¿Podría ser una rosa blanca?

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Está vez tengo mucho que decir y que agradecer pero, de momento daré explicaciones sobre el capítulo.

En este capítulo desidí enfocarme en las ideas de Victor, me fue un poco complicado pero espero tener un resultado favorable. Empieza con una narración de un recuerdo de Victor y continúa con el caminando por la casa. Procuré retomar algunos detalles de capítulos anteriores, sin mas que decir de momento. 

Gracias por seguir leyendo.

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...
Aquella mañana la familia se encontraba de luto, la gran mayoría eran conscientes de la situación... Situación que, en vez de hacer más tolerable le dolor, hacía más y más grande esa herida.

Una mujer como ella no merecía esto.

Un joven paseaba su platinada cabellera en los amplios pasillos de la casa Nikiforov. Sus pisadas eran toscas e inquietas. Cabizbajo, ocultaba su mirada tras la larga melena. Llegó a la habitación principal, la puerta se encontraba medio abierta. Era su oportunidad, necesitaba hablar con él, con el hombre que le había dado la vida. De repente, justo cuando estaba a punto de tocar el picaporte...

Un doloroso y cortante gemido se escuchó, acompañado de un llanto desgarrador.

El joven se detuvo en seco, reconocía aquellos sonidos. Era su padre quien lloraba... El entendía ese sentimiento. Ambos acababan de perder a la mujer más importante de sus vidas.

El siempre lucía como un hombre fuerte y lucía ligeramente indiferente ante lo que sucedía... ¿Quién mejor para entender a su padre, que su propio hijo? Quien todo el tiempo lo veía, veía a aquel hombre que lucía bastante ocupado; a pesar de ello, siempre encontraba un espacio para su familia.

Era un hombre admirable y difícil de alcanzar. Todos esperaban que el fuera igual a su padre; solo que nadie pensaba en la carga que el chico llevaba en sus hombros por tratar de alcanzar a alguien como él.

Que tonto había sido.

Solo eso resonaba en sus pensamientos. ¿Cómo pudo pensar que a su progenitor no sentía nada?

Poco a poco su cuerpo cedió a la gravedad, dejando caer su peso en las rodillas, estaba cansado de fingir, estaba cansado de fingir que no le dolía. No estaba seguro si era correcto entrar, su padre necesitaba a alguien fuerte y Victor también.

Esta vez ninguno de los dos cumplía con los requisitos.

Quizá las cosas empeorarían si entraba...

Quizá las cosas serían más fáciles si evitaban afrontarlo...

No tenía sentido. Él quería apoyar a su padre, pero le faltaba la voluntad para hacerlo. Optó por dejar a su padre llorará tranquilo y en silencio. Victor era consciente de su dolor y dejó caer unas cuantas lágrimas, que poco a poco se desvanecían.

Aún era débil, se sentía impotente. Se sentía inútil ante el dolor.

Estaba decidido, protegería a su padre, era una promesa.

Mientras más lo pensaba, sería mejor evitar darle problemas a su padre. Pichit y Yuuri aún eran niños. Sería difícil tratar con ellos, tendría que enfrentarlos algún día. Su madre quería protegerlos y Victor cumpliría con eso. Debía ser fuerte, ahora no solo era por la casa Nikiforov. Tendría que ser el pilar de la familia algún día, tendría que cuidar de todas esas personas.

Aquellos varones quienes sufrían separados por una puerta, se encontraban atados por la sangre y por el amor a la misma mujer.

Aquel amor que se definiría con una simple palabra con un enorme significado, Ágape.

Promesa de vida, rota en una noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora