Cristal

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Y allí se encontraba:
cansada, hecha trizas el alma,
lágrimas de fuego transparente bañaban
el rostro de mi querida amada.

Ojos de acuarela,
dama silenciosa y sin estrella,
y yo sin poder reaccionar por su belleza.

Impotencia, era lo que sentía,
pues sabía que se perdía en la lejanía.
Me quedaría algún día solo
por nunca ayudarla, por ser un tonto.

Rostro indolente, cascadas a coro,
decir que era bella u oro era quedarse corto,
mas tal dolor naciente en ella
necesitaba consuelo
sin pedir nada,
y de mi cuerpo ni una célula actuaba.


Lo se, este ha sido algo flojillo, pero en fin. :v

Poesía Pineal: Res Cogitans.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora