💗 Extra 1 💗

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En una cálida noche de verano los fuegos artificiales se reflejaban al horizonte, señalando que algo se celebraba el día de hoy, y que todo el país estaba contento.

Eso realmente no le importaba a Elías, ni a Marcus. Ambos estaban en... Sus asuntos.

Ellos estaban en un mundo en donde sólo existían ellos dos, y nada más.

Besos acalorados recorrían la espalda de Elías, con mucha ímpetu y deseo. Y como respuesta de Elías sólo salían gemidos. Gemidos aclamando más.

—Marcus, por favor.

Marcus rió.

Elías se encontraba boca-abajo recostado en la cama, y Marcus sentado arriba de él.

Marcus acarició la espalda de Elías dándole pequeños escalofríos. El peli-negro se recostó sobre él y comenzó a besarle la nuca y parte del cuello.

—Amor, por favor —gimió.

Marcus bufó, se levantó, y le dio la vuelta a Elías. Se colocó a un lado, y con mucha lentitud bajó los bóxers del pelirrojo. Su miembro quedó al descubierto y Marcus comenzó a frotar con sus manos hacia arriba y hacia abajo. Después de un pequeño instante, Marcus dejó de hacerlo con las dos manos, y comenzó a hacerlo solamente con una, arriba, abajo, y cuando llegaba a la punta la recorría haciendo círculos, con la otra mano tomó un poco de lubricante y se puso bastante en los dedos. Con un movimiento rápido hizo que Elías se volteara y se apoyara en sus manos y sus rodillas. Insertó un dedo primero, y comenzó a hacer movimientos lentos. Eso a Elías no le parecía suficiente y con un gruñido le indicó a Marcus que insertara otro dedo. Y así lo hizo, hasta que Marcus decidiera que Elías ya estaba preparado.

Marcus dejó de masturbar el miembro de Elías, sacó de la mesa de noche un condón y se lo puso.

Tomó a Elías de la cadera, y lo atrajo hacia él. Tomó sus mejillas con ambas manos, lo vio a los ojos y lo besó. Elías pasó sus brazos por los hombros de Marcus y se acercó más a él.

—Se gentil, la última vez dolió bastante —susurró Elías al oído de Marcus.

—Lo sé, bebé, lo siento.

Poco a poco Marcus introdujo su miembro en el orificio de Elías. Comenzó moviéndose lentamente, esperando a que Elías se acostumbrara a tenerlo adentro. Cuando Marcus vio que a Elías ya no le molestaba tanto comenzó a moverse un poco más rápido. Marcus con una mano tomó la cintura de Elías, y con la otra comenzó a masturbar el miembro del pelirrojo. Elías se movía de arriba a abajo para sentir más a Marcus. Y con sus brazos se acercaba lo suficiente a él como para dejarle besos por la clavícula y el cuello.

Unos cuantos instantes después Marcus llegó a la próstata de Elías. Le dio unos cuantos toques y el pelirrojo se corrió.

Con la respiración agitada, sudor pegándole el cabello a la frente y el corazón latiéndole como un tambor, Elías le pidió más a Marcus. Y él se lo dio.

Tumbo a Elías en la cama en la misma posición. Marcus se apoyó con ambas manos en la cama y comenzó a embestir a Elías. Le dio unos otros toques a su punto, y Elías volvió a correrse.

Marcus sabía que estaba a punto de llegar, y no quería incomodar a Elías corriéndose adentro.

Sacó su miembro del pelirrojo, y le ordenó a Elías que se hincara frente a él. Él obedeció. Y en cuanto vio el miembro palpitante del otro supo lo que debía hacer.

Le quitó el condón y lo tomó con ambas manos, después comenzó a subir y a bajar. Y una que otra vez hacía círculos en la punta. Unos segundos después metió la punta en su boca, y con mucho cuidado de no meter los dientes intentó meterse el resto en la boca, entraba y salía. Una y otra vez. Marcus gimió, anunciando que pronto se correría. Y Elías lo sacó de su boca y comenzó a masturbarlo rápidamente.

Se corrió y ambos cayeron rendidos en la cama. Marcus abrazó a Elías, haciendo la típica posición de la cuchara pequeña y la cuchara grande.

El de ojos grises le depositó al pelirrojo un beso en la cabeza, y ambos antes de que se quedaran dormidos, ambos susurraron un:

"Te amo".

ElíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora