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Maratón 1/?

—No quería volver a verte, no tengo por qué alegrarme —puntualiza ella, haciendo que mi eufórica sonrisa se contraiga con rapidez—. ¿Qué haces aquí?

Observo por el rabillo del ojo como Ruth remueve inquieta su pie derecho, frotando con el piso la punta de un lado al otro, un movimiento involuntario que realiza desde que tiene consciencia y que contra todo pronóstico, hace que en cuanto Kate se fije en ella, suspire de resignación y enarque una ceja.

—¿Quienes son? —me pregunta, claramente se refiere a mis hermanas.

—Ella es Samy —señalo a la malhumorada castaña que le envía una mirada recelosa a Kate mientras todavía mantiene sus manos en las manillas de mi silla de ruedas—, y ella Ruth. Mis hermanas, tus compañeras junto a mi por el día de hoy, vamos, sé que lo adoras.

Repito el acto anterior, la menor simplemente le sonríe y levanta su mano a modo de saludo.

Una sonrisa vuelve a surcar mi rostro después de enviarle un guiño a la única persona no perteneciente a mi familia en la habitación, y me alegra, porque cito textualmente a Mildred, ¿de qué sería Paxton Monaghan sin su característica sonrisa, sin la alegría sin razón? 

—Un gusto. —murmura Kate, y creo ver un leve sonrojo tiñendo de color carmín sus mejillas, aunque presiento es mi imaginación jugándome una broma pesada—. ¿Entonces, tratas de decirme que invadirás mi espacio hoy también?

—Qué comes que adivinas.

—Cínico —niega resignada, antes de señalar la única silla disponible—. Como podrán observar, si se cansan de estar parados, tendrán que sentarse en el suelo.

—No es problema —se apresura a responder Ruth, observando nerviosa a Samy, quien con un movimiento de cabeza le dice que puede tomar la silla y será ella quien estará sentada en las frías baldosas del hospital.

—¿Eres Michaela o Jeanine? —inquiere Samy rompiendo el extraño silencio que se cierne sobre nosotros como un recordatorio constante de el desagrado de Kate hacía mi presencia, y sé perfectamente a qué está jugando porque he sido testigo de incontables escenas como esta.

Normalmente, cuando yo les presentaba a una chica a la familia, sin importar si se trataba de una novia o amiga, Samy le preguntaba sobre personajes literarios, claramente ninguna entendía a qué se refería, por lo que tendían a pensar que eran otras chicas a las que traía a mi casa, mis novias huían y me terminaban con incontables insultos, mientras que mis amigas mantenían la distancia y poco a poco (intentaban que fuera con el mayor disimulo posible) dejaban de frecuentarme hasta que simplemente éramos desconocidos, o un "¡ah si! Éramos cercanos hace tiempo" en la vida del otro.

Kate alza una ceja ante las preguntas, y creo que desde que la conocí, la veo sonreír, fue una pequeña sonrisa de medio lado, pero lo que cuenta es que algo de lo dicho por mi hermana la divirtió lo suficiente como para que aquella inexpresiva boca que yo creía hecha de acero y conocí hacía tan sólo unos días se volviera un vago recuerdo, puesto una sonrisa de Kate puede hacerte olvidar hasta tu nombre, y lo puedo asegurar justo ahora.

—No —Con lentitud propia de ella, lleva su mano frente a su rostro y finge mirar distraidamente sus uñas—. Marcie Millar, mi cielo.

Subo mi rostro para observar directamente el de mi hermana, y soy testigo de ver como las comisuras de sus labios se elevan y observa a Kate con una mirada llena de satisfacción, ya que ha encontrado a la primera que ha pasado "la prueba", si, ese temido interrogatorio por la que no llevaba a ninguna de mis novias a casa cuando vivía allí, acción que terminaba en ellas pensando que no confiaba lo suficiente como para presentarla a mis padres y me daban calabazas apenas podían, en fin, mi vida amorosa era y sigue siendo, un verdadero asco.

—Tú y yo nos llevaremos bien —asegura Samy encogiéndose de hombros, Kate le dirige una mirada algo extraña, de la cual no consigo descifrar nada antes de que sus labios muestren una sonrisilla, como la de un niño que planea su propia travesura, y la simple imagen que recrea mi mente de ella como una infante hace que mi pecho se contraiga de emoción ante la ternura.

Kate da un leve asentimiento, y luego su mirada vuelve a dirigirse a mi dirección.

—Y tu plan es simplemente venir y luego... —mueve su mano en círculos, enviándome una mirada curiosa, diciendo un mudo ¿y ahora?

—Bueno, supongo que hay muchas cosas que podemos hacer... —observé a mi alrededor—. ¿Cómo te diviertes aquí?

Pregunté lo mismo que en nuestro primer encuentro, pero esta vez, ella se dignó a responder—: Veo por la ventana lo que hacen las enfermeras... y cuando mi hermano viene me trae libros.

Parpadeo dos veces, lentamente, en señal de sorpresa, no sabía que tenía un hermano, aunque bueno, no sé absolutamente nada de ella. Mi reacción se debe a que ha soltado información extra cuando no se le ha pedido, y siento que es una pequeña muestra de confianza, quizás no pueda parecer significativa, pero es suficiente como para que mi sonrisa se extienda hasta el nivel que me comienzan a doler las mejillas.

—Bien, esa no es una buena idea para nosotros —hablo por mis hermanas y yo, aunque sé perfectamente que Samy puede distraerse con ella hablando de sus bichos literarios, y Ruth puede incluirse en la conversación, dada la cercanía que tiene con su hermana mayor y que en más de una ocasión se ha leído sus libros, si bien esta no es su actividad preferida, porque la menor de mis hermanas ama ver películas, claro, y luego estoy yo, no me he leído ni una cuarta parte de lo que lo han hecho ellas.

Pero Kate ha ignorado mi comentario y se ha acomodado en su cama para sacar los pies y quedar sentada, la acción le ha tomado varios minutos, pero ha conseguido abrirse camino entre las sábanas de inmaculado blanco, por un momento me permito verla, detallar cada uno de sus movimientos, quiero saber por qué no se mueve libremente, por qué le dolió cuando tomé su mano, pero sé que hasta para mi, esas son preguntas indiscretas que no debería hacer, si algún día ella quiere decírmelo lo hará, y si, haré hasta lo imposible para ganarme su confianza y que eso suceda, lo juro por encima del nombre de Bruce Wayne.

Y cuando incluyo a Batman en algo, es que va realmente enserio.

Bueeeeeenas, sé que desde carnaval prometí un maratón, pero apenas terminé mis pendientes me enfermé fuertemente, y luego el colegio me consumió. Enserio pido disculpas, pero ahora que ando en cuarentena voy primero a hacer el maratón, cuyos capítulos iré subiendo a medida que los termine, y luego a actualizar más seguido, para ayudar a que su estadía en sus casas no sea tan aburrida.

Chicos, es hora de cuidarse mucho, no salgan a las calles, tomen sus precauciones, usen tapabocas, lávense las manos. Los quiero mucho, y los quiero sanos💜

Enamorando a KateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora