerza sobrenatural que cuando impactó con mi mano se dobló y me enyesaron por un mes.