Capitulo 20

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La oscuridad me consumía rápidamente, mis sentidos se embotaban y las confusión me ahogaba al igual que el manto negro que cubría aquel lugar, el olor metálico de la sangre llegaba a mí de forma lenta pero recia, las sombras de los árboles se torcían en a mi alrededor quitándome toda posible de calma, por un momento el bosque me engullo, fui parte de él como lo era cada árbol azotado por el viento, deje correr la lluvia por mi cuerpo, caía y resbalaba en gotas pequeñas, pero abundantes, las sentía surcando mi rostro de forma imperfecta, humedeciendo mi ropa y recorriendo mis manos. Mi cerebro en su último atisbo de raciocinio deseo que las gotas se trasformaran en un mar que tragara y ahogara aquella masa inerte que lo ataba al sufrimiento.

Vi mis propios pies arrastrándose sin fuerza por un suelo entierrado con numerosos juncos  de hierbas secas en él, unas manos fuertes me tomaban de cada brazo y murmuraban palabras a las que no hallaba sentido alguno, mientras más esfuerzo invertía en descifrarlas, mi conciencia se iba perdiendo con cada exhalación. Mi cuello se encontraba incapaz de soportar peso, por lo que mi cabeza se balanceaba de forma brusca, los parpados me pesaban más de lo que podía soportar y el dolor me impide pensar con claridad.

Ddddddeebbe ayurrrrmmmiee – escuche un murmullo distante e inentendible, el de una mujer, unas suaves y frías manos se posaron en mi rostro acariciando una de mis mejillas, intente abrir los ojos, pero se me fue imposible, mis parpados estaban unidos por lagañas. Unas manos me cargaron sin el menor cuidado, pasando mi cuerpo por sobre su espalda, logrando presionar aquellas partes magulladas, por lo que solté un quejido ahogado y entre abrí con mucho esfuerzo uno de mis ojos, lo único que pude ver fue tierra y más tierra.

¿Dddoondee me llevass? ¿Quiée ere? – dije patéticamente, con una voz rasposa y aterciopelada. Unas manos levantaron mi cabeza desde el mentón y la guiaron para que así mirara a la cara a aquella persona, por la ranura de mi ojo entreabierto la vi borrosa y pálida, pero ahí estaba.

Tranquilo, te llevaremos a un lugar seguro – Tuve dificultades para entender, la escuchaba lejana y con eco. Luego, dejo caer mi cabeza de forma brusca.

Ivi... - dije en un tono apenas audible ella me oyó y respondió con una delicada caricia en mi espalda, con su otra mano tomo la mía, este mínimo acto me hizo sentir seguro, su mano era suave, cálida y familiar... no puede ser nadie mas que Cliff quien me carga, él por fin acepto lo nuestro, ahora todos vamos a casa, lo sé.

Desperté en una habitación bastante rustica, a mi alrededor se extendían paredes hechas de tablones, entre las cuales se filtraba el viento gélido de una noche eterna ¿Cuánto tiempo ha pasado?, mire a mi alrededor intento dar con alguien en la recamara, pero solo me encontré con un velador repleto de medicamento y vendajes, junto a una pequeña lámpara que entregaba una tenue luz a aquel lugar. Intente ponerme en pie, pero un sordo y agudo dolor se precipito a mis costillas junto a repetidas punzadas y escozor en la parte superior de mi rostro, toque instintivamente de donde provenía el dolor más intenso, mi frente se encontraba vendada y algo inflamada.

A duras penas me levante de la cama, intentado no alertar a nadie, pero el viejo y enmohecido suelo crujió fuertemente, pensé por un momento que no vendrían a mi encuentro, pero desesperanzado escuche pasos aproximándose. rápidamente apague la lámpara y me acerque a la pared recostando mi espalda en ella, consiguiendo camuflarme en la profunda oscuridad de aquel cuarto, estaba decidido en atacar a quien se asomara en la habitación de la forma que se me fuera posible en esa tremenda ausencia de luz. Escuche los benditos pasos lo suficientemente cerca como para saber que debía actuar pronto, aguante la respiración y espere una señal que no conocía, oí el rechinar de la puerta abriéndose, lo supe, me abalance sobre aquella persona a ciegas, haciendo caso omiso al dolor, por suerte di con mi supuesto enemigo quien cayo junto a mí, con movimiento torpes intenté ponerme de pie pero mi oponente rápidamente se reincorporó, me jaló al suelo y se posicionó sobre mí, todos los "ataques" que con mucho esfuerzo lanzaba, los detuvo con su peso liberado estratégicamente sobre mis cansadas piernas, sentía sus rodillas y parte de sus muslos presionandos en los costados de mi cadera, intenté nuevamente zafarme empujándolo, pero detuvo mis manos, las contuvo fuertemente y las llevó por sobre mi cabeza. No escuchaba nada más que mi corazón y respiración agitada, en contraste con mi oponente quien estaba completamente sereno.

No lo hagas de nuevo – dijo una voz conocida mientras presionaba una de las tantas heridas en mi cabeza, a los que solté un alarido – ¿me escuchaste? – era Ivi, ¿quién más podía ser?

Si... - respondí sin nada más que hacer, su agarre no se relajaba y me estaban comenzando a doler de forma alarmante las costillas

Ahora, te voy a soltar para encender la luz, si intentas algo, lamentaras el no estar muerto – su voz sonaba indiferente– ¿me has escuchado?

Si... - respondí nuevamente de forma lastimera, me liberó de su agarre y sin si quiera tantear, encendió la luz de la habitación, una luz brillante que me encandiló e hizo mis ojos cerrarse involuntariamente, a los segundo me habitué a aquello enfocando a quien se encontraba frente a mi, mirándome completamente erguida, Ivi era como una diosa en lo que a mí respecta, la veía perfecta, la incandescente luz hacia brillar sus cabellos ahora rubios pálidos, se acercó rápidamente y tomo uno de mis brazos para pasarlo por sobre sus hombros, apoyé el peso de mi cuerpo sobre ella y me erguí con su ayuda, camine quejumbrosamente, aun sujetado por Ivica, en dirección a la cama, me recosté, la chica me cobijo entre las frazadas y el rose de estas me hizo notar que solo llevaba calzoncillos.

Estas sangrando... serás idiota – dijo indolente observando mi rostro, pude ver sus ojos apagados y tristes, trayéndome el agobiante recuerdo de que a ella en realidad no la conocia – traeré agua para limpiarte las heridas – salió de la estancia, al rato note como la sangre brotaba de mi frente y resbalaba por mi cara, hice presión con mi mano para detener el sangrado, aguantando el agudo dolor que provocaba aquello, al rato regresó con una vasija repleta con agua junto a un trapo, se sentó a un lado en la cama, luego humedeció la tela y la estrujó, analice cada uno de sus movimiento sin hablar, aparte mi mano y presiono con aquel trapo el corte, toleré el dolor hasta que retiró el paño nuevamente para enjuagarlo, repitió la acción una decena de veces, hasta que la herida dejó de sangrar. En todo ese periodo, no hubo otro ruido en el cuarto que no fuese el de las ventanas temblando con el azotar de viento y el sonido del líquido cayendo al ser estrujada de aquel pedazo de tela, el agua trasparente se tiño de rojo al igual que las manos de Ivi.

Ivica... ¿Qué.. – dije con voz clara e impasible

Por favor no me digas más así – ordenó mientras se levantaba sin mirarme, como si ya no me encontrara allí.

¿Y cómo te llamo? Si ese es... – dije, siendo interrumpido

No me importa, solo no lo hagas de esa forma – me respondió de forma seca – No te levantes más, te hará daño, necesitas descansar. Te traeré algo de comer - salió nuevamente de la estancia. Me dejo en aquel lugar por largos minutos, intente mantenerme despierto pero se me fue imposible, el esfuerzo me había agotado.

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Muchas Gracias por leer (:! 

The outlaw torn (James Hetfield ♥) !!!CANCELADA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora